ABC (Andalucía)

El autor chileno presenta la versión final de ‘Anteparaís­o’, un libro que publicó por primera vez en 1982

- Poeta BRUNO PARDO PORTO

aúl Zurita sale del ascensor algo encorvado. Camina despacio, como pensando los pasos, pero estrecha la mano con una fuerza de otra edad. Tiene setenta y dos años y la voz gastada de quien ha dicho muchas cosas. Viste una americana azul holgada, un jersey oscuro y una mirada de sabio. Gasta barba y maneras de profeta. Se sienta cansado, pero lo disimula con elegancia: milita en el vitalismo. Pronto coge el libro que hay encima de la mesa y suelta: «Quedó muy bello».

El libro se llama ‘Anteparaís­o’ (Lumen) y lo empezó a escribir hace cuarenta años. Esta es su versión final, salpicada de versos nuevos. Él lo mira, lo toca, lo pesa. Comprueba que es

R—Lo veo cuarenta años después y me parece extraño. Extraño haber sobrevivid­o cuarenta años más… Tengo 72 años. El umbral final ya está allí. Lo veo concreto… Pero a estas alturas te das cuenta de que la única vida que pudiste vivir es la que has vivido, la que te tocó. Que todo lo demás es inimaginab­le. Yo no me imagino haber nacido en un país que no hubiera tenido una dictadura, por ejemplo. Todo lo que me rodea es parte de mí. Inseparabl­e.

—¿Se identifica todavía con aquel poeta de hace cuarenta años?

—A mí me gustaría de repente conversar con él. Le diría que haga más o menos lo que tiene que hacer… No, no sería una gran conversaci­ón [y sonríe]. Cada uno hace lo que puede, en todo, y esto ha sido lo que yo he podido hacer.

—Este es un libro, casi, de paisajes, de los paisajes de Chile, unos paisajes

—Uno ve las montañas, y qué son finalmente las montañas sino cosas que uno va levantando cuando va pasando a través de ellas. ¿Y qué es un paisaje? En la ‘Araucana’ los paisajes eran cosas horrorífic­as, porque en los bosques estaban los araucanos, listos para atacarte. Pero aquí hay una nueva mirada hacia el paisaje, porque había una disputa sobre el contenido. ¿Cuál era el contenido de la montaña, de la cordillera?

❝ Esperanza «Estamos en un mundo muy feroz, muy atroz, pero el oficio del artista es el oficio de la esperanza»

Muerte «¿Miedo? Es tonto tenerle miedo a lo ineludible. Morir es algo que no me perdería por nada en el mundo»

—Estamos en un mundo muy feroz, muy atroz, pero el oficio del artista es el oficio de la esperanza. El artista no tiene otro camino. Es el primero que sucumbe pero también tiene que ser el primero que se levante. Para decir que no obstante vendrá un nuevo día. Que tiene que haber algo más, aunque perdamos. Es el deber de todo arte, insistir en que es posible otro mundo.

—...

—Persistir, persistir, aunque todo te indique que esa persistenc­ia es una locura. Todo es tan horrible que tienes que seguir persistien­do, creyendo, leyendo.

—Los últimos versos del libro dicen así: «Ten todavía un minuto más mi mano en la tuya / No me dejes solo». ¿Es ya la muerte un tema inevitable?

—Yo creo que sí. Es imposible no trabajar con ese dato a esta edad… Yo siempre he trabajado con mi vida, y eso significa hacer de mi vida el material sobre el que construyo las cosas. Porque lo que tengo yo es honesto, y de allí parto.

—¿Siente miedo?

—No, curiosidad. Me da mucha curiosidad. Es tonto tenerle miedo a lo ineludible. Morir es algo que no me perdería por nada en el mundo [y sonríe de nuevo].

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