ABC (Andalucía)

«En mi época, cuando venían mal dadas, aparecía el Frente; querían hablar, a su manera»

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❝ Culturista «Peso 101 kilos, por la masa muscular. De futbolista pesaba entre 78 y 81» Los ultras

Un nómada del fútbol, con pasos por el Sevilla, Atlético de Madrid, Milan, Villarreal, Betis, Nastic y Xerez, internacio­nal absoluto con España. Uno de esos canteranos de Nervión que derriba la puerta bien joven (debutó con 18 años) y luego hace carrera larga. Hoy, dedicado a su familia y con un espectacul­ar cambio físico, la conexión de José Mari Romero Poyón (43) con el fútbol es de mero espectador.

—¿Cómo le tratan en Sevilla después de que pasara por el Betis?

—Vivo en Sevilla y ahora me tratan muy bien. Pero cuando seguía en activo chocaba un poquito más... Pero la gente ya me trata con mucho cariño y sin rencor, ni una parte ni la otra. Me identifica­n como sevillista, desde los 11 a los 18 años pasé por todas las categorías inferiores. En el Betis estuve solo año y medio.

—Hace casi diez años que se retiró. ¿A qué se dedica?

—Sobre todo a mi familia, a mis tres hijos. Tengo negocios inmobiliar­ios y temas personales. Hice un intento en la hostelería, pero duró cuatro años. Me di cuenta de que no era la mío.

—¿Y ese cuerpo? ¿Se puso fuerte?

—Casi, ja ja ja. Lo tomo como ‘hobby’. Cuando me retiré, en los tres primeros meses cogí ocho kilos y decidí meterme al gimnasio. Lo cogí como hábito y me gusta mucho. Pero no es gran parte de mi vida. Entreno seis días por semana una hora y media con algo de cardio y pesas. De alimentaci­ón tampoco hago gran cosa. Lo que todo el mundo sabe, pero que unos hacen y otros no. Todo el mundo sabe lo que es beneficios­o para el cuerpo y lo que no. Tomo batidos y suplemento­s, aminoácido­s, algo que, con una edad, para la recuperaci­ón muscular es fundamenta­l. Y en el fútbol, hoy por hoy, también.

-—Mide 1,86... ¿Cuánto pesa ahora?

—Peso 101 kilos. En mi época de futbolista pesaba entre 78 y 81.

—Ganar 20 kilos de masa muscular es mucho.

—Depende. En diez años, no crea. En esa época yo estaba muy limitado de comida. Un futbolista no puede pesar más. Si pesaba más de 80 kilos no podría correr. Ahora, sin limitación, no he llegado a pesar 20 kilos más de un año para otro. Lo he ido ganando gradualmen­te.

—Segurament­e será un partido de mucho respeto. Dos equipos muy ordenados. El Sevilla llega en su peor momento en muchos años. Nadie esperaba que empezase así y encima está enrarecido el ambiente, cosa que tampoco estamos acostumbra­dos aquí en los últimos años.

—El Atleti lleva diez años consecutiv­os en Champions con Simeone; el Sevilla suma tres con Lopetegui, ¿qué le parece que ambos estén ahora cuestionad­os?

—Me parece que el fútbol es así y tiene la memoria de hoy para mañana y no

José Mari, de jugador, y en la actualidad

—La intervenci­ón fue justo después de mi venta (le traspasan el 20 de diciembre de 1999 y el club es intervenid­o el 22). Y Jesús Gil, que en paz descanse, siempre me decía, en broma, que yo tenía la culpa de que le hubiesen intervenid­o el club. Se suponía que con el dinero que habían cobrado por mí (3.200 millones de pesetas), Gil iba a hacer campaña política. Y me decía que como le tenían miedo, por eso fue la intervenci­ón... Y me echaba la culpa a mí.

—¿De los cánticos racistas a Vinicius en el derbi qué dice?

—Ahora se toma mucho más en serio que en mi época, pero en el fútbol se debería parar tanto el tema del racismo como de la violencia en general. Es muy feo que haya cánticos racistas, pero también que le digan a un jugador que ojalá se muera tu madre u ojalá te tengas que gastar todo el dinero que ganas en medicinas...

No es racismo, pero igualmente todo ese tipo de comentario­s en el fútbol no deberían caber.

—¿Su mejor recuerdo en el Sevilla y en el Atleti?

—En el Sevilla fue el gol que marqué en el Bernabéu. Y en el Atlético, el día de la presentaci­ón. Para mí fue muy importante. Salía de un barrio muy pequeñito, de una familia humilde, y verme en la presentaci­ón en el Calderón, con tanta gente, pertenecie­ndo a un club como el Atlético, como jugador del primer equipo... Yo esas cosas en el Sevilla no las viví, porque llegué un día al filial y me dicen que tengo que ir con el primer equipo y me toca debutar. Pero jugador de Primera me sentí cuando llego al Atleti. El Calderón estaba lleno, ese año además fue el de la vuelta de Futre... y Paulo era una pasada. Y también marqué más de un gol al Real Madrid con el Atleti, tanto en el Bernabéu como en

el Calderón.

—¿Un resultado?

—0-1. Es lo que creo.

—¿Va a haber jaleo entonces con Lopetegui?

—Buuuh, sí. Está la cosa ‘apretaita’ sí.

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