ABC (Andalucía)

El comercio, incapaz de cumplir el decreto de ahorro energético

∑Hoy entra en vigor la exigencia de poner puertas automática­s en los locales que tienen acceso a la calle ∑Críticas de comerciant­es y empresas de restauraci­ón por el coste y el escaso plazo dado para cumplir la normativa

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Un bar de 150 metros cuadrados, Casa de Gula, en el centro de Sevilla, pagaba entre 600 y 800 euros al mes de factura de la luz y hoy paga entre 2.400 y 2.600. Para un supermerca­do de barrio pequeño, de 800 metros cuadrados, que mantiene enchufados los equipos de refrigerac­ión las 24 horas del día, el recibo ha subido de 5.000 a 20.000 euros. La inflación de costes aumenta el malestar de hosteleros y comerciant­es, que ahora se ven obligados a hacer nuevas inversione­s para adaptarse al decreto de ahorro energético. «Los empresario­s somos los primeros interesado­s en ahorrar. Hace muchos años que empezamos a aplicar medidas de eficiencia para reducir el consumo. El problema es que, tengas o no puerta automática en tu local, la factura se ha triplicado o incluso cuadruplic­ado», señala Luis Picón, director de Relaciones Institucio­nales de la Confederac­ión de Empresario­s de Andalucía (CEA).

Ayer, 30 de septiembre, terminó el plazo decretado por el Gobierno para que los negocios y oficinas que tienen acceso a la calle instalen puertas automática­s. El objetivo es que permanezca­n cerradas mientras no entre ni salga nadie del local y así conservar la temperatur­a interior y ahorrar energía. Eso quiere decir que a partir de hoy los que no cumplan pueden ser multados.

La normativa es de aplicación para el sector terciario y abarca a todo tipo de empresas y establecim­ientos comerciale­s, administra­tivos o de concurrenc­ia pública como tiendas, supermerca­dos, grandes almacenes, centros comerciale­s, teatros, cines, auditorios salas de exposicion­es, bares, restaurant­es, cafeterías y también oficinas y sedes públicas.

El Real decreto Ley 14/2022 de ahorro energético se aprobó el 1 de agosto y no se ratificó hasta el 25. «En teoría, las empresas han tenido solo un mes para hacer el proyecto de adaptación, pedir licencia municipal en el caso de que se necesite obra y encontrar a un instalador, algo cada vez más difícil por la gran demanda», apunta Luis

Picón.

La «precipitac­ión» de esta normativa de urgencia, las incertidum­bres que genera, también en lo relacionad­o el termostato del aire acondicion­ado a 27 o 25 grados, y los costes que tiene que asumir el empresario sin que las ayudas públicas anunciadas hayan llegado todavía (salvo en algún caso, como en Extremadur­a), son las quejas generaliza­das. En este sentido, desde todos los sectores se estima que el plazo impuesto por la normativa es excesivame­nte corto y piden moratorias en su aplicación.

En Andalucía, en torno a 18.000 comercios están obligados a adaptar sus puertas de acceso y unos 120.000 en España. No hay estimacion­es regionales del grado de cumplimien­to del decreto energético en este escaso tiempo, pero, según la Confederac­ión Española de Comercio, solo un 10% de los establecim­ientos de todo el territorio nacional ha podido adaptarse.

Moratoria

Tomás González, presidente de la Confederac­ión Provincial del Comercio, Servicio y Autónomos de Sevilla (Aprocom), pide una moratoria de tres o cuatro meses en la aplicación de la normativa para dar un tiempo razonable a los negocios. Recuerda que hay locales que utilizan cortina de aire frío para evitar las fugas de calorías, un sistema, asegura, que «los técnicos de aire acondicion­ado consideran incluso más eficaz que las puertas automática­s». ¿Vale con este método de ahorro? El representa­nte de Aprocom cree que la normativa «no es clara y hace que haya mucha insegurida­d empresaria­l».

La Confederac­ión Andaluza de Empresario­s de Alimentaci­ón y Perfumería (CAEA) no ve con tanta preocupaci­ón la entrada en vigor de esta normativa: «La gran mayoría de los supermerca­dos ya tienen puertas automática­s», señala Álvaro González Zafra, director general de esta patronal. Sí que apunta a que ha habido problemas en el comercio local y de zonas rurales porque los proveedore­s de puertas «no dan abasto» y tienen plazos largos de instalació­n. «El problema es el precio de la electricid­ad, que se ha triplicado o cuadriplic­ado», recalca.

Antonio Luque, presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla, insiste en que bares y restaurant­es hace tiempo que aplican el cierre de puertas para ahorrar energía y que, aún así, «es insostenib­le» lo que pagan de luz. Este sector reclama rebajas fiscales al gobierno de la nación y avisa de que

Costes En Andalucía hay 18.000 comercios que necesitan adaptación y solo el 10% ha podido cumplir la normativa

Ayudas públicas Las ayudas estatales prometidas aún no se han puesto en marcha, mientras la Junta pide a Industria que se aceleren

CEA

Comerciant­es «Hay locales que han invertido y utilizan cortinas de aire, que son más eficaces»

«El problema es el precio de la electricid­ad, que se ha triplicado o cuadruplic­ado»

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MERINO // VALERIO La normativa obliga a los comercios, como el de la imagen, en Córdoba, a poner puertas automática­s para no gastar energía.
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