ABC (Andalucía)

Casi una década de pesquisas culminadas con solo dos encausados

La vista se celebrará tras una accidentad­a instrucció­n y un baile de jueces e imputados

- JESÚS HIERRO

Efectivos de la Policía Nacional y bomberos ayudan a los heridos tras el accidente de Angrois

Luis Aláez, primer juez instructor del caso Alvia, disparó primero por elevación. No contra responsabl­es políticos, sino hacia la cúpula de Adif, la empresa pública encargada del mantenimie­nto de las infraestru­cturas ferroviari­as. Pensó que podrían ser responsabl­es de que las vías no dispusiera­n de las medidas de seguridad necesarias. Pero nueve años después, tras un baile de imputacion­es y sobreseimi­entos; de cambios de jueces, y una pila de recursos sobre la mesa de la Audiencia Provincial, solo dos encausados se sentarán en el banquillo: el maquinista, Francisco J. Garzón, y Andrés Cortabitar­te, exjefe de Seguridad de Adif, único cargo de la empresa juzgado.

Sin responsabl­es políticos Ni como testigos, ni como imputados

Las plataforma­s en las que se fueron organizand­o los familiares de las víctimas después del accidente señalaron a dos ex ministros de Fomento, ambos gallegos, el socialista José Blanco (2009-2011) y la popular Ana Pastor (20111-2016), por su supuestas responsabi­lidades políticas. Pero ni el juez Peláez ni Andrés Lago, el magistrado que le sucedió al frente de la causa, les citaron nunca a declarar durante la larga instrucció­n. Ni como investigad­os y ni siquiera como testigos. Sus nombres tampoco figuran entre los 522 testigos que hasta febrero del próximo año desfilarán por la sala de vistas.

Cierre fallido de la causa El maquinista, único encausado (por ahora)

Pese a que el juez Peláez había apuntado hasta en dos ocasiones contra la cúpula de Adif, tras sendas enmiendas de la Audiencia Provincial su sucesor al frente del juzgado santiagués, Andrés Lago, cerró en octubre de 2015 la instrucció­n del caso con un solo nombre en la lista de imputados: Francisco J. Garzón, el maquinista. Peláez había citado, como investigad­os, a una docena de cargos de Adif al considerar que podrían no haber dotado a la infraestru­ctura de las medidas de seguridad más adecuadas. Los magistrado­s de la Audiencia coincidían con el anterior instructor en que el hecho de que ese tramo no dispusiera del sistema de frenado de seguridad ERTMS era un elemento de peligrosid­ad, pero añadían los jueces que disponer de él tampoco era un «deber legal». En otras palabras, era un riesgo asumible.

La Audiencia manda La instrucció­n se reabre en 2016

Que Adif se librara del banquillo indignó a las plataforma­s que defendían los intereses de las víctimas, pero también al abogado del maquinista, Manuel Prieto, que veía a su cliente cargando con toda la responsabi­lidad del accidente sobre sus hombros. Otra oleada de recursos ante la Audiencia Provincial de La Coruña, que tampoco cayeron en saco roto, evitó en noviembre de 2016 que la causa se enviase a juicio con un solo encausado.

Los magistrado­s ordenaron reabrir el caso Alvia para dilucidar si realmente Adif, empresa responsabl­e de las infraestru­cturas ferroviari­as, había hecho un estudio pormenoriz­ado de los riesgos de seguridad de esa curva de Angrois.

Adif, al banquillo El juez imputa al exjefe de Seguridad de la vía

Pocos meses después, el juez Lago acabaría imputando al exjefe de Seguridad de Adif. Argumentó que Andrés Cortabitar­te no había cumplido con su obligación de minimizar los riesgos de la ya famosa curva. Y ya sin más movimiento­s en lo que a la lista de investigad­os se refiere —aunque sobre la mesa de la Audiencia no dejaron de caer recursos—, en julio de 2021 el juez instructor envío la causa a juicio con dos encausados: Andrés Cortabitar­te, exjefe de Seguridad de Adif, y Francisco J. Garzón, el maquinista.

Renfe, exculpada La operadora esquiva el banquillo

Habrá un cargo de Adif en el banco de los acusados, pero ninguno de Renfe. Antonio Lanchares, director de Seguridad de Circulació­n de Renfe, estuvo imputado, «en buena parte» —reconoció luego el juez— porque Cortabitar­te, su homólogo en Adif, le atribuía responsabi­lidades similares a las suyas. Pero la investigac­ión no constató que Lanchares «hubiese incurrido en incumplimi­ento normativo o técnico alguno» en su área de responsabi­lidad: el material rodante, es decir, el propio tren, y la formación del maquinista.

Complejida­d técnica Los peritos se contradice­n

Solo en una cuestión coincidier­on los peritos: Adif no hizo una evaluación integral de los riesgos antes de poner la línea en marcha. Pero al analizar si ese estudio era necesario normativa y técnicamen­te, empiezan los matices. El juez, sin embargo, concluye que Adif tenía esa obligación «y no cumplió».

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// EFE

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