Imposición de límites
reforzar ese papel al preocuparse de la educación de sus hijos cada vez más». Y añade: «En la izquierda hay cierto complejo de reconocer a la familia como institución con valores puros. Las demás formas de familia en las que no creen están corrompidas, pervertidas o alineadas». Para Javier Rodríguez, director del Foro de la Familia, desvirtuar el papel de la institución familiar no es algo que solo ocurra con la izquierda. «Las corrientes ideológicas que están de moda atacan tanto la transmisión de la cultura como las raíces que pueden dar lugar a una identidad no alineada con sus postulados. De ahí la estigmatización solo de una religión, un sexo, o de un tipo de familia». «En el terreno del lenguaje, lamentablemente han conseguido grandes victorias, tachando de ‘ultra’ a toda persona que no asuma sus teorías. Esa ideología es ‘familiófoba’». Lanza un revés a Montero: «Yo no comparto en absoluto sus ideas sobre educación, pero jamás se me ocurriría aconsejarle educar a sus hijos según mi criterio. No pretendo imponer mi manera de educar, cosa que a la inversa no ocurre. Dígame entonces quién es más severo o castrador de libertades».
Educación obligatoria
En el ensayo de la izquierda radical con las familias se ha metido ahora en la probeta la educación sexual obligatoria, pero los expertos denostan que se quiera adoctrinar con «ideología sexual». «Da la impresión –escribe el profesor José Antonio Marina– que los adultos no tenemos claro este asunto y estamos contagiando nuestra confusión a los niños. Hay que despojar a la escuela de un sesgo y de otro, de ideologías, no es el rompeolas de los malestares sociales. Muchos padres desconfían del sistema educativo para impartir educación sexual, pero tampoco saben cómo hacerlo ellos y el acceso a la pornografía es cada día más precoz».
Asiente la vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid Amaya Prado, para quien es imprescindible enseñar la materia en las aulas sin generar entre los niños más dudas ni provocarles desregulación emocional. «Impresiona la carencia de estos contenidos y sus consecuencias se ven en el desarrollo evolutivo de los chicos, habiendo un gran desconocimiento e ideas distorsionadas que generan comportamientos erráticos en su vida –subraya–. Además, hay una falta de consenso sobre lo que debería ser esta educación sexual, y falta de respeto de unas ideologías frente a otras, con posicionamientos extremos».
A juicio de esta experta en Psicología educativa, «es importante que la educación sexual se aborde en las familias desde que los hijos son muy pequeños, no empezar en la adolescencia; en el desarrollo evolutivo surgen inquietudes y es esencial hablarles de prevención, por ejemplo, del abuso sexual». ¿La receta? «Escuela y familias deben ir de la mano. La función de los padres no tiene tinte ideológico; un padre debe tener claro que las necesidades de los hijos están por encima de sus creencias».
Ismael Sanz, profesor titular de Economía aplicada a la educación en la Universidad Rey Juan Carlos, indica que el punto de partida es anterior: los beneficios que tiene para los hijos ser inscritos en colegios donde sus padres quieren que vayan. «La esencia es la libertad de elección del centro y la diversidad de la oferta –observa–. Lo que tiene que hacer la Administración es preocuparse más por ofrecer apoyo a los centros y ese abanico de programas para que las familias elijan el que les convenza. Solo concierne a los implicados y nadie debe inmiscuirse en este ámbito».
Abunda, por su parte, Francisco Venzalá, presidente del sindicato de docentes de la enseñanza pública ANPE, que pide alejar a la educación de los ensayos políticos y no usarla como arma arrojadiza. «Sin ser asignatura obligatoria, ya se imparte educación sexual transversalmente como parte de los contenidos de diferentes materias, pero a día de hoy sería acogida con muchas reservas, precisamente por esa controversia a su alrededor. Su impartición, por muy aséptica que fuera, podría derivar en un conflicto». Según Venzalá, hay «mensajes que aunque puedan haber sido sacados de contexto, debieran procurar ser inequívocos, máxime en cuestiones tan sensibles para la sociedad».
El pedagogo Gregorio Luri opina que «la imposición de límites al niño no tiene que ver con las derechas o las izquierdas; te ayudan a construir una imagen de ti mismo, forjan un pensamiento crítico que la izquierda debiera también celebrar y no verlo como conservador. Es absurdo que un límite sea más represivo o más liberador».
Luis Manuel Ayuso