El huracán Ian se debilita mientras Estados Unidos teme el balance final de muertes
La tormenta Ian perdió fuerza ayer a su paso por el sureste de Estados Unidos, y al cierre de esta edición estaba previsto que se disipara durante la madrugada, después de haber causado inundaciones en Carolina del Sur y devastado buena parte de Florida, donde ha dejado al menos una veintena de muertos confirmados. Algunos medios aseguraban ayer que la cifra es mayor. La cadena de televisión CNN eleva la cifra a 45 fallecidos.
Tras arrasar Florida, Ian llegó el viernes por la tarde a Carolina del Sur como huracán de categoría 1, con vientos de hasta 140 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH). Luego se debilitó hasta convertirse en una tormenta postropical. Sus vientos se redujeron a unos 50 km/h a su paso por Carolina del Norte, informó el NHC.
Ian «debería disiparse sobre el centro-sur de Virginia», predijo el centro, aunque se mantiene el riesgo de lluvias e inundaciones «moderadas» en el centro de los Apalaches y el noreste de Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Joe Biden, instó a los ciudadanos a hacer caso a las llamadas de alerta de las autoridades locales, como en Carolina del Sur, donde pidieron no circular por carreteras inundadas.
«Es una tormenta peligrosa que traerá vientos fuertes y mucha agua, pero lo más peligroso será el error humano. Sean inteligentes, tomen buenas decisiones, comprueben cómo están sus seres queridos y manténganse a salvo», tuiteó el gobernador Henry McMaster.
Años de recuperación
En Florida, además del elevado número de víctimas, los daños materiales son «históricos» debido a las inundaciones sin precedentes, según el gobernador Ron DeSantis.
El viernes, en Kissimmee, no muy lejos de Orlando, las autoridades recorrían las zonas inundadas en barcos para rescatar a los residentes atrapados en sus casas.
«Apenas estamos empezando a ver la magnitud de la destrucción (...) que probablemente se encuentre entre las peores» de la historia de Estados Unidos, dijo Biden. «La reconstrucción llevará meses, años», dijo.
Según las primeras estimaciones, Ian podría costar a las aseguradoras decenas de miles de millones de dólares y pesará en el crecimiento de Estados Unidos, sobre todo por las cancelaciones de vuelos y los daños en la producción agrícola.