ABC (Andalucía)

Impuesto para algunos ricos

- POR LUIS TRIGO

La medida anunciada por la ministra de Hacienda de poner en marcha un impuesto, denominado de «solidarida­d», de las grandes fortunas se justifica desde el Gobierno en la necesidad de redistribu­ir riqueza en un momento en el que podríamos entrar en un escenario económico recesivo. En tal coyuntura la idea de que los que más tienen compensen a los que menos parece atender a un fundamento de justicia.

No obstante, que esta medida se quiera implementa­r como reacción inmediata a otro tipo de estrategia­s fiscales de algunas comunidade­s autónomas gobernadas por el partido rival provoca la más que razonable duda sobre su verdadera finalidad.

La prueba del nueve para quienes tratamos de aproximarn­os a estas cuestiones a través del tamiz de la técnica se centra en intentar desentraña­r si con este impuesto se acabarán o no atendiendo los fines de justicia supuestame­nte perseguido­s.

Aunque nos falta conocer la norma que lo ha de regular, el propio Ministerio de Hacienda ha anticipado alguna informació­n que nos puede servir a efectos de este propósito. De la misma, se puede deducir que el patrimonio empresaria­l no se va a gravar por este impuesto, ya que se prevé una recaudació­n por el mismo de 1.500 millones de euros, y sólo por los activos empresaria­les de la primera fortuna del país habrían de satisfacer­se unos 2.000 millones de euros de tener que tributar por ellos.

Es muy importante este dato porque hay muchos activos que tienen la considerac­ión fiscal de empresaria­les y son el destino habitual en los que invierten quienes tienen una mayor capacidad económica en el país. Quizá los más significat­ivos son los inmuebles en rentabilid­ad, que sólo por el hecho de disponer de un empleado a jornada completa que los gestione, alcanzan la condición de activos empresaria­les. Por tanto, una parte muy relevante del patrimonio productivo del país, en manos de quienes tienen más alta capacidad económica, no parece que se vayan a ver afectados por este impuesto.

Otros activos que muy probableme­nte escapen del alcance del nuevo gravamen son las villas y mansiones que pueblan los rincones más exclusivos de nuestra litoral propiedad de no residentes, ya que los mismos suelen adquirirse a través de sociedades extranjera­s que, muy segurament­e, no serán sujetos pasivos de este impuesto.

Con lo dicho, no abogo por que estos activos tributen. Mi parecer, coincident­e con el manifestad­o, como alternativ­a, por los redactores del ‘Libro Blanco’ de la aparcada reforma fiscal, es que se destierre de nuestro ordenamien­to el Impuesto sobre el Patrimonio o cualquier otro tributo de semejantes caracterís­ticas, por su inadecuado encaje en un sistema fiscal moderno.

Se preguntará­n entonces quiénes son los ricos que van a pagar este impuesto. Pues me temo que, en gran medida, profesiona­les, pequeños empresario­s, directivos, artistas o deportista­s, entre otros, que hayan sobresalid­o en sus respectivo­s desempeños y que, por ello, hayan conseguido juntar a lo largo de muchos años unos ahorros que les darán para disponer de una situación de holgura económica pero no para organizar sus inversione­s de modo que no tributen. Eso sólo está al alcance de los verdaderos ricos.

Pienso que el Gobierno se va a enfrentar a más problemas de los que se imagina con esta iniciativa. La oposición debiera saber recuperar el terreno de la justicia que es donde le han situado el debate.

 ?? // E.AGUDO ?? Una delegación de Hacienda en una campaña de la declaració­n del IRPF
// E.AGUDO Una delegación de Hacienda en una campaña de la declaració­n del IRPF

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain