ABC (Andalucía)

El Barça solo vale para España

▶Un gol de Calhanoglu al filo del descanso fulmina al equipo de Xavi, que exhibió sus carencias defensivas y le faltó capacidad de reacción ante un Inter combativo

- SALVADOR SOSTRES

Xavi planteó el partido como una reválida de madurez competitiv­a del Barça, que hasta ayer se había demostrado un equipo eficaz en España y demasiado inocente y frágil contra el Bayern, el único grande europeo con el que se había cruzado. Era un planteamie­nto razonable, pero ganar al Inter, ni que fuera en Italia, no era ni mucho menos acreditars­e como un candidato serio a llevarse la Champions. Es importante decirlo, porque si no luego llega marzo y nadie sabe qué ha pasado.

Tres centrales► Christense­n, Eric y Sergi Roberto. Control absoluto de la posesión en los primeros minutos, aunque los locales corrían cuando podían y conseguían volver reales sus amenazas. El Barcelona, con más ritmo de circulació­n del balón que en Mallorca, afrontaba un partido correoso, con el Inter cerrando en la cueva para no hacerse daño; perdía pocos balones, pero no sabía hallar la profundida­d en sus posesiones y sólo Pedri daba vida a los ataques. De todos modos a los italianos les duraba muy poco la pelota y parecía que poco a poco la presión alta planteada por Xavi daba sus resultados. Equipo menor el Inter, sin ideas, sin demasiada calidad, pero con arañazos que podían ser gol en cualquier instante. Era un poco como comer en Milán► si te complicas en restaurant­es de alta cocina, fracasas, pero en cualquier momento pueden hacerte una pasta tan simple como imbatible. Y es lo que estuvo a punto de suceder de no ser porque el árbitro vio un fuera de juego, que lo era, pero posicional, en lugar de las clarísimas manos de Eric en el área. El susto para el Barcelona fue más que considerab­le, y lo acusó en los minutos siguientes, perdiendo el control del partido y dejando al Inter que lo envenenara. En la primera media hora, el Barça había tocado mucho sin generar nada, y el Inter sin hacer nada había tenido dos sin contar la del casi penalti. Es una vieja sensación culé, pero sobre todo catalana.

Poca suavidad, poca dulzura del Barcelona en los últimos pases, demasiada imprecisió­n; Dembélé, frustrado y frustrante, se emborracha­ba de malas decisiones y regates que no iban a ninguna parte, Lewandowsk­i no comparecía, sólo Pedri tenía luz pero el juego pasaba menos por él de lo que el equipo necesitaba. El Barça tuvo 15 minutos el partido donde quería, y luego el Inter consiguió llevarlo al intercambi­o de golpes en el que si no era manifiesta­mente superior, por lo menos no era tan inferior como en el anterior escenario. A Xavi se le desordenab­a el equipo, que empezaba a hacer cosas sin demasiado sentido. Y cuando más duele en lo físico y en lo moral, que es al filo del descanso, Çalhanoglu marcó el primero de un disparo raso y ajustado. Sin ser un gran equipo, ni hacer un juego memorable, el Inter se fue al descanso ganando. Más que una demostraci­ón de superiorid­ad, demostraba la incapacida­d internacio­nal del Barça. Esquerra votando los Presupuest­os y el Barça líder en la Liga. Es lo que yo llevo tanto tiempo diciendo de Cataluña► España es nuestra gran especialid­ad.

Empuje tras el descanso

El Barça era como esa clase de gente que viaja a una ciudad lluviosa con un sólo abrigo y es sin mangas. El sinmangusi­mo es ya en sí lamentable, pero es que en Londres o Nueva York te condenas además a mojarte. Lo mismo el Barça► grandes posesiones, grandes teorías y despliegue­s, grandes debates sobre el estilo para acabar con las mangas empapadas. El partido no pareció cambiar demasiado tras el descanso aunque es verdad que el Barça empezó a vivir más cerca del área local. Raphinha y Dembélé, desubicado­s. Xavi los cambió de lado para volver al clásico 4-3-3 y dimitió así de su idea original. Christense­n, dolorido por un fuerte golpe, no pudo continuar, y Xavi no tuvo más remedio que recurrir al señor de Chía. Pese al cambio de lado, los extremos continuaro­n naufragand­o, y cuando Dembélé lo tuvo todo para marcar, chutó al palo. Pero el Barça no lograba cambiar la dinámica y el Inter se sentía cómodo viendo pasar el tiempo y administra­ndo sin más complicaci­ón su ventaja.

Tras el palo de Dembélé Xavi gritó a sus asistentes► «Ansu y Balde», que entraron por Raphinha y Marcos Alonso. Ansu todavía era el jugador que más joven ha marcado en la historia de la Champions, precisamen­te en San Siro, cuando tenía 17 años y 40 días. Pedri marcó pero correctame­nte el árbitro anuló el gol por mano de Ansu. Pero lejos de desanimars­e, el Barça insistió y el Inter empezó a tener problemas para controlar el partido, por lo menos tan cómodament­e como lo había hecho durante los primeros 20 minutos de la segunda parte. Lewandowsk­i estaba pero no se le esperaba; Lautaro pudo marcar el segundo pero Eric con mucha enmendó el grave error del señor de Chía, que se movía por el campo más como quien tiene pis y va rápido del palco vip de Pachá Ibiza al baño que como los que corren cuando están perdiendo un partido de la Champions.

Contra un equipo menor, pero europeo, un Barça regional simplement­e no dio la talla.

Dembélé estrelló un balón en el palo y el árbitro, que se comió un penalti a favor del Barça, anuló un gol a Pedri por mano de Ansu

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// REUTERS El árbitro, tras revisar el VAR, anuló un gol a Pedri por una mano previa
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