Carlos y Fernando Falcó, marcan el final de la época gloriosa de la aristocracia
Romualdo Izquierdo se adentra en la elitista vida de estos dos grandes de España y personajes de la crónica social
Para Romualdo Izquierdo, ‘Los Falcó’ (La Esfera) es su primer libro. Nos citamos en la cafetería de Unidad Editorial, donde desde hace años desempeña el cargo de redactor jefe de LOC. Le ha llevado casi un año recopilar toda la documentación y eso que prácticamente la vida de estos dos nobles hermanos Carlos y Fernando Falcó, fallecidos en 2020, parecía estar contada. «Lo que más me ha sorprendido es el decorado histórico en el que se mueven. Cuando recopilo toda la información, empiezo a tener conciencia de que estamos hablando del final de una época». Sus vidas han estado ligadas a la de
Don Juan Carlos, ahora retirado en Abu Dabi. «Son amigos desde la infancia, sobre todo del marqués de Cubas y la relación perdura hasta el fin de sus días. Eran parte de la corte que tenía Don Juan Carlos durante el franquismo. Cuando llega a España con 8 o 9 años, seleccionan a un grupito de niños de la élite para que fueran sus amigos y ha tenido una vida elitista, protegido por Franco», explica Romualdo.
Fascinado por la trascendencia que tuvo la aristocracia en nuestro país en el último siglo, el autor descubre que «durante el franquismo no solo se rehabilita la antigua legislación nobiliaria que se había suprimido durante la Segunda República, sino que además se otorgaron nuevos títulos nobiliarios y se les permitió desarrollarse». Los Falcó eran hijos de grandes de España, la máxima distinción entre la nobleza. «Se sentían dueños y señores de este país, no era una familia a la altura de los Alba ni en títulos ni en propiedades, pero se movían en esos niveles. Su familia tenía un palacio en el Paseo de las Castellana», afirma. Uno de los personajes que más le ha llamado la atención es Hilda Fernández de Córdoba, duquesa de Montellano, madre de los Falcó: «Era una aristócrata a la antigua, en el sentido de que era consciente de las obligaciones que tenía con la Monarquía y de la exigencia de ejemplaridad hacia su Rey. Murió a principios de los años 90. He ido descubriendo quién es, la fortaleza que tenía, porque piensa que esta señora tuvo que enterrar a dos hijos: el primogénito Felipe, heredero de los títulos más importantes, que murió en un accidente brutal a principios de los 60, y luego a la segunda hija, Rocío, que sufrió un percance tonto en las escaleras mecánicas de un centro comercial».
Títulos demodé
Prefiere no hablar del éxito empresarial de los Falcó, porque no lo considera relevante. «En favor del marqués de Griñón reconozco que era innovador a la hora de poner en marcha negocios, muy atinado o no, lo pudo hacer porque tenía dinero. También es cierto que era un rara avis ya que fue de los pocos de su época y estatus social que hizo una carrera universitaria y además fuera de España», asevera. Aunque entre ellos, solo había dos años de diferencia, sus vidas no han sido paralelas. «El más popular era el marqués de Cubas, no Griñón. El interés de la Princesa Soraya, exemperatriz de Irán y otras amigas como Ira von Fürstenberg le hicieron personaje antes. Mientras que a Carlos Falcó se le empieza a conocer en el momento en el que se le relaciona con Isabel Preysler», asegura. La búsqueda del amor en su caso si marcó su vida: «Al final la relación que más le marca mediáticamente es Preysler, para bien y para mal. Con Fátima de la Cierva no se divorció legalmente hasta que apareció la cuarta en escena, Esther Doña. Por la que apostó hasta el final a pesar de todo». Los Falcó fueron una familia que sabían hacer bien las cosas: «Tiene hasta sentido que le dejase el título de marquesa a su hija Tamara Falcó (tan en boca estos días), porque él lo convirtió en un título mediático que le servía para vender vinos, y lo explotó y las entrevistas que daba lo hacía como marqués de Griñón. Y su hija ahora ha hecho un documental con el nombre del título». También el marquesado de Cubas vuelve a copar titulares de las revistas, gracias a Isabelle Junot, casada con Álvaro, hijo del desaparecido marqués, que participa en el reality ‘MasterChef Celebrity’, en calidad de marquesa consorte además de saber cocinar. «Está demodé, te puede lucir en tu Instagram, en el curriculum, o hacer una serie, pero es otro nivel (ríe)...».
«Carlos convirtió el marquesado de Griñón en un título mediático, que explotó para vender vinos, libros...»