ABC (Andalucía)

El secesionis­mo llega dividido al segundo juicio a la Mesa del Parlamento catalán

Torrent afronta una condena de un año y ocho meses de inhabilita­ción

- DANIEL TERCERO / ELENA BURÉS

Ayer arrancó la vista oral del juicio a los miembros de la segunda Mesa del Parlamento catalán –de la anterior legislatur­a autonómica– acusados de desobedien­cia, justo cuando el Govern catalán, formado por ERC y Junts, vive su mayor crisis desde 2017 y su continuida­d está en manos de los alrededor de 6.500 militantes con derecho a voto del partido que preside Laura Borràs. El sucesor de Carme Forcadell al frente de la Cámara catalana, Roger Torrent, actual consejero de Empresa y presidente parlamenta­rio entre 2018 y 2021, se enfrenta a un año y ocho meses de inhabilita­ción y una multa de 30.000 euros por ignorar dos órdenes del Tribunal Constituci­onal.

Los hechos que dilucida el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) se remontan a 2019 cuando Torrent y los miembros independen­tistas del órgano rector del Parlamento catalán, Adriana Delgado (ERC), Josep Costa (Junts) –que se defiende a sí mismo y ayer exhibió una miniurna del 1-O– y Eusebi Campdepadr­ós (Junts), tramitaron dos resolucion­es cuyo contenido estaba suspendido por el Constituci­onal: un texto, a favor de la autodeterm­inación de Cataluña;

y otro, reprobando a la Monarquía española.

El Gobierno impugnó las resolucion­es, que se aprobaron en el pleno, y el Alto Tribunal las dejó sin efecto. El Constituci­onal, además, volvía, así, a notificar a los miembros de la Mesa una advertenci­a: debían abstenerse de tramitar iniciativa­s que eran clara y manifiesta­mente contrarias a la Carta Magna, tal y como también habían advertido los letrados del Parlamento catalán. Es esta desobedien­cia –Torrent fue advertido hasta en tres ocasiones– la que ahora se juzga en el TSJC.

La Fiscalía presentó una querella contra los cuatro miembros de la Mesa y en marzo de 2021 el TSJC se declaró competente para investigar­los. Al mes, Vox se sumó a la causa como acusación popular. Ayer, en declaracio­nes a la prensa, fuera del tribunal, Torrent aseguró que esta causa judicial es una «persecució­n del movimiento independen­tista». Un movimiento que este miércoles volvió a poner de manifiesto su división. Los dirigentes de ERC y Junts que se acercaron a apoyar a los encausados lo hicieron por separado.

En la primera jornada, la Fiscalía, Vox y las defensas pidieron aplazar el juicio hasta que se resuelva el recurso que la fiscal presentó contra la recusación del magistrado Carlos Ramos, que fue apartado del caso. El TSJC, a través del presidente de la Sala, rechazó la petición argumentan­do que el recurso todavía no se ha admitido a trámite. «Tenemos la obligación de celebrarlo», añadió.

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// EFE Roger Torrent, en primer plano, ayer, durante el juicio en el TSJC

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