La tensión se desborda tras la primera sesión del juicio del Alvia
El padre de una víctima
ellos entró ayer por la puerta principal del edificio vestido con ropa deportiva y cubierto por una mascarilla negra de la que no se separó en toda la mañana. No quiso hacer declaraciones, tampoco su abogado. El segundo, con el consiguiente enfado de las víctimas que lo estaban esperando en la entrada, intentó esquivar a las cámaras accediendo a la sala de vistas por una puerta secundaria.
Llegadas las 9.45 horas de la mañana y con cada uno de los más de cien abogados personados ocupando su puesto, arrancó una jornada copada por la presentación de las cuestiones previas. Durante esta suerte de negociación la juez Elena Fernández Currás se cuadró en más de una ocasión al recordar a los letrados que no iba a entrar en debates y a apurarlos ante la visión de un proceso que será «largo, complejo y farragoso» por su carácter técnico y por el peso que en él tendrá la prueba documental y pericial. Ni Garzón Amo ni Cortabitarte tuvieron opción de tomar la palabra, pero su mera presencia prendió entre las víctimas una mecha que estalló al remate de esta jornada.
El grupo de afectados optó por esperar también a los acusados a su salida del edificio y, aunque en el ‘paseíllo’ de Garzón hasta el vehículo se mantuvieron las formas y el respeto, cuando llegó el turno del exresponsable de Adif la escena fue otra. El alboroto empezó cuando algunos de los asistentes le profirieron toda clase de insultos al acusado al grito de «sinvergüenza, caradura, que hubo 80 muertos, tienes las manos manchada de sangre. Ojalá te lo gastes todo en medicinas». Los efectivos de la Policía Nacional activaron entonces el dispositivo de seguridad en torno a él al comprobar cómo algunos de los afectados se aproximaban, pero no pudieron impedir que uno de ellos se abalanzase sobre Cortabitarte, logrando golpearle por la espalda pese a la rápida reacción de los agentes. «No, así, no», recriminó al agresor otro de los familiares a los pocos segundos del incidente.
Cortabitarte y Garzón están acusados de 80 homicidios por imprudencia profesional grave y 145 delitos de lesiones. Ambos se enfrentan a una petición de cuatro años por parte de la Fiscalía, pero las familias consideran que en esta causa se ha intentado mantener una «versión oficial» en la que se señala como «único culpable» al maquinista y a la excesiva velocidad a la que tomó la curva al despistarse con una llamada del interventor que nada tenía de urgente y que se alargó más de lo imprescindible. Para las asociaciones, Cortabitarte no debía ser el único cargo de Adif en sentarse en el banquillo. Pero la instrucción limitó la responsabilidad de la empresa a su exjefe de seguridad por no haber encargado una evaluación integral de los riesgos de la curva antes de abrirla al tráfico ferroviario.
Pese a reconocer que el maquinista tuvo un «despiste» y «un error humano» que le llevó a no frenar en ese tramo, los afectados se aferran a que «es mucho más grave la responsabilidad de Cortabitarte», que «no hizo nada» para subsanar las grietas de seguridad de la curva. En eso insistió ante los medios antes del juicio Manuel Alonso Ferrezuelo, abogado de la Plataforma de Víctimas del Alvia, que espera que «por fin se haga justicia». Esta mañana está prevista la declaración del maquinista. Será a partir de las 9.30 horas.
«No, así no», recriminó otro familiar al hombre que ayer empujó a uno de los acusados a su salida de la Ciudad de la Cultura