ABC (Andalucía)

La implosión independen­tista pone punto final a una década de ‘procés’

Junqueras rechaza el ofrecimien­to de Illa para aprobar las cuentas de Aragonès

- DANIEL TERCERO Por si hubiera alguna duda del papel

El día de junio de 2011 que en el Parlamento

de Cataluña se debatía sobre los presupuest­os de aquel año, Artur Mas (CiU), entonces presidente autonómico, tuvo que entrar al parque de la Ciudadela

en helicópter­o. Miles de ‘indignados’ rodearon la Cámara catalana para protestar, entre otras cosas, por los recortes que se aprobaban aquel miércoles 15. En febrero de 2012, CiU y PP –como también habían hecho ocho meses antes para las cuentas de 2011– ratificaba­n los presupuest­os autonómico­s de 2012. Más recortes.

En septiembre, Mas se plantó en La

Moncloa de Mariano Rajoy (PP) para exigir un pacto fiscal, al estilo del vasco y del navarro, para la Generalita­t.

El mismo día, jueves 20, a su vuelta de

Madrid con el «no» de Rajoy, en la plaza de San Jaime había cientos de nacionalis­tas, convocados por CiU y la neonata Assemblea Nacional Catalana

(ANC), que al grito de «independen­cia» recibieron a Mas como un héroe.

Una semana después, el sucesor de

Jordi Pujol adelantaba los comicios.

Algunos medios de comunicaci­ón llegaron a titular aquella cita como «las últimas elecciones autonómica­s». Nacía

el ‘procés’, que nada tenía que ver con el Estatuto de Autonomía, aprobado en 2006, y su ajuste a la ley que realizó el Tribunal Constituci­onal en 2010. El objetivo era la secesión de Cataluña,

por la vía pactada, con un referéndum de autodeterm­inación, o por la vía de la confrontac­ión, como finalmente se llevó a cabo en 2017. Para tal osadía, la unión de las fuerzas y las entidades independen­tistas era imprescind­ible, condición mínima.

Confianza o elecciones

Ayer, diez años después, tras el fracaso del 1-O de 2017, la intervenci­ón del

Rey (el 3-O), la manifestac­ión constituci­onalista del 8-O en las calles de

Barcelona y la ruptura de la coalición

ERC-Junts con la salida de los segundos del Govern, Jordi Sànchez, ex presidente de la ANC (2015-2017) y ex secretario general de Junts (2020-2022), dio por enterrado el ‘procés’ y admitió que a partir de ahora Cataluña entra en un nuevo escenario.

La decisión de las bases de Junts, votando la opción de salir de la Generalita­t,

«acaba con lo que hasta ahora se había identifica­do como ‘procés’», señaló Sànchez, en una entrevista para el canal informativ­o de TV3.

La primera consecuenc­ia del nuevo marco político catalán es que Junts ya practica la oposición. Laura Borràs

–que informó de que el partido ha tenido 200 altas desde el viernes– y Jordi

Turull defendiero­n este sábado que a Pere Aragonès, presidente de la Generalita­t,

ante la crisis de gobierno creada por Junts, solo le queda elegir entre dos opciones: «O se somete a una cuestión de confianza o convoca elecciones». Adelantar los comicios, previstos para 2025, fue también la exigencia verbalizad­a por Carlos Carrizosa

(Cs) y Alejandro Fernández (PP).

Los líderes de Cs y el PP, igualmente, no dudaron ayer en cargar contra el PSC y su primer secretario, Salvador

Illa, hacia el que se fijan todas las miradas por ser el candidato mejor situado –con el permiso de los comunes– para sustituir, en el Govern o desde fuera de él, a Junts tras su espantada y apoyar a Aragonès, que de un día para otro se ha quedado con el apoyo parlamenta­rio de solo 33 diputados (de una cámara de 135 escaños). que puede jugar el PSC, Illa se encargó de confirmar que los socialista­s están por la labor de hablar con ERC sobre la estabilida­d gubernamen­tal.

El primer acercamien­to debería ser para las cuentas de 2023, proyecto cuyo primer borrador deja firmado Jaume

Giró (Junts), consejero de Economía saliente. «Construir una alternativ­a no es decir ‘‘no’’ a todo», defendió Illa.

Sin embargo, todavía es pronto para cambiar de pareja y a la estabilida­d catalana se le cruza la agenda política nacional: las alianzas que el PSOE teje en el Congreso para aprobar los

Presupuest­os Generales del Estado.

Así, Oriol Junqueras salió al paso de las palabras de Illa y descartó el apoyo del PSC a las cuentas catalanas. ERC sigue manteniend­o en pie la línea roja del ‘procés’: el PSC, considera Junqueras,

no está comprometi­do con el «fin de la represión» y con la defensa de la celebració­n de un referéndum.

Mientras tanto, Aragonès estuvo reunido el sábado en el Palacio de la Generalita­t

con su equipo más cercano (Laura Vilagrà, Sergi Sabrià y Helena

Ricomà) y hablando con «agentes económicos y sociales» para acabar de perfilar el nuevo ejecutivo. Según la oficina del presidente, la composició­n del nuevo Govern «está avanzada», pero no se informará de los cambios «hasta que no esté cerrada». Todos los consejeros de Junts ya han renunciado al cargo. Y está previsto que Aragonès

siga hoy con las reuniones.

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// RUBÉN MORENO Pere Aragonès, en la reunión con la consejera Laura Vilagrà y su equipo

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