La élite empresarial rompe con Sánchez tras la ofensiva fiscal y de desprestigio
∑La gran empresa se siente blanco de una campaña que busca situarla en el
empresarial. La tradición se quebró en 2018, año el que ya comenzaba a tejerse los primeros argumentos contra la gran empresa. Ese año la primera intervención de Pedro Sánchez ante el foro en Valencia ya fue recibida por los empresarios con una gran frialdad. La situación no ha vuelto a repetirse. Sánchez ha declinado año tras año por unas razones u otras –este año por una reunión prevista con las ‘kellys’– las invitaciones del Instituto de la Empresa Familiar y los desplantes del jefe del Ejecutivo han ido creciendo hasta que este año el nuevo presidente del club empresarial decidía hablar. «Nos hubiese encantado contar con la presencia del presidente. Y quiero asegurarles que el año que viene le volveremos a invitar porque para nosotros es un gran honor contar con la presencia del presidente del Gobierno de España».
Con su ausencia Sánchez parecía devolver los mismos desplantes recibidos por el Ibex, citado una y otra vez por La
Moncloa para arropar al presidente en actos políticos clave, ahora muy de capa caída. Los empresarios rehúyen las fotos con cualquier excusa que les permita justificarse, lo que ha llevado a buscar recambios. En apenas doce meses Pedro Sánchez ha pasado de reclutar a lo más granado del empresariado para un acto en la Casa de América de Madrid (septiembre de 2021) a recibir excusas y tener que cobijarse en un grupo de cincuenta ciudadanos anónimos en La Moncloa (septiembre de 2022). Del lema «España puede. Recuperación, transformación, resiliencia», de hace un año se ha pasado al «gobernamos contigo» emulando la retórica del «Gobierno de la gente».
Cambio de talante
El escenario es otro, pero también el talante y el discurso. Si en agosto de 2020 el presidente llevaba el traje de hombre de Estado y proponía a la oposición y a las empresas pactos políticos y económicos para la recuperación de España, hoy ha puesto en marcha una campaña contra el principal partido de la oposición, y a su Gobierno en guardia frente a las empresas. «Recomendaría a los empresarios que suban los salarios y que contengan los beneficios», aseguraba Sánchez el pasado julio en la presentación de las medidas contra la guerra de Ucrania. En un viaje emprendido hacia la izquierda, llegó a verbalizar que existen «poderes oscuros» que tratan de boicotear al Gobierno. El poder económico y empresarial formaría parte de ese complot.
La tensión se refleja en las mesas de diálogo con la CEOE. Si los esfuerzos negociadores que dieron lugar a la fir
ma de reformas como la laboral y la de pensiones dio paso a grandes elogios a la gran patronal, su negativa a validar una subida de cotizaciones, del salario mínimo y ligar los sueldos con el IPC le ha valido fuertes reproches. «O estás conmigo o estás contra mí», relatan las fuentes empresariales cuando son interpeladas por el giro en el Gobierno.
De las fotos sonrientes de Yolanda Díaz con los líderes empresariales se ha pasado a las declaraciones combativas. Díaz llegó a justificar y a alentar las protestas sindicales en las calles para exigir subida de sueldos y acusó a las empresas de bloquear los convenios, lo que le valió un «falta a la verdad» de Antonio Garamendi. En Diego de León 50 el malestar con la ministra no se esconde. El empresario vasco en una de sus declaraciones más duras llegó a decir que la propuesta de limitar los precios de los alimentos de Díaz «suena a planificación soviética, va contra el libre mercado y empeorará el problema».
El nexo de la patronal con el Gobierno sigue siendo la titular de Economía, Nadia Calviño, aunque su peso en las decisiones económicas está de capa caída en favor de Díaz. Las últimas críticas de la abogada laboralista, que secundaron Escrivá y Calviño, llegaban el viernes después de que la CEOE tachara de «impresentable» el alza de cotizaciones para sueldos de más de 50.000 euros. «La patronal tiene un problema con la igualdad», respondió la vicepresidenta. La tormenta no amaina, arrecia. El alza del SMI será lo siguiente.