«Mi mitad profesional siempre predominará en el perfil de este consejero»
∑ Convencido de que la primera industria andaluza necesita un revulsivo, llega empeñado en que cogobernanza y transformación digital sean realidad
Tras su paso por Extenda en la anterior legislatura y dejar las exportaciones andaluzas batiendo récords, el malagueño de adopción Arturo Bernal (nació en Huesca en 1966) ha regresado al campo donde más floreció profesionalmente: el turismo. No sólo. Juanma Moreno ha huido de considerarlo como una regalía política, como tantas veces se ha hecho, y le ha encargado también la gestión de la cultura y el deporte andaluces. El nuevo consejero está decidido a asumir esos ámbitos con los mismos criterios, más técnicos que políticos, demostrados en sus etapas anteriores.
—Pocas veces un sector ha recibido con tanto alborozo el nombramiento de un consejero. «Uno de los nuestros»,
viaje y generan tremendas sinergias. El turismo siempre va a ser el mayor aliado de la cultura. Nuestra producción cultural, si no existiera el turismo, solo podría ser experimentada, comprada por los propios andaluces. Y ahora, gracias al turismo, tiene además a 32 millones de potenciales consumidores. Con el deporte, igual. Todo lo que nos hace singulares podemos exportarlo a través del turismo.
—Siempre ha trabajado detrás de la trinchera. ¿Cómo lleva Arturo Bernal lo de convertirse en político?
—Yo soy un profesional que en los últimos años ha trabajado en la gestión pública. Los profesionales del ámbito político cuentan con una serie de capacidades y talentos que reconozco que todavía no tengo. Pero eso es parte de mi trabajo ahora y me comprometo a ejercer de político lo mejor posible. De lo que sí estoy seguro es de que mi mitad profesional siempre va a predominar en el perfil de este consejero.
—Comenzó trabajando en el área de ¿Cómo ve el terremoto fiscal que ha estallado desde Andalucía?
—Andalucía está marcando la agenda política y no deja de ser protagonista por propuestas en positivo y logros impensables hace años en economía, sanidad, empleo, exportaciones… Los territorios compiten entre sí y en un momento de crisis como el que tenemos es fundamental dejar efectivo en manos de las familias y conseguir que las empresas quieran invertir aquí. Por eso este plan fiscal, en el convencimiento de que el mejor impuesto es el que no existe. El éxito de estas medidas y otras tomadas por el gobierno de la Junta estriba en que se está consiguiendo que Andalucía sea el catalizador de una nueva forma de gobernar, que todo se repiense. ¿De verdad que el estado de bienestar necesita más impuestos? ¿O necesita mejor gestión de lo público?
—Ha sido muy tajante en negar la tasa turística que piden los alcaldes…
—La mal llamada tasa turística no es una tasa; es un impuesto y la tendrían que pagar también los andaluces cuando estén de vacaciones en Andalucía. Una tasa es un tributo que conlleva una contraprestación de algún servicio público. Esto es un impuesto. Y, como tal, no tiene carácter finalista. Es decir, que la recaudación obtenida no puede ser empleada específicamente en beneficio del turismo o del turista. Se trata de una fórmula para financiar a los ayuntamientos que sí padecen un déficit crónico en el modelo de financiación. Para resolver ese déficit la solución es repartir mejor los ingresos tributarios del Estado. ¿No sería adecuado repartir una parte de los ingresos extra que ha tenido el Estado del cobro del IVA por la inflación entre los grandes municipios turísticos que tienen estas necesidades?