«El turismo siempre es una solución si se gestiona bien, pero no una excusa para poner más impuestos»
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«En otoño e invierno seguirá habiendo demanda, pero hemos de pensar en un año 2023 complicado»
—¿Y por qué en otras ciudades europeas sí se aplica?
—Creo que Andalucía debe ser coherente con su posicionamiento político. Este gobierno de la Junta no ha venido a poner más impuestos sino a bajarlos o a quitar los que se pueda. No sé por qué otras ciudades europeas lo tienen. Supongo que las motivaciones son muy diversas. En Venecia, por ejemplo, tiene un carácter muy disuasorio a fin de gestionar su ingente volumen de turismo de día. En Roma se puso para contribuir a que hubiera un mejor servicio de limpieza, sin embargo los romanos se siguen quejando de que sus calles siguen sucias y el impuesto al turismo ha ido creciendo. El turismo siempre es una solución si se sabe gestionar bien, pero no debe ser la excusa para poner más impuestos.
—Siempre apostó por huir de presumir de las grandes cifras del turismo, pero ya le he escuchado hablar de verano casi de récord.
—No es raro que después de una crisis de demanda brutal como la que hemos sufrido, al recuperarla hagamos referencia a esos números. Pero nuestro objetivo es disponer de un buen área de inteligencia de negocio en la Consejería que nos permita enfocar la evolución de la industria turística en base a otros indicadores. Selección de mercados, calidad, ingresos, calidad del empleo, impacto en el territorio...
—Debemos medir el turismo de otra manera...
—Es que si no, es imposible hacer una planificación adecuada. Hay que contar con otros elementos. Así podremos ir a una selección del cliente en función de las expectativas que tengamos. ¿Por qué buscamos determinados clientes en determinados mercados del mundo? Porque sabemos que nos consumen durante un periodo de tiempo más largo y están más concienciados en el uso de los recursos. Cuando uno gestiona una industria cómo ésta, debe conocer donde están sus principales potenciales fuentes de ingresos y dónde sus mejores clientes.
—¿No se le saca el rendimiento necesario al big data, del que tanto se lleva hablando?
—Nuestros servicios de estadística nos dan el conocimiento histórico: porcentajes de ocupación, de dónde viene el cliente, estancias medias, pero no se saca el partido suficiente. No se opera con dichos datos. Mire, han sido años de señalar la transformación digital como objetivo de la industria y tuvo que venir una pandemia para que muchas empresas se transformaran a la fuerza. Y para muchas esa transformación fue simplemente disponer de una VPN para trabajar en remoto en modo teletrabajo. La transformación digital no va de máquinas ni de dispositivos. Se trata de una transformación mental y eso no se ha dado aún en muchos ambitos. En el turismo, desde luego, no.
—¿Qué otoño e invierno podemos esperar después de este buen verano?
—En otoño seguirá un tirón en la demanda a la estela del verano, aunque con alguna reducción en cuanto a las estancias medias y el consumo. A partir de ahí, en el consumo turístico como en otros sectores de la economía, se actúa por expectativas. Y los indicadores actuales nos llevan a pensar en un año 2023 complicado. Por eso estamos empezando a arbitrar medidas que puedan ayudar a la industria.
—¿Hasta qué punto cree que llegará la afección al empleo?
—Es algo automático. Si los negocios no tienen actividad, reaccionarán disminuyendo sus costes de operación. Y ahí está la mano de obra.
—¿Se puede cuantificar?
—No sabría decir. Hay muchos factores que preocupan. La inflación, la energía. Pero fíjese también la sequía. Son elementos que afectan a la ecuación y a los costes. Por eso habrá que estar con la industria intentando que no se cierre. Que no se afecte nuestra capacidad de oferta. Recurriendo a los ERTE si es necesario para no dañar al empleo. Recuperarla si cae es mucho más complicado.
—¿Se puede profundizar más en el plan de ayudas a las empresas que ya han anunciado?
—Estamos concretando cuáles serán las mejores herramientas que nos permitan inyectar liquidez a las empresas. Disponemos de incentivos vía fondos europeos para asegurar su circulante. No tienen por qué ser siempre subvenciones directas. De lo que se trata es de reactivar el consumo.
—¿Cuándo estarán en marcha esas ayudas y cuántas empresas pueden ser beneficiarias?
—Estarán seguro antes de final de año y esperamos que beneficien al mayor número de empresas medianas y pequeñas posible que son las que más sufren estas crisis. De momento no puedo decirle mucho más.
—¿Han de subir los sueldos del sector?
—Teniendo en cuenta la situación de carestía de algunos perfiles de empleados, creo que sí. Los empresarios tendrán que hacer un esfuerzo, porque saben cuál es el problema: no hay personal para cubrir determinadas posiciones básicas que ya son críticas y están afectando gravemente a sus operaciones, y por tanto han de potenciar esos puestos. ¿Cómo? Con formación especializada y con carrera profesional. Y en ello estamos.