La nueva hoja de ruta de Moreno: liderar la ‘España periférica’
El presidente quiere que Andalucía encabece una alianza de autonomías no nacionalistas ante el protagonismo de Madrid e imponer su modelo amable frente al belicismo de Díaz Ayuso
stoy convencido de que Andalucía no va a tardar mucho en convertirse en la comunidad que lidere la economía española». Estas palabras no son de ningún miembro del Gobierno andaluz ni de Alberto Núñez Feijóo, sino del presidente del Gobierno aragonés, el socialista Javier Lambán, quien el pasado jueves se reunió con su homólogo andaluz para suscribir un convenio conjunto en el que reclaman al Ejecutivo central la construcción del corredor ferroviario entre Algeciras y Zaragoza.
El sentido de las palabras de Lambán va mucho más allá de la consabida cortesía con el anfitrión durante una visita institucional. El dirigente socialista se alineó claramente con Juanma Moreno en el conflicto abierto con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tras la supresión en Andalucía del impuesto de Patrimonio. Lambán prescindió de la disciplina de partido y censuró la ‘armonización fiscal’ que defiende el Gobierno central, reivindicando el «derecho» de las comunidades a decidir sobre los impuestos cedidos por el Estado. Pocos días antes, el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, también se alejó de la doctrina de Gobierno de Pedro Sánchez y anunció una bajada de impuestos similar a la que Juanma Moreno ha llevado a cabo en Andalucía.
En unas semanas los dos principales referentes territoriales del PSOE, Lambán y Puig, se han desmarcado estentóreamente de Sánchez y se han alineado de forma visible con el presidente andaluz.
Algo se mueve, por tanto, en la política española. Es indudable que en
«Elos últimos meses se ha ido gestando una alianza entre autonomías que se sienten discriminadas por el Gobierno central, ese concepto que Moreno y Puig denominan «la España periférica». Aunque gobernadas por distintos partidos, estas regiones comparten la reivindicación de que el país no se limita a Madrid y sus alianzas con vascos y catalanes, y están dispuestas a presionar ante La Moncloa independientemente del presidente que se siente en el Consejo de Gobierno. Quieren trasladar la idea de que la política española llega mucho más allá de la capital de España. Durante su visita a Sevilla en septiembre de 2021, Ximo Puig puso como ejemplo el hecho de que el Instituto Oceanográfico esté en Madrid.
Complicidad
Según fuentes próximas a Presidencia de la Junta, este clima de colaboracionismo entre ‘barones’ del PP y el PSOE no hubiera sido posible sin la pandemia. Los consejos de presidentes que se institucionalizaron durante los peores meses del Covid generaron una cierta complicidad entre ellos y permitieron llegar a acuerdos de interés general por encima de la conveniencia de sus respectivos partidos. «Aquellos encuentros sirvieron para romper muchas barreras ideológicas y para hacer política de Estado. Ese es el espíritu que se quiere mantener ahora», explican fuentes cercanas a la Presidencia de la Junta.
En esta alianza de ‘la España periférica’ cabe destacar dos aspectos fundamentales: el primero, que los barones socialistas están dispuestos no solo a actuar sin la tutela de Ferraz, sino incluso a mover ficha contra el Gobierno de Pedro Sánchez. El segundo, que esta corriente transversal está siendo liderada por Juanma Moreno, con la repercusión que ello puede tener en el PP.
La ‘rebelión’ de Ximo Puig y Javier
Lambán contra la doctrina fiscal de María Jesús Montero es un evidente síntoma de debilidad de Sánchez y la constatación de que los presidentes autonómicos no están dispuestos a dejarse inmolar con el secretario general del PSOE. Tras los fracasos de Ángel Gabilondo en Madrid y Juan Espadas en Andalucía, Puig, Lambán o García-Page ya han apostado por desmarcarse de Sánchez. Dadas las encuestas, no sería de extrañar que Fernández Vara, Torres, Barbón, Andreu e incluso Armengol también marcasen cierta distancia con el presidente del Gobierno y sus aliados políticos. La imagen de control férreo del partido, que la dirección del PSOE se ha esforzado en trasladar, se debilita en cualquier caso con los apoyos desde Aragón o la Comunidad Valenciana a las iniciativas fiscales de Juanma Moreno.
La otra lectura interesante es la rentabilidad política que obtiene el presi