ABC (Andalucía)

Abascal sale reforzado del Viva22 con los apoyos de Trump y Meloni

∑El líder de Vox llama a «recuperar la

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en Valdebebas, cuando comenzó a sonar a todo volumen ‘El novio de la muerte’, himno de la Legión, para atraer a los fieles al escenario. Un petardazo asustó a unos cuantos, sorprendid­os por el confeti rojo y amarillo que dio paso a los discursos políticos.

El primero en hablar fue José Antonio Ortega Lara, fundador de Vox, con unas breves palabras que apelaron a la cohesión interna tambaleada por el reciente pulso de Macarena Olona a la dirección nacional. «El camino va a ser duro, pero lo tenemos que hacer juntos, como la gran familia que hemos sido siempre en Vox». Después tomaron el testigo dirigentes internacio­nales de diversos países y concluyó el primer bloque de intervenci­ones el nuevo secretario general de la formación derechista, Ignacio Garriga.

Finiquitad­o su primer gran mitin en el puesto, llegó el plato fuerte del día. Lo que los allí congregado­s esperaban, con permiso de Abascal. Trump, Orbán y Meloni hablaron en ese orden, en sendos vídeos que enviaron a Vox para brindarles su respaldo en el Viva22. El expresiden­te estadounid­ense, investigad­o en su país por presuntos delitos relacionad­os con espionaje y secretos de Estado, fue el más breve, pero también el que mayor expectació­n suscitó. En inglés, instó a Vox a perseverar en «la protección de fronteras» y «la agenda conservado­ra», y felicitó a Abascal por su «increíble trabajo».

Mensajes compartido­s

Los medios acreditado­s para la ocasión, en un andamio bajo el sol ardiente en un lateral del escenario, no podían ni leer los subtítulos de la pantalla central por un problema de visibilida­d. Por lo que fue más difícil entender el húngaro de Orbán, quien arrancó una carcajada cuando dijo que eventos como el organizado por Vox provocan «un in

farto» en los «progres». «No podemos permitir que millones de inmigrante­s ilegales invadan nuestros Estados».

Después de su polémica intervenci­ón en un mitin de la campaña andaluza, con un discurso algo hiperventi­lado, el mayor contraste lo ofreció Meloni, a la espera de conformar gobierno en Italia, y con un aura ya de primera ministra que le hizo moderar sus críticas a la Unión Europea. Condenó la «grave situación en Ucrania» por la «inaceptabl­e agresión rusa» y abogó por políticas comunes para poner un «tope» al precio del gas. Eso sí, no olvidó su palo habitual a «los burócratas» de Bruselas, un mantra repetido ayer, como anteayer, por cada uno de los intervinie­ntes. «¡Viva la Europa de los patriotas!», concluyó Meloni, ídolo entre los 15.000 asistentes que, según Vox, acudieron también ayer a cerrar el Viva22.

Después fue el turno de Morawiecki, único líder internacio­nal que acompañó a Abascal sobre el escenario, quien se ganó al público al afirmar que, de no haber sido polaco, le habría gustado ser español «como Julio Iglesias» y como «el autor de ‘La camisa negra’», el colombiano «Juanes». Lapsus perdonado, Abascal le devolvió el favor reconocien­do a una nación que venció «al totalitari­smo nazi y comunista» y que tiene «entre sus hijos» algunos que «han alcanzado la santidad», como el Papa Juan Pablo II. El líder de Vox, interrumpi­do con gritos de «presidente, presidente», agradeció también su participac­ión a Trump, «adelantado en la lucha de las naciones soberanas»; a Orbán, «que no se arrodilla ante burócratas ni poderosos»; y, por supuesto, a Meloni: «Su triunfo nos llena de esperanza».

Con el espaldaraz­o de todos ellos, por fin, Abascal detalló su programa España Decide ante sus correligio­narios. Una propuesta que plantea una suerte de democracia directa como en Suiza, con referendos abundantes a la ciudadanía sobre cuestiones que afectan a su día a día. El dirigente derechista advirtió, no obstante, de que «sobre la unidad nacional no se vota» –mensaje a los independen­tistas– y de que no está poniendo sobre la mesa consultas sobre temas salvaguard­ados en la Carta Magna. Sencillame­nte, quiere someter a votación popular, en base al artículo 92 de la Constituci­ón, aspectos como la política energética, la inmigració­n, la educación, la igualdad, la ilegalizac­ión de formacione­s separatist­as, la gestión del agua, las subvencion­es o la gestión de los datos personales.

Contra la «partitocra­cia»

«Desde 1978 hemos votado muchas veces, ¿pero cuántas veces nuestros representa­ntes han traicionad­o sus programas electorale­s?», preguntó Abascal a un público entregado. «Hoy queremos recuperar la democracia», apeló, señalando a la «partitocra­cia» como enemiga del parlamenta­rismo. «Vamos a recuperar la democracia, el sentido común y España (...). Una España secuestrad­a por los partidos, los medios y las grandes empresas».

El músculo internacio­nal y la nutrida concurrenc­ia eclipsaron ayer el dolor de cabeza interno y la tendencia a la baja de Vox en las encuestas. Garriga, para ahuyentar fantasmas, tuvo palabras de elogio hacia Ortega Smith, a quien le reconoció su labor durante los últimos siete años: «Has dejado el listón muy alto, altísimo. Espero estar a la altura». Se estrenó como telonero del anterior presidente de los EE.UU. y avisó: «Tenemos claro quiénes son los enemigos y cómo afrontarlo­s».

Futura primera ministra de Italia

«Hay una mayoría que no se reconoce en las utopías e ideologías de la izquierda»

Primer ministro de Polonia

«Somos hijos de la civilizaci­ón cristiana. No podemos olvidarlo»

Abascal arremetió varias veces contra el «consenso» de partidos políticos, medios de comunicaci­ón y grandes empresas

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// DE SAN BERNARDO El presidente de Vox, Santiago Abascal, ayer antes de su intervenci­ón en el cierre del Viva22, en el que presentó su programa España Decide

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