Tropas no llegan aquí
La región de Zaporiyia es territorio anexionado por Rusia pero sus
«Esta es la venganza de Putin tras la explosión en el puente de Crimea, quería venganza y nosotros lo hemos pagado con nuestras vidas», son las palabras de Alekséi, de 69 años, desde el salón de su casa. Está sentado frente a una ventana sin cristal desde la que se divisa una parte del edificio de enfrente, de nueve plantas, destrozado por los misiles. Rusia volvió a poner a Zaporiyia en su punto de mira y por segunda vez esta semana sus proyectiles se dirigieron a zonas civiles. Las autoridades locales elevaron a trece el número de fallecidos, pero el número puede subir ya que hay decenas de heridos, algunos en estado grave. El ataque se produjo a las dos de la madrugada y la noche fue muy larga para bomberos y fuerzas de seguridad en su intento de rescatar a vecinos entre los escombros.
El jueves los rusos mataron a 17 personas en un doble ataque contra edificios civiles en el centro de esta ciudad del sur de Ucrania y emplearon misiles S300. En esta ocasión el ataque fue de aviones, afirmó el Ejército, y su objetivo fue el distrito Osipenkovsky, en la carretera que va a Dnipro. Los misiles impactaron contra un edificio de nueve pisos y, a pocos kilómetros de distancia, contra varias casas de campo. En este segundo ataque uno de los misiles dejó un gran cráter en mitad de los huertos.
«No tiene sentido. Pura maldad. Terroristas y salvajes. Desde el que dio la orden hasta el que la ejecutó. Todos tienen una responsabilidad. Ante la ley y ante el pueblo», escribió el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su canal de Telegram, uno de los medios más seguidos por los ucranianos para estar informados. El ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba, fue un paso más allá e instó al Tribunal de la Haya a que «envíen con urgencia a investigadores y expertos al lugar para