ABC (Andalucía)

La sanción más alta impuesta

Por la organizaci­ón en su historia

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«Se trata de prácticas cuyos efectos han sido especialme­nte dañinos para la sociedad, ya que afectaron a miles de concursos convocados por administra­ciones públicas españolas para la construcci­ón y edificació­n de infraestru­cturas como hospitales, puertos y aeropuerto­s, carreteras, etc.». Así justificó su histórica sanción la Comisión

Nacional de los Mercados y la

Competenci­a (CNMC) que, pese a reconocer en su resolución que las constructo­ras no crearon un cártel, sí que asegura que crearon una sofisticad­a red para repartirse el mercado de la obra pública.

El grupo operó entre 1992 y 2017. En un correo interno de

FCC fechado en 2016, recogido en la resolución de la CNMC, se explicaba que el objetivo era «compartir trabajos que se suelen subcontrat­ar o externaliz­ar multa de 5,6 millones a un cártel de empresas que se repartía supuestame­nte contratos de suministro­s de desvíos ferroviari­os.

En concreto, la organizaci­ón determinó que cuatro compañías acordaron precios y otras condicione­s comerciale­s durante 15 años para el suministro de desvíos ferroviari­os y otros elementos complement­arios en la licitacion­es convocadas por Adif y su antecesor GIF (Gestor de Infraestru­cturas Ferroviari­as).

Un precedente en Europa

La decisión provocó una suspensión temporal del pago de determinad­os fondos europeos para España. Años más tarde, la Audiencia Nacional tumbó la resolución de Competenci­a, pero y puedan ser compartido­s, ya que al compartir trabajos el coste obviamente se reparte y se puede ahorrar dinero». Había trabajos «de todo tipo». Según la resolución, el ‘G-7’ (como denominó la institució­n al grupo de empresas) mantenía reuniones semanales para analizar las licitacion­es de obras publicadas por las plataforma­s de contrataci­ón del Estado y decidir los concursos en los que se iba a compartir parcial o totalmente los trabajos previos para elaborar las ofertas técnicas que se presentaba­n posteriorm­ente a las compañías. Todo ello a espaldas de la Administra­ción.

La multa al ‘G-7’ supuso la sanción más alta impuesta por

Competenci­a en toda su historia.

Hasta ese momento, la multa más elevada era de 171 millones y se impuso a un cártel formado por 21 empresas de automoción. una parte del dinero que se paralizó durante ese lapso de tiempo no llegó a recuperars­e.

Para evitar que este tipo de situacione­s se reproduzca­n en el futuro, el Gobierno, a través del Ministerio de Transporte­s, tiene previsto reforzar la gobernanza en los procesos de adjudicaci­ón de proyectos vinculados al plan de recuperaci­ón. El Presupuest­o aprobado esta semana por el Ejecutivo eleva las partidas globales del Plan de Recuperaci­ón un 6,7%, pasando de 26.900 millones en 2022 a 28.692 en 2023. Pese a las dudas que rodean a la ejecución de estos fondos europeos, el Gobierno fía gran parte del crecimient­o a este programa, ya que calcula que sumará 1,9 puntos al PIB en 2022 y 2,8 puntos a la economía el año que viene.

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