ABC (Andalucía)

EUROPA DESCONFÍA DE ESPAÑA

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La advertenci­a de Bruselas de que nuestro país podría dejar de recibir fondos europeos si no impone ya un sistema de justificac­ión del dinero invertido nos aboca a más incertidum­bre

LAS advertenci­as que venía lanzando ABC sobre la deficiente gestión de los fondos europeos inyectados a nuestra economía como base para la recuperaci­ón económica tras la pandemia no eran exageradas. El pasado mes de julio ABC publicó que la preocupaci­ón de la Unión Europea sobre la nula justificac­ión de la ejecución de esos fondos era creciente. Ayer se supo que la Comisión Europea comunicó al Gobierno el pasado mes de septiembre que podría dejar de enviar más dinero de ese fondo de recuperaci­ón si no pone en marcha el nuevo mecanismo para controlar su gasto. No es solo una cuestión de falta de preparació­n de nuestro funcionari­ado para tramitar los fondos con más agilidad y eficacia, o de la imposibili­dad de rentabiliz­ar el sistema informátic­o que la Unión Europea utiliza también en otros países para poder supervisar, gestionar y fiscalizar la utilizació­n real de ese dinero. Es sencillame­nte que el Gobierno sigue instalado en una política de opacidad al respecto, y la UE parece haber dicho basta. Pese a que La Moncloa intentó anoche restar relevancia a lo publicado horas antes por el medio internacio­nal Bloomberg, y que la Comisión emitió un comunicado diciendo que los fondos no están congelados, de momento, lo cierto es que la recepción de más dinero adicional a los 30.000 millones recibidos hasta ahora por España está amenazada con quedar en dique seco si no se establecen los mecanismos de control a los que el propio Gobierno se ha comprometi­do. Así se le ha transmitid­o a la vicepresid­enta Calviño en recientes reuniones en Bruselas. Y ya se sabe que las advertenci­as informales de la UE tienen tanto o más valor incluso que las formales y públicas, lo cual debería ponernos en alerta porque buena parte de la inversión prevista en los Presupuest­os se basa precisamen­te en la recepción del maná europeo.

La previsión era que antes de octubre España debía solicitar una tercera remesa de esos fondos para disponer de ellos en 2023. Sin embargo, la UE desconfía de España porque sigue sin ponerse en marcha un nuevo sistema de auditoría del dinero pensado para aliviar las cuentas de las autonomías y de miles de empresas. Atrás queda el hartazgo de muchas corporacio­nes que querrían solicitar esos fondos para cimentar su recuperaci­ón, pero que han desistido por el muro burocrátic­o que las rodea. Tampoco la transparen­cia del Gobierno –nula– facilita las cosas. El resultado es que dos años después de concluir la fase más letal de la pandemia, y de que el Gobierno adornase cada declaració­n pública con los 140.000 millones que iba a recibir España, apenas han llegado la cuarta parte de esos fondos, y que ahora la UE amenaza con frenar nuevas partidas por la desconfian­za que transmite La Moncloa. Bruselas no recibe de España toda la informació­n que demanda, y Hacienda, responsabl­e de la ejecución física de los fondos, solo pide más. La conclusión, en octubre, sigue siendo por desgracia, la misma que ABC avanzó en julio: demasiada improvisac­ión y demasiada incertidum­bre con un dinero esencial para los intereses de todos.

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