«ESTOY CONTRA LA CANCELACIÓN. CHICO, SENTIDO DEL HUMOR»
La reina de las mañanas regresó el pasado lunes a primera línea de la televisión tras recuperarse del cáncer de mama que le diagnosticaron hace casi un año
Ni dinero ni enfermedades. Sobre eso no se pregunta. O preguntaba. Es lo que aprendió de pequeña, en su casa, la periodista, presentadora y productora Ana Rosa Quintana Hortal (Madrid, 1956). «A lo mejor era un error, pero era lo que se decía en mi familia», rememora Ana Rosa. Se ha ganado, a golpe de audímetro y de ‘clickbait’, que se la conozca por su nombre de pila, herencia de una bisabuela cubana y «tan cursi». Hasta por sus siglas la conocen: AR. Es, «por insistencia», la reina de las mañanas. Y de corazones. Ni Susanna Griso, en sus mejores tiempos, le hizo sombra. Ana Rosa no piensa en la jubilación. Y menos ahora. Dicho recuerdo familiar le viene durante una entrevista con ABC en la cuarta planta de Mediaset España, el jueves, al tercer día de su cacareado regreso como titular del inacabable espacio matinal de Telecinco. Hace casi un año anunció que tenía cáncer de mama. «Cuando viví en Nueva York, me llamaba mucho la atención que la gente hablara de dinero con muchísima tranquilidad o que te preguntaran directamente cuánto ganabas o cuánto pagabas de alquiler. Mi educación es distinta. No digo que sea malo. Digo que no es elegante…».
—¿En algún momento de su vida creyó que no llegaba a fin de mes?
—Sí, ¡hombre! Tampoco en tantas ocasiones, pero sí en muy importantes de mi vida. No es que no llegaba a fin de mes, es que no tenía un duro en el banco. Sí. Y yo vengo de una familia de clase media-media-media-media, que sabemos lo que es llegar a fin de mes y no llegar a fin de mes. O sea, a mí, esto, no me lo van a enseñar.
Su padre, José Antonio, era representante de recambios de automóvil. Al principio viajaba para ganarse el pan. Después se estableció en
CASI 18 AÑOS AL FRENTE
DEL MATINAL DE TELECINCO