«Me parece normal que se exija un compromiso para plantear cambios en la elección del CGPJ»
El exvicepresidente del Supremo sostiene que es en las Cortes donde debe estudiarse el nuevo modelo
Exvicepresidente del Tribunal Supremo
Era el sustituto natural de Carlos Lesmes en su condición de vicepresidente del Tribunal Supremo, pero la renuncia del presidente, el pasado domingo, le pilló ya jubilado. Desde hace tres años Ángel Juanes contempla ya desde la barrera el embrollo jurídico que ha supuesto la sucesión en la cúpula del Poder Judicial. Y aún con más preocupación, la situación en la que se encuentra la Justicia tras injerencias políticas motivadas, dice, por la falta de renovación del Consejo.
—¿Cree que el Poder Judicial atraviesa uno de los momentos más delicados de las últimas décadas?
—La situación es muy grave, hay un desasosiego social y judicial. Que el Consejo esté cuatro años en funciones produce frustración. Por eso ahora lo más importante, por encima de cualquier otra cosa, es la renovación.
—¿Estamos ante la mayor crisis institucional en democracia?
—Si no la más grave, sí de las más graves.
—¿Ha sido acertada la dimisión de Carlos Lesmes?
—Yo creo que sí. Y los hechos lo demuestran. Porque yo me haría una pregunta. ¿Si Lesmes no hubiera dimitido estaríamos en una situación próxima –si es que finalmente llega a buen puerto– de renovación del CGPJ? Modestamente creo que de no haber sido por su dimisión, hoy posiblemente la situación estaría estancada. Ha promovido que se llegue a un acuerdo y desde ese punto de vista creo que ha sido positiva.
—La reforma que maniató al Consejo, la contrarreforma que sí permite nombrar para el TC... ¿No le parece que hay un excesivo interés por el control del Poder Judicial? —Siempre ha existido, lo que pasa es que ahora se ha agudizado. La razón por la que nos encontramos en esta situación –cambios legislativos, limitación de funciones de manera que se paralice el CGPJ...– se debe a que no se ha renovado en su tiempo. Es un mandato constitucional. Está en el artículo 123 de la Constitución y no cabe ninguna excusa para no renovarlo. Cuestión distinta es que se plantee legítimamente la modificación del sistema, esa es otra cuestión.
—¿Por qué tantas reticencias a hacer lo que nos pide Bruselas?
—Evidentemente hay un interés por ejercer una influencia sobre el CGPJ. Eso no se puede negar. Quien tiene la facultad de nombrar al Consejo debería hacer primar, por encima de cualquier otra consideración, unos criterios mínimos de idoneidad y desvincular a los candidatos lo máximo posible de la esfera pública. Pero la experiencia nos dice que cuando han sido nombrados por las asociaciones judiciales las influencias políticas también han existido. Creo que sería positivo establecer una serie de correctivos de forma que se encontraran puntos de una mayor legitimación democrática por parte de los vocales del CGPJ.
—¿Cómo se puede garantizar que la mitad no asociada tenga representación?
—Pueden establecerse distintas fórmulas: una de ellas es que de los doce vocales de procedencia judicial, seis fueran nombrados directamente por los jueces por un sistema proporcional y en el caso de los otros seis podrían participar en la elección colegios profesionales, universidades, colegios de abogados... Otra fórmula podría ser establecer un comité de expertos integrado con absoluta transparencia por magistrados del Tribunal Supremo, colegios de abogados, universidades que propusieran ternas de jueces al CGPJ para elija. Eso también conllevaría modificaciones legales.
—¿Entiende que el PP quiera un compromiso por escrito para garantizar lo que dice Bruselas?
—Sobre compromiso escrito o no, es una decisión política y yo siempre he sido muy respetuoso con eso. Lo que sí creo es que cualquier modificación tiene que pasar por el Parlamento y que la propuesta de que sea el futuro Consejo el que realmente presente un proyecto lo veo desde el punto de vista de legitimación democrática discutible. Creo que la fórmula sería la creación de una comisión en el Parlamento en la que se oyera a los jueces, a las asociaciones, las propuestas que hiciera un CGPJ renovado; que examinara cuáles son los sistemas de derecho comparado, y que esa comisión ya preparara el terreno para una modificación posterior. Que haya un compromiso de hacerlo me parece normal, el acuerdo requiere sus exigencias y se puede exigir que por lo menos haya un compromiso de plantearlo pero evidentemente la última palabra la tiene el Parlamento.
—¿Es necesario un pacto para la regeneración democrática que ayude a recuperar la confianza del ciudadano en la separación de poderes?
—Sí, totalmente. Para la renovación de este Consejo, ya sin esperar al próximo, deberían imperar los criterios de mínima idoneidad y la desvinculación absoluta de la esfera política.
—¿Cree que Lesmes gestionó bien su salida? Porque puso a los vocales en pie de guerra...
—Me imagino que creyó que podría haber problemas a la hora de determinar quién le sustituiría y por eso pidió el informe a los servicios jurídicos del Consejo, no del Supremo.
—Sin embargo, el letrado que firma ese informe dijo lo contrario...
—Antes de la reforma de 2013 había una vicepresidencia del CGPJ y, por tanto, había una bicefalia entre Consejo y Supremo. Pero a partir de esa reforma al vicepresidente del Supremo le corresponde sustituir al presidente en el CGPJ. No es que haya una contradicción, es que los informes se emitieron en momentos distintos. Mi opinión es que no puede haber un presidente del Supremo y otro del Consejo en el momento actual.
—¿Se puede recurrir el acuerdo que adoptó ayer (el jueves) el Consejo al sustituir a Lesmes por el vocal Rafa Mozo en vez de asumir la presidencia de Marín Castán?
—No lo tengo claro porque la legitimación de los órganos que toman las decisiones es discutible. No me atrevería a hacer un juicio de valor en este momento.
❝ El hartazgo de Lesmes «Ha promovido que se llegue a un acuerdo y desde ese punto de vista creo que su renuncia ha sido positiva»