Pekín, blindada para evitar protestas por la política Covid
Advertencias de no viajar, códigos de salud que cambian de color en el móvil, cancelación de vuelos, falta de billetes para los trenes y, si uno tiene la suerte de llegar a su destino, cuarentena en casa o, en el peor de los casos, en un campo de aislamiento. Las restricciones de movimientos por la estricta política de Covid 0 se suman a las ya habituales medidas de seguridad de cara al XX Congreso del Partido
Comunista de China, que comienza mañana en Pekín y en el que su secretario general y presidente del país, Xi Jinping, se perpetuará en el poder.
Para que nada empañe tan magna ocasión, la capital china se ha blindado todavía más. Pero no ha impedido la protesta de un manifestante que, burlando la enorme vigilancia, prendió el jueves una fogata en un puente de una ronda de circunvalación y logró colgar dos pancartas. La primera era contra la política de Covid 0 y la segunda llamaba a «derrocar al dictador Xi Jinping». En cualquier democracia, se trataría de un incidente nimio y, como mucho, sujeto quizás a una multa. En China, el manifestante está desaparecido tras su detención por la Policía y la censura ha borrado todas las referencias al suceso en internet, bloqueando la búsqueda de palabras como ‘puente’, ‘protesta’ o incluso ‘valiente’. A tenor de Fang Shimin, un disidente en el exilio que difunde vídeos revelando los abusos del régimen, el manifestante se llama Peng Lifa, usa el seudónimo Peng Zaizhou, y es un físico de Heilongjiang que le envió los mismos eslóganes de protesta a su cuenta de Twitter.