Los alimentos suben un 14% y ya tiran más del IPC que la energía
La inflación se moderó del 10,5% al 8,9% en septiembre gracias al abaratamiento del recibo de la luz
Después de tres meses anclado por encima del 10%, el IPC se moderó el pasado septiembre hasta el 8,9%, ayudado por el abaratamiento del precio de la electricidad desde los niveles máximos que alcanzó en agosto, la bajada del precio del carburante y la activación de las ayudas para incentivar el uso del transporte público, que en este último caso han conseguido restar algo más de dos décimas a la inflación según el informe difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Donde el Gobierno aprecia el principio del fin de la escalada inflacionista que ha tensado hasta el límite en los últimos meses las costuras de la economía española, hasta el punto de asomarla al precipicio de la recesión técnica, los analistas advierten un paréntesis que corre el riesgo de ser meramente coyuntural a la vista del encarecimiento de la electricidad y, sobre todo, del petróleo durante el actual mes de octubre.
El asunto es que la fluctuación de los precios continúa dependiendo de manera crítica de lo que sucede en los mercados energéticos y la incertidumbre sobre la evolución futura del precio del gas, del petróleo o de la electricidad a las puertas del invierno es tal, que nadie se atreve a avanzar con certeza qué sentido puede coger la curva de la inflación en los próximos meses.
Alimentos más caros
Hay razones para la inquietud. No tanto respecto a la evolución de los precios energéticos, que, aunque imprevisible, nadie augura que vaya mucho más allá de dónde ha llegado ya, como por el precio de los alimentos.
Mientras el índice general del IPC descendía hasta el 8,9% en septiembre, el capítulo de ‘alimentos y bebidas no alcohólicas’ mantuvo su firme evolución al alza y acumula ya un encarecimiento del 14,4% respecto a la situación de hace doce meses con el agravante de que hay un grupo importante de alimentos como legumbres y hortalizas, leche, quesos y huevos y carne, que están registrando un ritmo de encarecimiento más intenso del que registraban hace ahora un año.
Nunca desde que en enero de 1994 empezara a registrarse la evolución de este grupo de productos se había observado una subida tan intensa de los precios de la cesta de la compra.
Un vistazo a la evolución de los productos más básicos de la cesta básica de la compra permite hacerse una idea de la magnitud del fenómeno. Las harinas se han encarecido un 39,4% en los últimos doce meses, la pasta, un 29%; el pan es hoy un 15% más caro; la carne de ave, un 18%; la carne de vacuno, un 15%; la de porcino, más del 11%; el pescado fresco, más de un 10%; el congelado más de un 11%, la leche y los huevos, un 23%, el aceite de oliva, un 16%; y si ya hablamos de otros aceites alimenticios, la subida se dispara por encima del 60%.
Hacer la compra es un 14% más caro que hace un año, un 11% más caro que en enero y en septiembre subió otro 0,5% extra. El encarecimiento del precio de los alimentos en los últimos meses ha sido de tal magnitud, que según los difundidos ayer por el Servicio de Estudios de Caixabank su contribución al IPC superó en septiembre por primera vez a la de la energía desde que empezara el episodio inflacionista hace ahora 18 meses.
Según esta estimación, del 8,9% que se ha encarecido en el último año la cesta básica de bienes y servicios que tiene en cuenta Estadística para calcular la inflación, 3,4 puntos se explican por la subida de los alimentos y 2,7 puntos por el precio de la energía, en tanto que los 2,8 puntos restantes se explican por la evolución del precio de los bienes industriales y la tarifa de los servicios.
Ayudas al transporte
En septiembre el 82% de los 200 bienes y servicios que controla el INE para elaborar el IPC subieron
La activación de las ayudas al transporte público contribuyó a reducir dos décimas la inflación
Pese al empeño del Gobierno en arrogarse parte del protagonismo en el descenso de la inflación –asegura que sin sus medidas el IPC estaría 3,5 puntos por encima de su nivel actual–, lo que dicen los datos es que el componente energético de la inflación está respondiendo más a las fluctuaciones del mercado que a la entrada en vigor de las medidas del Gobierno.
En este sentido, parte del descenso de la tasa interanual del IPC en septiembre se explica por la entrada en vigor de las bonificaciones al transporte público activadas por el Gobierno, que han provocado descensos de hasta el 20% en los precios del transporte urbano, pero que sin embargo apenas han restado un par de décimas a la tasa anual de inflación.
En septiembre, el nivel de los precios se redujo siete décimas en tasa mensual respecto al mes de agosto, nuevamente por el abaratamiento de la factura eléctrica, del combustible y del transporte público. Algunos analistas, como eToro, advierten también de los primeros efectos de la subida de los tipos de interés sobre el consumo y por extensión sobre los precios.