La prohibición del arrastre desvía barcos en el Atlántico y merma las capturas 812
El Ministerio de Pesca sitúan el mayor daño en los 59 pesqueros de la flota de palangre
Primeras consecuencias del veto de Bruselas a la pesca de arrastre en 87 zonas pesqueras de Francia, Portugal, Irlanda y España, entre los 400 y 800 metros de profundidad. Una medida que entró en vigor el pasado 9 de octubre. Fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación estiman que los más afectados son 59 pesqueros palangreros, mayoritariamente gallegos, y dedicados a la merluza de pincho. Una cifra que contrasta con cálculos anteriores, que hablaban de entre 500 y mil barcos impactados. Un cambio en el que ha tenido que ver la aclaración por parte de la Comisión Europea, tras la consulta del ministerio y otros estados miembro, de que el reglamento no se aplicará de 0 a 400 metros, a pesar de que en el anexo del texto normativo se incluían coordenadas de zonas en las que la flota suele faenar en profundidades inferiores a 400. Este es el caso de 41 de los 87 caladeros afectados. De esta forma, aseguraron fuentes del ministerio, prácticamente todo el arrastre menos algún barco de la bahía de Cádiz logra esquivar el veto al pescar en cotas inferiores a los 400 menos.
Desde el departamento que dirige Luis Planas explicaron que los principales problemas recaen sobre el palangre, que es un arte con menor impacto medioambiental. Por ejemplo, para capturar la merluza que se pesca en el Gran Sol se lanza una línea a la que van conectadas varios anzuelos. En el caso específico de la del pincho se captura directamente una a una con anzuelo, que puede llegar a tocar puntualmente el fondo marino. Sin embargo, los arrastreros despliegan grandes redes sobre ellos y las van moviendo por la superficie subacuática, con un mayor impacto para los ecosistemas. «El impacto del palangre sobre los ecosistemas marinos vulnerables es hasta 100 veces menor que el del arrastre», explica a ABC el investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO) José Manuel González Irusta quien cree que «no es correcto considerar como un todo uniforme a todas las artes de pesca».
En paralelo, el departamento de Planas sigue trabajando en el recurso para intentar frenar la normativa en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). El plazo para presentarlo termina el 19 de noviembre, pero todavía no hay una fecha concreta. Tampoco se sabe cuánto podría tardar el TJUE en pronunciarse. La Comisión tampoco millones de euros es la primera estimación de impacto solo para la economía gallega, realizada por la Consejería del Mar, que incluye la actividad de las lonjas, por ejemplo. tiene prisa. Bruselas revisará su decisión una vez le lleguen los nuevos informes científicos, que se retrasarán hasta el 16 de diciembre, y el estudio de impacto socioeconómico. Por el momento, el Gobierno no contempla ayudas para la flota afectada.
Primeras consecuencias
El veto entró el vigor el pasado domingo 9 de octubre, por lo que fuentes del ministerio creen que todavía es pronto para conocer el impacto sobre las capturas. Sin embargo, admiten que las primeras noticias que tienen es que se han reducido. Si bien, precisan, que las condiciones climáticas en estos últimos días no han sido las mejores para la pesca. En cualquier caso, coinciden en que la prohibición obliga a los barcos a moverse de sus zonas habituales y desplazarse a otras.
Desde la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP), su presiente Basilio Otero, añade un elemento más: el elevado precio del combustible. «Estamos en 0,94 euros por litro y, ese precio no da para hacer exploración de caladeros», lamenta. Por su parte, Iván López (Cespesca), reconoce «alguna reducción en merluza y rape, aunque es muy pronto para tener un análisis claro». López coincide en que el gasóleo, así como el valor de ciertos pescados en las lonjas, no facilita la búsqueda de nuevos lugares donde echar las redes.