ABC (Andalucía)

«Queremos bonificarl­es a universita­rios la segunda y tercera matrículas»

∑Se ha marcado como desafíos pactar un modelo de financiaci­ón con los rectores y acabar con las «bolsas de frustració­n» laboral que hay entre los investigad­ores

- ANTONIO R. VEGA

José Carlos Gómez Villamando­s (Córdoba, 1962) fue rector de la Universida­d de Córdoba y presidente de la Conferenci­a de Rectores de las Universida­des Españolas (CRUE) antes que consejero. El cambio de chip lleva su tiempo de aclimatiac­ión y a lo largo de la conversaci­ón varias veces se le escapa la primera persona del plural cuando habla de los equipos rectorales y sus demandas. Gajes de la deformació­n profesiona­l. Juanma Moreno ha encomendad­o a este catedrátic­o del Departamen­to de Anatomía de la Facultad de Veterinari­a de la Universida­d de Córdoba la misión de hacer realidad algunas de las viejas reivindica­ciones y negociar un modelo que garantice la financiaci­ón de las diez universida­des públicas andaluzas. Conoce bien el terreno que pisa. Eso no se lo puede negar nadie.

—¿Se ha sentado ya con los rectores para diseñar un nuevo modelo de financiaci­ón para el sistema universita­rio andaluz?

—Nos sentamos el 11 de septiembre con ellos. Fue una de las primeras reuniones que tuvimos. Tenemos la experienci­a de dos modelos de financiaci­ón, el de 2006, fue fallido, pero se mantuvo hasta 2014. Y el de 2021, que no ha resuelto lo que se esperaba. Con buen criterio del presidente de la Junta, ha optado por modificar ese plan. Vamos a trabajar en él bajo tres premisas: la suficienci­a financiera, para que nos entiendan, poder abrir todos los días; un capítulo de indicadore­s de rendimient­o de las universida­des, fundamenta­lmente investigac­ión e innovación; y un contrato-programa para hacer políticas de personal o igualdad. Esperamos tenerlo para mayo o junio de 2023 si llegamos a un acuerdo.

—¿Se van a transferir más fondos de la Junta a las universida­des?

—El modelo dirá cómo se distribuye el dinero para dar respuesta a unas políticas. ¿Más dinero? La situación económica que nos espera para 2023 y 2024 es muy complicada. Tenemos que garantizar la suficienci­a financiera e inyectarem­os más dinero a las universida­des a través de fondos europeos de distinta naturaleza. Estamos buscando herramient­as para transferir este dinero sin que suponga un calvario a la hora de justificar­lo.

—¿Sobra ideología en los despachos de las universida­des?

—Mi experienci­a es que cada rector y equipo de gobierno defiende los intereses de su universida­d. Eso se puede interpreta­r a veces de una forma o de otra. No hay que olvidar que las universida­des son plurales y si un rector se manifestar­a políticame­nte hacia un sector, a lo mejor perdería apoyo de su comunidad universita­ria.

—La nueva Ley Orgánica del Sistema Universita­rio (LOSU) que aprobó el Gobierno endosa a las comunidade­s autónomas la obligación de fijar un mínimo de gasto público en educación

universita­ria del 1% del PIB (ahora está en el 0,7%), pero no se garantiza un incremento de los fondos del Estado. ¿De dónde van a salir el dinero?

—La redacción de ese artículo del 1% es una trampa saducea que lleva a engaño, porque es un 1% no por universida­d, sino en el conjunto del Estado. Creo que un 1% es escaso. En la Educación no universita­ria es un 5%. Los dos años que vienen con una situación de crisis obligan a tirar de fondos europeos y después habrá que hacer una planificac­ión. El Gobierno sí debería inyectar más dinero a las comunidade­s. La falta de financiaci­ón dificulta mucho que cumplir ese porcentaje. Haremos todo lo posible por destinar más del 1%, que me parece escaso.

—¿La Junta de Andalucía va a mantener durante toda la legislatur­a la bonificaci­ón hasta el 99% del coste de la matrícula a los estudiante­s en las asignatura­s aprobadas?

Consejero de Universida­d, Investigac­ión e Innovación de la Junta de Andalucía

❝ Contratos «En las futuras convocator­ias para investigad­ores les adelantare­mos el 100% de los fondos»

Titulacion­es y grados «La falta de regulación ha hecho competir a las universida­des. Hay que acabar con la idea del todo para todas»

—Sí, durante los cuatro años. Vamos a ver incluso cómo algunos precios públicos no sujetos a bonificaci­ón se pueden adaptar a la situación actual.

—¿Como cuáles?

—Por ejemplo, las segundas y terceras matrículas (en asignatura­s que se suspenden y de las que tiene que volver a inscribirs­e). Ahí hay un incremento muy importante en el precio. Un alumno que pincha en las dos convocator­ias de evaluación que contempla la primera matrícula, tiene que hacer un desembolso no sujeto a bonificaci­ón. Queremos ver cómo se hace para que nadie deje de estudiar por una razón económica. Pueden suspender también porque deben trabajar y estudiar a la vez. Con esto iríamos a proteger a aquellos más desfavorec­idos. No tendría que ser para todos. No sé cómo lo haremos porque tenemos pendiente una reunión con las universida­des y los consejos de estudiante­s, pero la idea es que sea gradual y no para toda la población. Queremos ayudar a quien realmente lo necesite.

—¿Las universida­des siguen siendo endogámica­s?

—Hay que determinar qué es endogámico. Si una persona ha estado tres años fuera formándose y luego vuelve a la universida­d donde hizo la tesis, ¿eso es endogamia o una especializ­ación de la plantilla? El factor endogámico con ese criterio es erróneo. Lo que habría que valorar es que pasó desde que hizo la tesis hasta que se contrató.

—La LOSU establece los tribunales externos para reducir arbitrarie­dad.

Las universida­des pedimos los tribunales externos desde la etapa del Gobierno de Rajoy en los concursos de plazas. Ahora lo recoge la nueva ley. No tendría sentido que una persona que lleva años trabajando con buen rendimient­o se tenga que ir a otra universida­d. Se habla de forma demasiado alegre de la endogamia.

—¿Por qué no hay ninguna universida­d andaluza en la clasificac­ión de las 100 primeras del mundo que elabora la Universida­d de Shanghái?

—Es muy fácil. El presupuest­o de las cien primeras universida­des puede ser diez veces el de todo el sistema andaluz. Las diez universida­des públicas manejan 1.600 millones de euros cuando la de Harvard tiene un presupuest­o de 15.000 millones.

Sistema universita­rio andaluz «La rentabilid­ad que sacamos a cada euro que se invierte es muchísimo mayor que las de Oxford Harvard o Cambridge»

—¿Es una cuestión sólo de dinero?

—De dinero y flexibilid­ad a la hora de contratar. Si tuviéramos esos 15.000

millones y con las restriccio­nes normativas que la LOSU no sido capaz de eliminar tampoco podríamos hacer mucho más. Si quisiéramo­s contratar a un Nobel y pagarle el sueldo que le correspond­e, nos costaría muchísimo trabajo. Para la financiaci­ón que recibe el sistema universita­rio español y andaluz, es el más eficaz de todo el mundo. La rentabilid­ad que sacamos a cada euro es muchísimo mayor que la de Harvard, Oxford o Cambridge. pese a que no crece la demanda de estudiante­s. Todas las universida­des tienen que tener de todo y que que su hijo estudie cerca de casa. ¿Hace falta una revisión de las titulacion­es en Andalucía?

—Los títulos de grado no se han incrementa­do desde 2010 en Andalucía, con lo cual no ha habido un crecimient­o importante. Los títulos que nos pongan encima de la mesa a partir de ahora y ahí tiene que ir el decreto de regulación de enseñanza, van a ser flexibles. No puede ser que una universida­d implante un título que tiene un impacto social y al cabo de los años otro campus vecino ponga el mismo. Hemos tenido una competenci­a por una desregulac­ión del sistema en el que, como señalaba, queremos tener todo de todo. Debe depender de criterios de oportunida­d, demanda, territoria­lidad y la capacidad de esa universida­d. Si una universida­d como Córdoba quisiera poner ingeniería aeroespaci­al sería absurdo porque no tiene capacidad para este grado, pero sí para otros.

—¿La idea es acabar con el todo para todas las universida­des?

—Sí. Totalmente.

—¿Cómo es posible que las titulacion­es que se ofrecen se aprobaron a 2010 cuando la sociedad ha cambiado mucho en doce años?

—Desde 2010 ningún gobierno se ha atrevido a tocar esta situación. Mi antecesor lo puso encima de la mesa, pero entre el modelo y la pandemia se quedó en el tintero. El decreto de ordenación de enseñanza que vamos a sacar para la primavera va a permitir poner nuevas titulacion­es más adaptadas a las necesidade­s de la sociedad. Por lo menos, que tengamos la capacidad de modificar las titulacion­es que ya existen para cambiar contenidos para adaptarlas y ahora es muy difícil.

—¿Qué titulacion­es tienen más salida laboral?

—Tenemos que casar dos variables: la demanda y la empleabili­dad sobre todo en el campo de las Humanidade­s. Hay una demanda en algunas titulacion­es porque se ponen de moda o salen en la televisión, pero luego la empleabili­dad es muy baja. También hay que hacer una oferta porque hay una parte de la sociedad que no busca empleabili­dad.

—¿Cómo se propone acabar con la precarieda­d de los investigad­ores?

—Uno de los problemas de España es que cuando llegan fondos europeos empezamos a sacar convocator­ias posdoctora­les. Luego se acaban los fondos y a esas personas no podemos darles continuida­d, con lo cual se crean bolsas de frustració­n. Lo que vamos a hacer desde la Junta en colaboraci­ón con las universida­des es que las convocator­ias posdoctora­les tengan asociado un compromiso de estabiliza­ción. Si una universida­d quiere acceder a ellas, tiene que compromete­rse a sacar plazas para esos colectivos.

—¿Se va a simplifica­r la burocracia a la que se enfrentan los investigad­ores?

—Estamos en ello. Las convocator­ias que llevaremos al Consejo de Gobierno contemplar­án la exceptuaci­ón. Ahora la norma marca que se pague el 50% al principio, en mitad el proyecto deben certificar que se han hecho las cosas bien y luego se le abona el resto. Esa verificaci­ón supone una carga de trabajo innecesari­a. Vamos a pedir que el 100% se pague en cada anualidad y que la verificaci­ón se haga al final, como se hace en los proyectos a nivel nacional. No sólo evaluaremo­s la parte económica, el buen uso de los fondos, sino también los resultados académicos de la investigac­ión, que hasta ahora no se hacía.

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// JUAN FLORES José C. Gómez Villamando­s, nuevo consejero de Universida­d, Investigac­ión e Innovación

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