La huelga de refinerías atiza la grave crisis política en Francia
Francia entra en una fase de turbulencias económicas, sociales y políticas, agravada por la crisis del abastecimiento de las gasolineras a causa de la huelga en las refinerías. Tras diez días de tensiones, intervenciones de las fuerzas de seguridad y colas interminables, más del 30% de las estaciones de servicio de todo el país tenían problemas de abastecimiento ayer, perturbando el suministro de grandes superficies, complicando mucho la vida de las familias más modestas y dependientes. Las grandes empresas del sector solo han conseguido un acuerdo parcial con algunos sindicatos, mientras otros anuncian la prolongación indefinida del conflicto.
Las izquierdas de la Nupes (Nueva Unión Popular, Ecológica y Social), extrema izquierda, PS, PCF y ecologistas han convocado para hoy una gran manifestación de protesta contra el Gobierno de Emmanuel Macron. No se espera una afluencia espectacular, pero se trata de un indicador de tendencia: las izquierdas desean trasladar a la calle la protesta parlamentaria permanente. Los sindicatos han convocado una jornada de movilizaciones el próximo martes para pedir mejores salarios y la defensa del derecho a la huelga. Será un día negro para el Ejecutivo, previsiblemente. La inflación, el incremento de los precios del sector alimentario y la precariedad laboral suscitan mucha inquietud. Ferroviarios y funcionarios amenazan con nuevas jornadas de protesta más adelante.
Entre el miércoles y el jueves la extrema derecha de la Agrupación Nacional (AN, ex-Frente Nacional), que sigue presidiendo Marine Le Pen, amenaza con una moción de censura contra Macron, que solo tiene mayoría simple. Esta iniciativa solo podría derrocar al Gobierno si fuese apoyada por las izquierdas y la derecha tradicional de Los Republicanos (el partido de Nicolas Sarkozy, muy alejado de la política, víctima de varios procesos judiciales). No es previsible esa unión de fachada. Pero una parte de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista), el partido de Jean-Luc Mélenchon, es partidaria de votar la censura.
La última nota de coyuntura del Banco de Francia confirma una morosidad que atiza la inquietud general: poco crecimiento, inflación, carestía de la vida, abastecimientos energéticos imprevisibles y dificultades para crear empleo.