ABC (Andalucía)

La conquista de Reinildo

∑El mejor Atlético noquea a un gran Athletic en un partidazo de ritmo infernal. Griezmann marca y el lateral resiste

- JOSÉ MIGUÉLEZ Athletic

El Atlético se reconcilió consigo mismo. No solo ganó la tercera plaza que estaba en juego, sino que se levantó de su enfermiza crisis de identidad. Desplegó su mejor versión de todo el año sobre San Mamés, completó un partido extraordin­ario, frenético, y amortiguó el refrescant­e fútbol del Athletic hasta someterlo. Jugó durante una hora y resistió heroicamen­te durante media. Como remate, el Cholo, que salió reivindica­do, hasta devolvió un rato sobre el césped a Joao Félix. Pero el mejor de todos fue Reinildo, el héroe de la resistenci­a. Un defensa descomunal.

Simeone pregona que no duda, hasta se hace el ofendido cuando le recuerdan lo contrario, pero en su particular visión de la seguridad ayer volvió a redibujar a su Atlético, a barajar las cartas para trazar otra alineación inédita, donde lo que ya nunca se discute es la presencia de Griezmann y la ausencia de Joao Félix, al que en la noria que le suben cada año le toca ahora el tramo de apestado (y tiene pinta que ya para siempre). Todo lo contrario que al otro costado, donde Ernesto Valverde repite y repite el mismo once. Debe ser que no lo tiene claro, pero su Athletic no solo es memorizabl­e, se recita de carrerilla de Unai a Iñaki Williams, sino que da la sensación de querer jugar a lo que juega. A toda pastilla.

El Athletic mete una velocidad tan vertiginos­a como saludable a sus citas, algo parecido a lo que era el fútbol hasta que se manchó de especulaci­ón y táctica. Y si puedes, sígueme el ritmo. Al Atlético no le incomodó la apuesta. Al contrario, se sintió mucho más a gusto que con la pausa. Una apología entusiasta del juego directo al que acudió esta vez sí convencido.

En plena estampida inicial, con el partido corrido de un área a otra, Morata marcó un gol de Maradona. Un pelotazo de Nahuel que el delantero persiguió junto a Yeray, que se cayó al suelo en el camino. Lo majestuoso del suceso fue la definición del delantero, cómo la dejó botar, cómo amagó el tiro, cómo fintó al portero y cómo batió de zurda. El VAR invalidó la obra de arte al revisarla con capturas en estático. Hubo falta para su criterio.

Antes pudo adelantars­e el Athletic, a balón parado (ahí el Atlético sí se protegió mal), con un cabezazo que Iñaki Williams, solo para recibir el caramelo de Muniain, envió incomprens­iblemente a las nubes. Habrá quién dirá que justificó su biografía, tan llena de goles incomprens­ibles mandados a la basura, pero por velocidad e insistenci­a es un delantero fabuloso. Un incordio permanente para el rival.

San Mamés se divertía con un primer tiempo desatado que enseñó al Athletic de costumbre y al mejor Atlético del curso. Una gozada de partido con grandes actuacione­s individual­es en general y algunas sobresalie­ntes en particular. La de Muniain, por ejemplo, un pequeño talentoso al que cuesta entender tantas veces fuera de la selección y tanto tiempo dentro del Athletic (misterios del mercado). O la de Kondogbia, en mariscal, anticipánd­ose a todo y a todos.

Con la lengua fuera se llegó al descanso, dejando la interrogan­te de por cuánto tiempo se aguantaría semejante despliegue de pulmones. Nadie tocó nada para estrenar el segundo tiempo, aunque Simeone sí puso ya a calentar a Joao Félix y sus caritas (un poema toda la noche), junto a Correa y Witsel. Pero el panorama sí cambió porque otra jugada eléctrica del Atlético por la derecha (Nahuel se empieza a parecer al que prometían) modificó el marcador. Morata, impecable, hizo de asistentey Griezmann alcanzó la red.

Con el 0-1, ese axioma inevitable, Simeone ordenó tirarse hacia atrás. Del ida y vuelta al galope se pasó al dominio monologuis­ta del Athletic y las ocasionale­s respuestas a la contra del Atlético. Mucho balón colgado sobre el área de Oblak (casi lo llevan al hospital en un choque tras uno de ellos), exhibicion­es defensivas de Reinildo frente a los arabescos de Nico Williams y carreras furtivas y dañinas de los visitantes de color salmón. La misma locura del primer tiempo, pero diferente.

Unai Simón De Marcos Yeray

Ïñigo Martínez Lekue

Sancet (79) Vesga N. Williams (79) Muniain (67) Berenguer I. Williams

Raúl García (67) Zárraga (79) Villalibre (79) Vivian (86) D. García (86) 13

3 470 182 0

6

13 61% m.47: Griezmann.

Amonestó a Simeone, Giménez, Morata, Oblak, Grbic

Remates Remates a portería Pases buenos Balones perdidos Fueras de juego Saques de esquina Faltas cometidas Posesión

Sin Oblak (Grbic se marcó dos paradones) y con Saúl y Correa de refresco por un lado y Raúl García (Muniain tuvo también que retirarse: imposible entender que fuera una renuncia), la sensación de asedio del Athletic se acentuó. Sin más veneno que la insistenci­a y un penalti por manos imaginaria­s de Reinildo que el VAR invalidó. Las sustitucio­nes finales, que incluyeron por un rato al mismo Joao Félix.

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// AFP Griezmann y Reinildo se abrazan tras el gol del francés

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