El huracán Ventura arrasa en Zaragoza
Corta cuatro orejas y rabo en su tarde más importante del año en plaza de primera
Cuatro orejas y un rabo, que se dice pronto, se llevó Diego Ventura en el final de la Feria del Pilar en una tarde de apasionada entrega, que a la postre fue la reivindicación del caballero en una temporada en la que ha sido apartado de plazas de la importancia de Madrid y Sevilla. En Zaragoza fue un auténtico huracán que puso los tendidos en pie. En el segundo ya solucionó la tarde. Dos orejas a un toro noble con el que formó un auténtico alboroto. Lo paró de salida sin estridencias, todo temple, y en banderillas lo llevó prendido al estribo y clavó en los medios cuando la plaza ya comenzaba a hervir. Con Lío llegó el disloque. Un par de poder a poder, citando en corto y dejando que el toro se arrancara desde los medios, cautivó definitivamente. Dio
PLAZA DE LA MISERICORDIA. Domingo, 16 de octubre de 2022. Última de feria. Casi lleno. Tres toros de Sánchez y Sánchez (1º, 2º y 6º) y tres de Los Espartales (3º, 4º y 5º), muy desiguales de presencia y de noble juego.
RUI FERNANDES,
tres pinchazos y rejón trasero. Dos avisos (silencio). En el cuarto, rejonazo (oreja).
DIEGO VENTURA,
pinchazo y rejonazo (dos orejas). En el quinto, rejón fulminante (dos orejas y rabo).
PÉREZ LANGA,
rejonazo contrario (oreja). En el sexto, rejón trasero y descabello (ovación).
los honores al caballo, que se retiró entre una atronadora ovación. Sin dar tiempo a respirar, tres de las cortas en un palmo de terreno. Pinchó, pero un rejonazo contundente desató la pañolada. Doble trofeo y el público esperando aún más en el quinto.
Y había más, lo dio todo. El de Los Espartales acusó los dos rejones de castigo, lo que no fue óbice para frenar el vendaval en que se convirtió la lidia. Le echó valor, dejó llegar los pitones a centímetros de los caballos. Ganó en fuerza la faena con el público desatado en un par a dos manos sin la cabezada y, ya sumidos en la locura, un rejón de muerte fulminante. Los máximos trofeos, y el recuerdo de que el último rabo que se cortó en la Misericordia fue en la feria de 2015 y lo conquistó el propio Ventura. Rui Fernandes se mostró entusiasta con el que abrió plaza, pero todo quedó en nada al atascarse en la suerte suprema. Acertó con el acero en el cuarto, noblote, pero parado, en una labor que fue ganando en intensidad y que le valió un trofeo. Una oreja cortó también Mario Pérez Langa al tercero tras una actuación plagada de buenos momentos, aunque con el sexto pasó apuros al ser alcanzados sus caballos en numerosas ocasiones.