Exhibicionismo dañino o promoción
El ajedrez vive otro acalorado debate, después de que un periodista preguntara por qué tantos expertos seguían a la discreta jugadora británica Tallulah Roberts. «No tengo nada en contra de los ‘streamers’ de ajedrez y sexo; es un mundo libre, pero ¿realmente necesitamos avalar esto?». Recibió una avalancha de críticas. La propia Lula, de 24 años, denunció el año pasado que había sufrido «incidentes desagradables» en un torneo en Reikiavik. Sus defensores alaban su labor para difundir el ajedrez. La jugadora y fotógrafa Maria Emelianova cree que es pan para hoy y hambre para mañana, ya que esa frivolidad ahuyentará a los patrocinadores a largo plazo. «El ajedrez no tienen nada que ver con enseñar las tetas», sentencia. «Amo a las chicas que apoyan a las chicas», respondió Lula. visten de un modo bonito y que es más fácil triunfar si tienes buena apariencia, pero en una gran empresa, por ejemplo, te pueden despedir el primer día por vestir de forma inapropiada».
Todo esto coincide con la proliferación de comentarios sexistas por parte de aficionados e incluso de algún gran maestro, como Ilya Smirin, comentarista oficial de la FIDE en el Grand Prix femenino, acusado de proferir frases ofensivas a finales de septiembre. El veterano jugador israelí de origen bielorruso, en su día uno de los 20 mejores del mundo, dijo en directo que el ajedrez «quizá no es para las mujeres» y elogió a una ajedrecista por «jugar como un hombre».
Fiona Steil-Antoni, que comentaba las partidas con él, salió como pudo de la situación y cambió de tema con elegancia, pero se vio claramente que se sentía muy incómoda. Primero intentó el diálogo, que fue imposible. SteilAntoni preguntó: «¿Solo los hombres pueden jugar bien?». Y él replicó: «No, no, pero está jugando con estilo, con estilo posicional... Pero bueno, siempre tengo curiosidad, ¿por qué las mujeres pueden jugar entre hombres pero los hombres no pueden jugar con mujeres en los torneos femeninos? Es una pregunta interesante».
La gran maestra Gulrukhbegim Tokhirjonova resumió el malestar general: «¿Cómo puede un hombre así trabajar en la transmisión oficial de la FIDE de un torneo femenino importante?». La estadounidense Jennifer Shahade llegó más lejos: «¡Qué asco ver semejante sexismo en la retransmisión de un evento femenino! Fiona hizo un gran trabajo en una conversación incómoda en la que nunca debería haber estado».
Vetado por la FIDE
La FIDE pidió disculpas «sin reservas» y dijo que los comentarios eran «muy vergonzosos». «Aunque tenemos un gran respeto por el gran maestro Ilya Smirin como ajedrecista, las opiniones que expresó en directo son completamente inaceptables, ofensivas y no representan ninguno de los valores que defiende la FIDE», afirmó la Federación en un comunicado, en el que dejaba claro que Smirin no volvería a comentar partidas para la FIDE. El aludido seguía sin entender nada, ya que declaró a la BBC que estaba «ligeramente desconcertado». «No dije nada realmente malo, no quería insultar ni herir a nadie», aseguró.
Tampoco ha pasado inadvertida la presencia de Nigel Short en la estructura de la Federación. El antiguo niño prodigio, ex vicepresidente de la FIDE, acaba de ser nombrado director para el Desarrollo del Ajedrez. Muchos le recuerdan uno de sus artículos, sobre las diferencias biológicas entre hombres y mujeres. Es un texto complejo, con puntos de vista dignos de debate, pero también con frases pesadas como una losa: «El cerebro de los hombres está mejor programado para el ajedrez», escribió el británico, a quien recordaron sus derrotas contra Judit Polgar. «Ella debió de comprar un cerebro masculino», sugirió Amanda Ross.