La caída de Truss abre las puertas a la resurreción de Boris Johnson
Ya está en marcha la maquinaria para que vuelva, algo que desea el 56% de los votantes conservadores Johnson está siendo investigado por mentir al Parlamento. Si se prueba que mintió no podría volver al cargo
«Misión cumplida… por ahora» y «hasta la vista, baby», son dos de las frases con las que Boris Johnson le dijo adiós a los parlamentarios en la Cámara de los Comunes el pasado julio, tres años después de haber asumido los cargos de líder de los conservadores y de primer ministro. Sus palabras, como no podía ser de otra manera, fueron pronunciadas con esa mezcla tan suya de jocosidad, seriedad y enigma, y los articulistas de opinión de la prensa local se apresuraron a preguntarse en sus columnas y tertulias si había un significado oculto en ellas. Cuando unos días después dio su último adiós frente a la puerta del número 10 de Downing Street, y mencionó: «Y como Cincinnatus, vuelvo a mi arado», la metáfora con el estadista romano que tomó el control del Estado una segunda vez por aclamación popular, la sospecha de que dejaba la puerta abierta para volver se convirtió casi en certeza.
Ahora, la caída de Liz Truss se ha convertido en una oportunidad que no puede desperdiciar. Y aunque él aún no ha confirmado públicamente que se presentará como candidato para suceder a la ‘premier’ que menos tiempo ha estado en Downing Street en la historia del Reino Unido, tan solo 45 días, la prensa local asegura que sus aliados más cercanos sí tienen confirmación de que pretende hacerlo, y entre bambalinas ya está en marcha la maquinaria para conseguir los apoyos necesarios. Así, por inverosímil que parezca, Boris Johnson vuelve. Al menos, a presentarse como candidato para liderar, de nuevo, a los conservadores británicos e intentar por consiguiente asumir el mando, por segunda vez, como primer ministro, solo tres meses después de su dimisión. «Voy a volar de regreso, Dudders, vamos a hacer esto. Estoy listo», le dijo en un mensaje de WhatsApp el ex primer ministro al parlamentario de Essex, James Duddridge, según sus propias declaraciones a la BBC.
Los contendientes para suceder a Liz Truss tienen hasta las 14.00 horas del lunes (hora de Londres) para reunir el apoyo de cien parlamentarios y así poder postularse. Ayer, Penny Mordaunt se convirtió en la primera en confirmar que está dispuesta a librar la batalla, y se espera que el tercero en discordia sea Rishi Sunak, el joven financiero de 42 años que perdió la anterior disputa frente a Truss.
Los aliados de Johnson, que cuando Truss anunció su dimisión se encontraba de vacaciones en el Caribe, están convencidos de que el ex primer ministro es capaz de alcanzar el umbral de los cien apoyos, con algunos pesos pesados entre ellos. Uno es el actual ministro de Defensa, Ben Wallace, que por segunda vez en solo unas semanas declinó formar parte de la papeleta electoral y además afirmó ayer que «se inclina» a respaldar a Johnson. Aún más convencidos están Jacob ReesMogg, el más excéntrico de los ‘brexiteros’, aliado fiel de Truss, secretario del Brexit durante la era de Johnson, y actual ministro de Empresa y Energía; Ben Elliot, expresidente del partido; el ministro de Vivienda y Comunidades, Simon Clarke y Nadine Dorries, extitular de Cultura, quien dijo a Sky News que «solo hay un parlamentario que tiene el mandato del público británico, que ganó las elecciones generales hace solo tres años con una mayoría de 80 escaños, y ese es Boris Johnson».
El diario ‘The Times’ publicó que un importante donante del partido creó un grupo de campaña llamado «Back Boris» (apoya a Boris) en WhatsApp, que en pocas horas ya contaba con más de 300 miembros, entre ellos otros donantes, diputados y ‘tories’ de base. Obligado a dimitir por sus propias filas en julio, el regreso de Johnson sería extraordinario. El diputado Christopher Chope confesó a la cadena Sky News sentirse «emocionado» por la posibilidad de su retorno, mientras que el ‘tory’ Paul Bristow declaró a la radio que «Boris Johnson puede ganar las próximas elecciones generales».
En la otra cara de la moneda están las críticas desde varios frentes, que no se han hecho esperar. ‘Financial Times’ dijo que su regreso sería «una farsa» y The Guardian dice que «la era Truss ha terminado, pero el psicodrama apenas comienza». Mientras tanto, The Telegraph se aventuró a elegir la que considera la única palabra que podría reconciliar a Johnson con algunos de sus detractores: «Lo siento». Porque el que fuera también ministro de Exteriores y alcalde de Londres se fue tras haber protagonizado múltiples escándalos, el más sonado el de las fiestas donde corrió el alcohol en Downing Street mientras la población estaba confinada en plena pandemia de Covid-19, pero no fue el único. Aún así, nunca entonó un mea culpa ni asumió responsabilidades por lo ocurrido. Pidió más veces perdón en una semana Liz Truss «por los errores cometidos», que Johnson en muchos meses.
Obstáculos
Pese al apoyo de quienes financian al partido y de algunos aliados políticos, más de la mitad de los votantes no se alegrarían de ver a Johnson de nuevo en el poder, según una encuesta de la consultora YouGov. Concretamente, el 52% de los consultados, mientras que el 27% manifestó que estaría feliz de verlo entrar de nuevo por la puerta del número 10. No obstante, entre los votantes conservadores que en diciem
bre del 2019 lo llevaron a conseguir una histórica mayoría de 80 escaños, el 56% aseguró que estaría «bastante feliz» o «muy feliz» de verlo regresar por un segundo período.
Pero Johnson se enfrenta a un obstáculo importante: la posibilidad de que sea suspendido como diputado si la investigación del comité de privilegios de la Cámara de los Comunes concluye que sí mintió al Parlamento con respecto a las fiestas ilegales durante el confinamiento, por las que fue multado
Solo el 27% de los británicos están a favor de su vuelta, mientras que el 52% lo rechaza, según una encuesta de YouGov
Muchos ciudadanos atacan a Truss y le piden que renuncie a la asignación de 115.000 libras a la que tiene derecho como ‘expremier’
por la Policía, e incluso podría perder su escaño. Roger Gale, uno de sus críticos más feroces dijo que «hasta que se complete esa investigación, no debería haber posibilidad de que regrese al gobierno», mientras que otro apuntó de forma anónima a ‘The Times’ que «debería quedarse en el Caribe para siempre».
Entre la población general el panorama, sin embargo, es desolador para los ‘tories’, que llevan doce años en el poder. Los laboristas los superan por 37 puntos en las últimas encuestas, y se sitúan en el 56% en la intención de voto, un 5% más que en la encuesta anterior de YouGov, con los conservadores cayendo cuatro puntos hasta el 19% y los liberal demócratas en el 10%.
Mientras tanto en Downing Street, Truss sigue siendo primera ministra hasta que se elija un sucesor, tal y como lo señaló en su discurso de dimisión. Pero sigue siendo el blanco de muchos ataques, y de peticiones de que se niegue a recibir la asignación de hasta 115.000 libras esterlinas al año a la que tendrá derecho como ‘expremier’.