La Airef verifica el estancamiento de la economía y prevé recesión técnica en el paso de 2022 a 2023
Augura un choque con Bruselas si el Gobierno prorroga íntegramente el ‘escudo energético’
El enrevesado plan presupuestario del Gobierno sostenido sobre un proyecto legislativo que la ministra de Hacienda reconoció obsoleto desde su presentación y un escenario alternativo enviado a Bruselas con cifras que no cuadran y numerosas deficiencias, según el análisis de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), lleva camino de abrir un nuevo capítulo en las siempre delicadas relaciones entre España y la Comisión Europea por la gestión de las cuentas públicas domésticas.
La presidenta de la Airef, Cristina Herrero, vaticinó ayer que Bruselas acabará pidiendo explicaciones a España por la vaguedad de las cifras presentadas tanto en el proyecto de Presupuestos como en el Plan Presupuestario remitido a Bruselas.
La institución subrayó, en su evaluación de las líneas fundamentales de los presupuestos de las administraciones públicas para 2023, que a la luz de la información proporcionada por Hacienda es casi imposible determinar los gastos en los que el Estado prevé incurrir el año que viene, qué medidas de alivio para combatir la inflación se van a prorrogar más allá del 31 de diciembre e incluso qué nuevas medidas fiscales van a entrar en vigor el próximo año.
El caos de cifras es fenomenal. El proyecto enviado al Congreso ignora las medidas contra la inflación y la crisis energética pese a que María Jesús Montero dio por segura su prórroga en la presentación de las cuentas y dibuja una previsión de ingresos irreal, que enmascara una subida de la presión fiscal mucho mayor a la planteada.
El escenario alternativo remitido a Bruselas, que pretende perfilar cómo se comportaría el presupuesto en un contexto de mantenimiento de las turbulencias que obligara a prorrogar las medidas de alivio contra la inflación y es mucho más realista según la Airef, plantea sin embargo un incremento de los gastos casi idéntico al del proyecto de presupuestos, pese a que añade alrededor de 10.000 millones extra –según la cuantía que ha estimado la Airef– en medidas contra la inflación, cuyo detalle por cierto no se concreta.
La Autoridad Fiscal advirtió ayer de que una prórroga generalizada de todas las medidas vigentes, cuyo coste agregado supera los 19.000 millones, podría llevar a España a incumplir la orientación de prudencia presupuestaria formulada por la Comisión para 2023 y generar un problema. También a desbordar el objetivo de déficit del 3,9% establecido por el Gobierno y a aumentar esa brecha hasta el 4,4%.
Dudas sobre las cuentas
Las dudas en torno a las cuentas se extienden también al cuadro macroeconómico que las sostiene. La Airef desconfía de la previsión oficial de crecimiento del Gobierno de
Pedro Sánchez del 2,1% para 2023 y cree que estará más en el entorno del 1,2%, pero es que, según reveló ayer la directora de la División de Análisis Económico, Esther Gordo, prevé que la economía española caiga en una recesión técnica entre otoño y primavera al encadenar dos trimestres seguidos de contracción del crecimiento.
Así las cosas, la institución aclaró ayer que no cree que esa contracción vaya a conducir a una recesión como la que se espera en Alemania, pero subrayó que la economía podría haberse estancado ya en verano como deslizó un alto cargo del INE la semana pasada.