La libertad
Los extremos de Roures y Tebas se tocan en tu bolsillo
CUANDO un reaccionario –y Tebas lo es, además de un fascista– se rebaja a la infame propaganda de pobres contra ricos es que te está engañando. Cuando los ricos abren los negocios, es decir, los liberan de las garras del señor del cortijo, siempre más personas se incorporan al bienestar y aquel negocio genera mucha más riqueza porque el criterio es profesional y no Don Chicho protegiendo como un chulo de barrio lo suyo.
Bernabéu y Raimundo Saporta crearon la Copa de Europa y les acusaron de lo mismo que ahora acusan a Florentino. Cada era tiene a sus retrógrados histéricos que quieren retener como tiranos lo que no pueden mejorar con su talento. También en cada momento de la Historia los fascismos se tocan: y no es por lo tanto de extrañar que el presidente de La Liga usara a la extrema izquierda de Compromís para introducir sus enmiendas.
El Tribunal de Justicia Europea barrerá en breve a tipos como Tebas, Ceferin e Infantino, que encarnan el feudalismo cateto y abusivo contra un fútbol que renacerá en su plenitud como deporte, como espectáculo y como negocio. El debate no es entre ricos y pobres, y en todo caso, gracias a un negocio nuevo y más grande habrá siempre más riqueza y menos pobres, como ha sucedido siempre a lo largo de los tiempos. El debate es el mismo que en todo lo que importa: la libertad. La libertad que necesitan las personas para amar y crecer, los periodistas para escribir, los padres para educar y los empresarios para crear empresas más adaptadas, con productos mejores que ofrecer a sus clientes y con ganancias mucho más boyantes, que repercuten luego en el beneficio de la sociedad, redistribuidas a través de los impuestos.
¿Quién está en contra de la Superliga? Javier Tebas y Jaume Roures. ¿Ustedes creen que son pobres? ¿Los pobres creéis que Roures y Tebas os van a dar su dinero o que les preocupa vuestra pobreza? Tebas es un fascista rico y Roures es un comunista todavía más rico y sus extremos se tocan para proteger su cotarro –La Liga y sus derechos televisivos– y necesitan que tú no seas libre. Los extremos de Tebas y Roures se tocan en tu bolsillo y quieren dejarte sin escapatoria.
Lo opuesto al monopolio es la libertad. Lo opuesto a la única salida es que haya muchas salidas; y muchas entradas, por cierto. Lo opuesto a la pobreza es crear empresas que ganen más dinero y no menos, y espectáculos que sean vistos en el mundo entero, y no sólo en tu patio de vecinos.
Cuando alguien apele al pobre que hay en ti para que te indignes con otro, te está mintiendo y usando de carnaza para su guerra particular, de intereses normalmente inconfesables. Confía sólo en quien apele a tus capacidades, a tu esfuerzo, a tus sueños, y te convoque a lo mucho y mejor que todavía queda por hacer.
La Humanidad siempre avanza pasando por encima de los que estaban muy bien instalados haciéndose ricos a costa de que tú te murieras de hambre, pobre como una rata.