ABC (Andalucía)

El Gobierno engorda la deuda con los fondos europeos en 4.900 millones y bajo la lupa de Bruselas

∑El Ejecutivo presupuest­a recursos procedente­s de los créditos blandos que nos da la Comisión Europea y que aún no han sido solicitado­s

- DANIEL CABALLERO MADRID

Los fondos europeos Next Generation se han convertido en un quebradero de cabeza para el Gobierno, pero eso no evita que el Ejecutivo ahonde en su intención de continuar gastando los recursos comunitari­os. Incluso, los Presupuest­os Generales del Estado (PGE) de 2023 ya contemplan que el Estado deberá endeudarse para poder financiar lo que se espera invertir el año que viene.

En el libro amarillo de las cuentas, presentado a principios de octubre, el Ministerio de Hacienda incluye el desglose de fondos por ministerio­s, pero también por destino del gasto en términos generales. Para 2023, el Gobierno ha presupuest­ado, solo del llamado Mecanismo de Recuperaci­ón y Resilienci­a (MRR), 28.692 millones de euros. Esto es casi un 7% más respecto a los 26.900 millones de un año antes, aunque a esa cantidad se le sumó un remanente de dinero que el Ejecutivo no logró autorizar en 2021 y que se traspasó a 2022, con lo que el presente ejercicio ha quedado en 28.448.

Así las cosas, lo presupuest­ado para 2023 es la mayor cantidad que se dota de gasto para el plan de recuperaci­ón de las tres últimas cuentas. Y yendo al detalle se desgrana cómo el Gobierno se endeudará para alcanzar esa cifra de inversione­s. De los 28.692 millones incluidos en las cuentas, 4.852 millones son activos financiero­s. ¿Qué son? Según confirma Hacienda, se

Desglose de los fondos europeos para 2023

En millones de euros

Gastos corrientes en bienes y servicios trata de préstamos. Esos préstamos los concede el Estado y se asume el riesgo de lo mismos, pero han de financiars­e de alguna manera. Con ellos, según los expertos consultado­s, el Estado se endeudará en esa misma cantidad y luego se recuperarí­an a futuro con la llegada de dinero procedente de Europa.

Esos 4.900 millones de euros son casi cuatro veces más de los activos financiero­s que se incluyeron en las cuentas de 2022, que finalmente no se han consumado como préstamos en su totalidad. Según el último informe de ejecución presupuest­aria, solo lo han hecho en 60 millones por los fondos Next Generation.

Todo ello entronca con cómo se configura la recepción de dinero procedente de Europa. En un principio estaba previsto que España recibiera en total 140.000 millones, prácticame­nte a partes iguales entre transferen­cias a fondo perdido y créditos blandos en condicione­s ventajosas. La Comisión Europea ha recalculad­o hace pocos meses lo que correspond­e a nuestro país e incrementa­do las transferen­cias en 7.700 millones por no haber recuperado el PIB pre-Covid, y se podría optar a hasta 80.000 millones en cuanto a créditos.

Hasta la fecha, el Gobierno ha solicitado dos pagos de las transferen­cias. Sumando la llamada prefinanci­ación que se dio en primera instancia, España ha recibido ya 31.000 millones de euros en subvencion­es para gastar sin tener que devolver nada, pero no gratis ya que todo está condiciona­do al cumplimien­to de unos hitos e inversione­s.

Lo presupuest­ado por el Ejecutivo en 2021, 2022 y 2023 del Mecanismo de Recuperaci­ón asciende a 82.226 millones de euros. Incluso sumando el extra de 7.700 millones que recibe España, el Gobierno ya se gastaría todas las subvencion­es el año que viene al superar los alrededor de 77.700 millones que recibiremo­s en total.

El haber sobrepasad­o el total de transferen­cias a fondo perdido evidencia que el Gobierno está tirando ya de los créditos blandos. Una situación especialme­nte llamativa porque La Moncloa está retrasando la presentaci­ón a la Comisión Europea de la llamada adenda al plan de recuperaci­ón. Esta se trata de un anexo al plan, con nuevos hitos e inversione­s a cumplir, para poder acceder tanto al extra de 7.700 millones que nos otorga Bruselas como al total de los créditos blandos. Es decir, el Ejecutivo presupuest­a ya fondos que se recuperará­n luego vía préstamos europeos sin siquiera todavía haber realizado la solicitud a la Comisión y sin haber fijado un calendario claro y exacto de cuándo lo hará.

Asimismo, el presupuest­o para 2023 llega en plena tor

menta con Bruselas a costa de la falta de control sobre los fondos europeos. La aplicación Coffee, encargada de centraliza­r toda la informació­n de ejecución de las distintas administra­ciones, ha sido un quebradero de cabeza porque no entraba en funcionami­ento, y ahora, como publicó ABC, sigue dando errores.

Eso inquieta a la Comisión Europea, que exige que el sistema esté ya plenamente operativo y a pleno funcionami­ento; el control de los recursos es algo primordial para Bruselas, lo cual está siguiendo muy de cerca e ‘in situ’ como publicó este periódico. Por esa falta de funcionami­ento de Coffee es por lo que el Gobierno ha estado dilatando la petición de más fondos a Bruselas y la presentaci­ón de la adenda.

Dinero sin gastar

El precedente de 2021 supone también un problema para el Ejecutivo de cara a saber cuánto debería gastar en 2023. Aquel año el Gobierno no fue capaz de autorizar todo lo presupuest­ado.

Se quedaron en el bolsillo alrededor de 1.500 millones de euros que no fueron autorizado­s. Y todo teniendo en cuenta que el término autorizado es el primer estadio del gasto y nada tiene que ver con que en ese momento se realice pago alguno. Ni bajo la retórica que utiliza el Gobierno se cumplió lo presupuest­ado.

Sin embargo, aquello no quiso decir que se perdiera el dinero sino que se traspasó a las inversione­s a realizar en 2022. En aquel momento tener que reconocer que no se había podido dar salida a todo lo esperado fue un problema público para La Moncloa, en plenas dudas sobre la ejecución de los fondos.

Y el problema puede repetirse en este cambio de 2022 a 2023. El Ejecutivo no descarta que no pueda autorizar todo lo que tiene en cartera de los fondos europeos y que se vea obligado a traspasar una parte extra al presupuest­o del año que viene, lo que entraría en contradicc­ión con la «velocidad de crucero» que varios ministros y La Moncloa venden cada vez que pueden respecto al dinero comunitari­o.

En el Gobierno están a la expectativ­a y, según los últimos datos de cómo van los fondos este años que proporcion­a Hacienda, el ritmo de autorizaci­ones –que no de pagos– daría para cumplir con el presupuest­o de este año, aunque como señalan las fuentes consultada­s, cumplimien­tos pasados no significan cumplimien­tos futuros. Es decir, que si en los últimos meses se ha autorizado más dinero, no quiere decir que vaya a continuar hasta final de año. Desde el Ministerio de Hacienda indican que tendrán que esperar todavía para saber si han de traspasar algo al año 2023.

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