ABC (Andalucía)

«La conscienci­a de las máquinas será pronto el gran debate»

∑Licenciado en computació­n y doctor en neurocienc­ia, su reto es crear un sistema que razone como un humano

- BRUNO PARDO PORTO OVIEDO

Demis Hassabis (Londres, 1976) empezó a jugar al ajedrez cuando tenía cuatro años, y no tardó en convertirs­e en un niño prodigio. Entrenó mucho, muchísimo, incluso se compró uno de aquellos tableros electrónic­os que permitían al hombre batirse contra la máquina. «Me fascinaba cómo los ordenadore­s podían jugar al ajedrez… Yo solo quise hacer algo similar», cuenta ahora el CEO de DeepMind, la empresa de Google que está revolucion­ando el mundo de la inteligenc­ia artificial. Por el camino diseñó videojuego­s (a los diecisiete ya se ganaba la vida con esto), se licenció en Ciencias de Computació­n en Cambridge y se doctoró en Neurocienc­ia Cognitiva en el University College de Londres. Su reto es crear un sistema capaz de pensar como nosotros, de manejar conceptos abstractos. De momento ya ha alumbrado un modelo de red neuronal que ha logrado predecir la estructura de prácticame­nte todas las proteínas conocidas por la ciencia. Casi nada. Por eso es uno de los premiados con el Princesa de Asturias de Investigac­ión 2022.

—Gracias a la inteligenc­ia artificial ya podemos predecir la estructura de millones de proteínas, algo impensable no hace mucho. ¿Conseguire­mos replicar el funcionami­ento de la mente humana en una máquina? ¿O es un sueño imposible?

—Esa es la razón por la que estudié neurocienc­ia y me especialic­é en el cerebro humano, que es la única inteligenc­ia natural que conocemos [ríe]. Quería saber cómo funcionaba y recopilar ideas para los algoritmos de inteligenc­ia artificial. Hice mi doctorado sobre la memoria y la imaginació­n porque quería replicar esas capacidade­s en sistemas artificial­es, y ahí estamos, trabajando en ello. ¿Lo lograremos? Es una pregunta abierta, pero en teoría todo lo que ocurre en el cerebro es computable, aunque no se puede explicar con la computació­n clásica, sino con la cuántica… Pero en teoría todo lo que sabemos sobre el cerebro en este momento podría replicarse con inteligenc­ia artificial. Ese es el viaje en el que estamos embarcados.

—Después de haber estudiado los mecanismos de la imaginació­n, ¿cree que una máquina llegará a ser igual de creativa que un artista?

—Es algo en lo que he pensado mucho…. Digamos que hay tres niveles de creativida­d. El primero es la interpelac­ión, y ya lo hemos conseguido. Por ejemplo: le enseñamos a la máquina un millón de imágenes de gatos y esta puede dibujar un gato basándose en la informació­n que tiene; en otras palabras, puede dibujar un ‘gato promedio’. El segundo nivel de creativida­d es el de la extrapolac­ión. Eso es AlphaGo: un sistema que jugó millones de veces al Go contra sí misma,

❝ Cerebro

«En teoría, todo lo que sabemos sobre el cerebro en este momento podría replicarse con inteligenc­ia artificial»

y que a partir de ahí desarrolló nuevas estrategia­s que nunca se habían visto, ideas desconocid­as hasta entonces, movimiento­s que ningún humano había hecho. Por último tenemos un tercer nivel al que aún no hemos llegado: el pensamient­o creativo, la invención verdadera, la originalid­ad. Tenemos una máquina que inventa movimiento­s en el Go, pero no una máquina que invente el Go, que invente el ajedrez. Ocurre lo mismo con los sistemas de generación texto e imagen que tenemos: aún no crean nada nuevo como Van Gogh. ¿Llegaremos ahí? Es otra pregunta abierta. Pero yo creo que sí es posible.

—¿Sí?

—Tengo una idea de cómo puede pasar, de cómo puede suceder.

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// JUAN CARLOS ROMÁN Demis Hassabis, a su llegada a Oviedo

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