Los inventos del futuro según los niños (y la no tan prosaica realidad del momento)
Si le preguntas a un niño qué máquinas nos van a solucionar la vida en el futuro te encuentras cosas así: una nube artificial para controlar la lluvia y regar los campos a placer, una batidora expendedora de billetes (sic) y un coche que vuela, que es un sueño más bien antiguo. También una especie de gasolinera bautizada como ‘Absorbeitor 2.0’, donde se enchufaría cualquier tipo de vehículo motorizado para eliminar toda la contaminación que producen, un robot de cocina para acabar con el hambre en el mundo, un lápiz que escribe solo (qué cansado es escribir) y un ‘chip parlanimal’ que se implantaría en nuestras mascotas y nos permitiría hablar con ellas. «Es resistente al agua por si quieres bañar al gato», precisa Manuel, su jovencísimo inventor.
Él es uno de los 2.535 alumnos de primaria que han participado en uno de los proyectos de ‘Toma la palabra’, organizado por la Fundación Princesa de Asturias, y que consistía en que estos fueran capaces de plasmar con imágenes su visión del futuro de la tecnología. Ahora una selección de sus mejores ideas se expone en la Fábrica de Armas de la Vega de Oviedo. El resultado es un viaje por una fantasía sin domesticar, y que expresa un deseo claro: queremos (quieren) que los robots nos mejoren la existencia y, ya de paso, nos ayuden a salvar el planeta. Por eso han dibujado robots que guardan los bosques, que recogen la basura del mar o que nos escanean el cuerpo para detectar enfermedades imperceptibles por otros medios. Incluso hay una máquina dedicada específicamente a cuidar a los cocodrilos, que les hace fotos bonitas, les da «vitaminas de recuperación» y les hace cosquillas en el vientre. Todo deseo es un misterio.
No muy lejos de ahí, a unos pasos, otra exposición nos revela algunos de los más novedosos hallazgos (reales) que hasta ahora nos ha brindado la inteligencia artificial. Para empezar, AlphaFold, una red neuronal que ha conseguido predecir con gran exactitud la estructura de la práctica totalidad de proteínas conocidas por la ciencia en estos momentos. Después, la generación automática de textos, tan importante para los chatbots, los traductores automáticos y otras herramientas destinadas a la comodidad del individuo. Por último, Dall-E, una máquina capaz de generar imágenes a nuestro capricho a base de combinar millones de fotografías e ilustraciones conocidas. Por ejemplo: «Dall-E, dame un astronauta comiendo pizza en una moto pintada por Picasso». Y te lo da. Un juego de niños. Por ahora.