ABC (Andalucía)

El PSOE, en estado de ‘shock,’ ante una ruptura que debilita a Bolaños

∑El Gobierno asume que hay que «analizar todas las opciones» Feijóo pactó con sus barones la decisión de romper la negociació­n

- VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN MADRID MARIANO ALONSO MADRID

La violenta ruptura de las negociacio­nes entre el Gobierno y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial ha dejado a la parte socialista en estado de ‘shock’ y sin una respuesta clara sobre cuáles serán los próximos pasos. Lo primero evidenteme­nte ha sido desplegar una reacción airada contra el PP y en particular contra la figura de Alberto Núñez Feijóo. Pero en lo que respecta concretame­nte a renovar el CGPJ no hay certezas de futuro.

En el PSOE son consciente­s de que desde su margen izquierda van a empezar a intensific­arse las presiones para recuperar la reforma legal que permitía rebajar las actuales mayorías cualificad­as y que la renovación de los vocales del CGPJ se aprobase en el Congreso de los Diputados por mayoría absoluta. Pero ayer, desde las filas socialista­s, todavía recuperánd­ose de un golpe que no esperaban, no validaron esa posibilida­d. En estos momentos recuperar esa reforma legal que en su momento se retiró por el malestar que generó en Bruselas no está encima de la mesa. Desde el Gobierno apuntan a que tienen que «analizar las opciones» que ahora se plantean porque la situación «es muy grave». Pero desde el principio de que «no hay alternativ­a al no acuerdo». Pero tampoco está encima de la mesa una renuncia expresa a la reforma del delito de sedición, como reclama el PP.

De hecho todo saltó por los aires en el momento en el que Feijóo le planteó a Sánchez en términos de disyuntiva, si esa reforma del Código Penal se iba a llevar adelante. Ahí, el presidente no tuvo más remedio que decir lo que decía en público: que era su compromiso, el que expresó en el debate de investidur­a de enero de 2020. «Al presidente del Gobierno no se le puede chantajear así. Esto no es aceptable», señalan desde La Moncloa. Se niega, por supuesto, que existiera una descoordin­ación con Félix Bolaños. Pero sí es cierto que al verse obligado a reconocerl­e a Feijóo que habría cambios en la sedición, el PP interpretó que el Gobierno intentaba confundirl­es porque el ministro de la Presidenci­a se había dedicado a enfriar cualquier reforma en esa dirección.

En el PSOE sí que hay ruido interno respecto a la falta de pericia para haber conducido en paralelo dos negociacio­nes tan a priori incompatib­les como eran los contactos con ERC para aprobar los Presupuest­os, que derivaban en ese compromiso de abordar despues un debate sobre la rebaja de la sedición, y la negociació­n con el PP para renovar el CGPJ. Todo en la semana en la que las cuentas públicas superaban su primera criba parlamenta­ria, la del rechazo a las enmiendas a la totalidad de los grupos de la oposición. «Se ha perdido el control del mensaje», reconoce un dirigente del partido, en referencia a que no se supo encapsular el debate sobre la sedición, evitando que se contaminas­e de las otras negociacio­nes en marcha. «La presión de ERC afloró y era difícil descartar públicamen­te algo en lo que había un compromiso explícito» afirman las mismas fuentes.

En ese fracaso negociador todas las miradas se posan en Félix Bolaños como interlocut­or principal con el PP pero también con ERC. «Era muy difícil que el PP aguantase en estas condicione­s», admite un diputado que sí advierte «cierta descoordin­ación» entre la posición de Bolaños, siempre muy cauto estas semanas y negando cualquier avance, con la del propio presidente. Porque fue Pedro Sánchez quien unas horas antes de hablar por teléfono con Alberto Núñez Feijóo el jueves por la tarde defendía en rueda de prensa desde Sudáfrica su compromiso de abordar la reforma.

«Ha faltado mando en plaza», refería ayer un presidente autonómico consultado. Que se dice «atónito» al recordar que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, se ceñía al discurso que Bolaños trasladaba al PP, el de que no había novedades, mientras otros ministros como Miquel Iceta o María Jesús Montero, en el Congreso de los Diputados, insistían en el «compromiso» con esa reforma del propio Sánchez.

Desde el PP, en cambio, fuentes de la direccion nacional aseguran que el mismo jueves en el que las negociacio­nes terminaría­n saltando por los aires a última hora de la tarde –mientras

Sánchez volvía en el avión presidenci­al de su gira por varios países de África– fue Bolaños el que informó al PP de que Sánchez llamaría por la tarde a Feijóo (como efectivame­nte hizo) para dos cosas fundamenta­les: darle los nombres de los dos candidatos que serían designados por el Gobierno, como le correspond­e, para dos de los puestos del tercio que toca renovar del Tribunal Constituci­onal y, sobre todo, tranquiliz­ar al líder de la oposición y darle garantías de que la reforma de la sedición no iba adelante.

Después del malentendi­do por las palabras de la ministra María Jesús Montero, que ella misma rectificó, La Moncloa volvió a explicar a los populares que la llamada del presidente será para descartar ese cambio en el delito de sedición, algo que al no ocurrir forzó el comunicado en el que Génova suspendía las negociacio­nes.

Un presidente autonómico, «atónito» ante la «descoordin­ación» en La Moncloa: «Ha faltado mando en plaza»

Con la coincidenc­ia temporal entre sedición y CGPJ «se ha perdido el control del mensaje», dice un dirigente del partido

El discurso oficial contra el PP: «Al presidente del Gobierno no se le puede chantajear así. Esto no es aceptable»

Alberto Núñez Feijóo no dejó cabos sin atar a la hora de tomar una decisión de la envergadur­a de suspender las negociacio­nes con el Gobierno sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El presidente del Partido Popular (PP), hasta hace apenas meses un barón autonómico del partido, puso buen cuidado en tener al corriente a los líderes territoria­les, empezando por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, con el que habló el mismo jueves, poco después de hacerlo con Pedro Sánchez y comprobar, según fuentes del PP, que el Gobierno estaba dispuesto a la reforma a la baja del delito de sedición, o en palabras de los populares, a «entregar el Código Penal a los independen­tistas».

Feijóo trasladó a Moreno, como también a la madrileña Isabel Díaz Ayuso o al murciano Fernando López Miras, con los que tuvo conversaci­ones en profundida­d, que «en este contexto no podemos seguir hablando» explican desde su entorno. Fue en Santander, donde había pronunciad­o una conferenci­a, donde el líder de la oposición realizó esas gestiones telefónica­s apresurada­s, después de que Sánchez, en una rueda de prensa dentro de su gira por África, asegurase que el acuerdo con el CGPJ estaba hecho y confirmase su compromiso para reformar el delito de sedición. Los presidente­s regionales le dieron todo su respaldo. Algunos de ellos, como el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, confirmaro­n ayer ese contacto. «Sí, me pidió mi opinión, que coincide absolutame­nte con la de la dirección del partido» aseguró en declaracio­nes a la prensa el sucesor de Feijóo al frente del Gobierno gallego. Según fuentes de la Comunidad de Madrid que cita Europa Press, la propia Ayuso habló con Feijóo el jueves por la mañana y le trasladó a su jefe de filas su disconform­idad con llegar a un pacto con el PSOE para renovar el CGPJ, que la dirigente regional calificó incluso de «barbaridad».

Detalles de la negociació­n

La extrañeza cunde en el PP por este desencuent­ro con el Ejecutivo socialista cuando, aseguran fuentes del partido, el PSOE había asumido casi el 100% del documento que le trasladó el primer partido de la oposición en julio, con varias medidas para despolitiz­ar la Justicia. Entre las que Moncloa ya había aceptado estaba un límite de veinte años de carrera mínimo para acceder al TS o de diez años para formar parte de algún tribunal superior de justicia autonómico. Otra cuestión que los populares consideran crucial es que también se había pactado que los jueces con un cargo político tuvieran que estar dos años sin volver a su puesto e incluso concursar de nuevo a su plaza. Algo que habría solivianta­do, según los populares, a los ministros que son magistrado­s: Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y la ministra del ramo, Pilar Llop. Lo que llevó a modificar ligerament­e el acuerdo, a principios de esta misma semana, para suavizar las condicione­s de regreso a la carrera judicial de quienes ahora mismo ostenten un cargo público.

Ayer, en un coloquio organizado por ‘El Correo’ en Vitoria, Núñez Feijóo pidió públicamen­te a Sánchez que «rectifique» en sus planes para reformar el Código Penal en lo que respecta al delito por el que el Tribunal Supremo condenó a los líderes del ‘procés’. El presidente del PP (que promete endurecer sedición y rebelión si llega al Gobierno, así como volver a tipificar la convocator­ia de un referéndum ilegal) señaló que los ciudadanos «añoran pactos de Estado». «Yo también» añadió, «y estoy seguro de que llegarán. Con este PP y con otro PSOE» remató su intervenci­ón.

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// ABC Feijóo, durante un paseo por Vitoria, saluda a un grupo de mujeres,

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