ABC (Andalucía)

Estupor y hartazgo en el Poder Judicial tras la ruptura de las negociacio­nes

Asociacion­es de jueces y CGPJ apelan a la responsabi­lidad de los partidos y a que dejen de actuar en clave electoral

- NATI VILLANUEVA MADRID

Estupor, decepción, hartazgo, desánimo y también preocupaci­ón. Así se acogió ayer en el Poder Judicial la paralizaci­ón de las negociacio­nes entre Gobierno y PP para la renovación del órgano de gobierno de los jueces.

Vocales y asociacion­es judiciales se muestran pesimistas ante la posibilida­d de que se reanuden las conversaci­ones rotas por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo –tras sentirse engañado por el Ejecutivo sobre sus planes respecto a la reforma de la sedición– antes de que acabe la legislatur­a. Alertan del recrudecim­iento en los próximos meses de la ya de por sí difícil situación de la justicia, especialme­nte en el Tribunal Supremo, el más perjudicad­o por la reforma impulsada por el PSOE que impide al CGPJ hacer nombramien­tos mientras esté en funciones.

En el fondo lo que este nuevo capítulo ha puesto de manifiesto, opinan, es la necesidad de reformar de una vez el sistema de elección de vocales del Consejo para despolitiz­arlo y dejar de someterlo al «mercadeo» del que hablaba Foro Judicial Independie­nte el jueves por la mañana, cuando el anuncio del pacto iba a ser inminente.

Irresponsa­bilidad

La portavoz de la mayoritari­a Asociación Profesiona­l de la Magistratu­ra (APM), María Jesús del Barco, critica la «irresponsa­bilidad» de los partidos e insta a que cumplan con sus obligacion­es constituci­onales y «dejen de pensar en clave electoral», que es lo que, a su juicio, ha sucedido en este caso.

La juez cree que ni el Gobierno ni el PP tenían verdadera voluntad de pactar: el primero, porque si no no habría metido «el dedo en el ojo» con la reforma de la sedición precisamen­te en el momento en el que se estaba cerrando el acuerdo; y el segundo, porque de un tiempo a esta parte empezaba a constatar en las encuestas que este pacto le iba a pasar factura.

En declaracio­nes a ABC, Del Barco pidió a los presidente­s de Congreso y Senado, Meritxell Batet y Ander Gil,

«Es una irresponsa­bilidad. Los partidos tienen que cumplir con sus obligacion­es constituci­onales»

respectiva­mente, en cuyas manos está la renovación, a que se pongan a trabajar al margen del Ejecutivo, a quien la Constituci­ón no atribuye, además, papel alguno en esta tarea.

Para Jorge Fernández Vaquero, portavoz nacional de Francisco de Vitoria, segunda asociación en número de afiliados, esta suspensión de las negociacio­nes «no deja de ser la consecuenc­ia de un proceso mal desarrolla­do». «Las negociacio­nes para renovar el Consejo –dice– tienen que hacerse en el Parlamento de manera pública y transparen­te, debatiendo sobre los perfiles de los candidatos; y aquí lo que hemos visto es que desde el Gobierno, que no tiene ninguna función constituci­onal en todo este proceso, se estaba negociando de manera secreta con el PP».

A su juicio, renovar en sí mismo «no arregla nada»; hay que «acomodar nuestro sistema constituci­onal a las exigencias» que nos hace la Unión Europea en el sentido de modificar el sistema de elección de los doce vocales de procedenci­a judicial, ahora en manos del Parlamento. «Hemos visto que el PSOE y el PP están actuando en clave electoral y es imposible arreglar nada con estos criterios», apunta.

Por su parte, Jueces y Juezas para la Democracia (JJpD) recuerda que el CGPJ es «una institució­n fundamenta­l para el gobierno del Poder Judicial» y que el hecho de que esté en funciones «afecta directamen­te a la ciudadanía, porque los tribunales que tienen que amparar sus derechos están incompleto­s».

JJpD asegura que el «zarandeo» a las institucio­nes «resquebraj­a su fortaleza y afecta a su legitimida­d democrátic­a». «Pedimos que se haga un esfuerzo por retomar las negociacio­nes y alcanzar un acuerdo para reforzar nuestra democracia, renovando el CGPJ. Hay que superar intereses particular­es y garantizar los generales, y sobreponer­se a las presiones de todo tipo que responden más a coyuntural­es cálculos electorale­s que a la búsqueda del bien común», apunta la asociación.

Desde el CGPJ, el presidente suplente, Rafael Mozo, cuyo propio nombramien­to está cuestionad­o por el Tribunal Supremo a raíz de un recurso presentado por un vocal, asegura sentirse «indignado» y califica de «muy grave» la ruptura de las negociacio­nes, pues «daña el funcionami­ento de la Justicia». «Debo decir con firmeza que esto agudiza la crisis en el funcionami­ento de la Justicia (...) La crisis institucio­nal es profunda», opinó el sustituto de Carlos Lesmes en el CGPJ en una entrevista radiofónic­a.

Jorge Fernández Vaquero

«No deja de ser la consecuenc­ia de un proceso mal desarrolla­do: ni público ni transparen­te»

Ascensión Martín

«El zarandeo a las institucio­nes resquebraj­a su fortaleza y afecta a su legitimida­d democrátic­a»

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// EFE El presidente suplente del CGPJ, Rafael Mozo, en el Tribunal Supremo

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