Detenido el capellán de la cárcel de Albacete por tráfico de drogas
Según la diócesis, el sacerdote reconoce su adicción y ha iniciado su rehabilitación
«¿Qué hace aquí el cura que celebra las misas todas las semanas en la cárcel?». Los reclusos que la semana pasada fueron trasladados desde la prisión de La Torrecica a los juzgados de Albacete para alguna diligencia se llevaron una gran sorpresa. Entre los detenidos por una operación policial, engrilletado y custodiado por la Policía, se encontraba un rostro conocido, el del capellán del centro penitenciario.
En efecto, ayer se conocía que el responsable de la pastoral penitenciaria había sido detenido la semana pasada por un presunto delito de tráfico de drogas. Tras pasar a disposición judicial el viernes 21 de octubre, el «titular del juzgado decretó libertad provisional» tras imputarle «de manera provisional como presunto autor de un delito contra la salud pública», informaron fuentes judiciales a este periódico.
Como medidas cautelares, el juzgado ha impuesto al investigado «la obligación de comparecencia ante el juzgado todas las semanas, así cuantas veces sea llamado», confirman las mismas fuentes. El sacerdote había sido detenido por la Policía Nacional con una gran cantidad de droga, que no han precisado. Aunque en el momento de la detención, el cura explicó que era para su propio consumo, la cantidad era bastante superior a los límites establecidos para el autoconsumo, por lo que la Policía decidió que pasara a disposición judicial. La información fue confirmada por la diócesis de Albacete, que emitió una nota junto a la Congregación de la Misión (Padres Paúles), a la que pertenece el sacerdote, en la que «lamentan y se sienten cercanos al dolor que este hecho provoca en tantas personas». Ambas instituciones eclesiales recuerdan que «el sacerdote, que goza de la presunción de inocencia, se ha manifestado dispuesto a colaborar con la autoridad judicial para el esclarecimiento de los hechos y ha reconocido su adicción por lo que va a ingresar en un centro especializado en espera de ulteriores decisiones judiciales».
Segunda etapa en la prisión
Según ha podido conocer ABC, tras ejercer su labor durante unos años en el Hospital General de Albacete, el sacerdote había vuelto al centro penitenciario, como capellán, el pasado agosto. Una labor que conocía bien, pues ya la desarrolló desde 2004 hasta 2011. Según explicaba en un blog su «dedicación principal era asistir espiritualmente a todos aquellos que lo pedían y ofrecer la posibilidad de recibir los sacramentos». Además, «una vez a la semana, los viernes por la tarde, celebrábamos la eucaristía dominical». A su vuelta, después de diez años, los funcionarios que lo conocían, lo encontraron muy desmejorado, había perdido muchos kilos, y con un aspecto físico propio de un enfermo. Ahora se sabe que causado por su adicción.
El premiado también denunció los populismos, nacionalismos y autoritarismos –de izquierdas y de derechas– que asuelan el siglo XXI: «Tienen en común el desprecio hacia lo más valioso de la tradición europea: la misericordia, la infancia, la tradición cristiana y la razón de los descendientes del Siglo de las Luces».
Teatro, flamenco, México…
Más allá de Ucrania, los Princesa de Asturias se convirtieron en una reivindicación del teatro con el premiado
Juan Mayorga (Letras) realizando una loa a la palabra y a todo lo que rodea a la producción escénica.
Hubo también flamenco, con la interpretación del poema ‘Con tu voz’ (Juan Ramón Jiménez) por parte de la cantaora Carmen Linares, quien junto a la bailaora María Pagés recibieron el galardón de las Artes.
También hubo mucho México, cuyo nexo de unión con España defendió el galardonado con el premio de Ciencias Sociales, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma: «No podemos anclarnos en el pasado y guardar rencores, sino mirar hacia adelante. En esto, México y España deben dirigirse hacia un futuro promisorio».
Los otros galardonados de las cuatro categorías restantes fueron Ellen
MacArthur, pionera en la economía circular y sostenibilidad (premio a la Cooperación Internacional); la Fundación Olímpica para los RefugiadosEquipo Olímpico de Refugiados (Deportes); los investigadores Yann Lecun, Demis Hassabis y Yoshua Bengio por sus contribuciones al avance de la Inteligencia Artificial (Investigación Científica y Técnica); y el arquitecto activista Shigeru Ban, quien ha dado respuestas rápidas y eficaces en forma de refugios y viviendas temporales a situaciones extremas (Concordia).
Sobre todos los premiados, el Rey tuvo unas palabras específicas. Pero fue curiosa la exhortación final a sus hijas: «Queridas Leonor y Sofía. Sabéis que [los premiados] simbolizan el mejor espíritu, que son un verdadero espíritu para todos. A vosotras y a todos los jóvenes de vuestra generación, os animo a miraros aún más en ellos, en sus obras, en sus esfuerzos y aspiraciones, en su generosidad y gratitud. Nos ayudarán aún más a avanzar como sociedad. Porque ellos representan, en definitiva, valores y cualidades que son cada vez más indispensables en este siglo XXI», concluyó el Rey para hacer hincapié en esta necesaria cita anual con Asturias con el objetivo de «reconciliarnos con lo mejor del género humano».
Hubo más detalles de la ceremonia. La gran ovación a Doña Sofía al inicio; las miradas atentas del Rey, la Reina y la Infanta Sofía durante el discurso de la Princesa Leonor, quien poco a poco gana protagonismo con discursos más largos. El emocionante y último discurso del presidente de la Fundación de los premios, Luis Fernández-Vega, tras cinco años al frente de la institución. Ahora una mujer, Ana Isabel Fernández, estará al frente de la Fundación.
Y, cómo no, las gaitas. Son los gaiteros el cimiento emocional de la ceremonia, que concluyó en el Campoamor con el tradicional ‘Asturias, patria querida’.
«Los premiados simbolizan el mejor espíritu, que son un verdadero espíritu para todos», destacó Don Felipe ante los 1.300 asistentes