«Por supuesto que Cayetana tiene espacio en este PP, aquí cabe todo el mundo»
—Hemos visto que Cayetana Álvarez de Toledo ha tenido acercamientos públicos a Vox y Cs. ¿Tiene hueco en el PP de Feijóo?
—Por supuesto. Este es un partido muy amplio y tiene espacio absolutamente todo el mundo.
—Hablaba antes de los asesores en la sombra que tiene Feijóo, ¿no debería estar Sáenz de Santamaría?
—Las decisiones personales de cada uno, de cómo afronta su futuro y su vida, son de cada uno. Y por tanto esa decisión de haber pasado a la vida privada le corresponde a ella y debemos respetarla.
—Pero hay personas del sector privado que sí le asesoran...
—Bueno, pero son decisiones personales de cada uno. Y por supuesto, este partido está abierto a todo aquel que quiera aportar. Y por supuesto, Soraya es un gran activo de este partido. Ha sido vicepresidenta del Gobierno de España, nada más y nada menos.
—La manera de elegir candidatos de cara a las próximas elecciones locales ha provocado acusaciones de dedazo a Génova en Asturias, Navarra o La Rioja. ¿Seguirán la misma fórmula en otras regiones?
—Creo que estamos llevando a cabo un proceso ejemplar, donde está primando la unidad dentro del Partido Popular, que es nuestra principal fortaleza. Es una unidad basada en la generosidad de todos y en la defensa exclusivamente del interés general, que es la responsabilidad de servir y garantizar una alternativa a un mal Gobierno socialista, como sucede en La Rioja, Navarra o Asturias.
—¿Y por qué cree que se producen esas críticas?
—Si hay alguna voz discordante, son individuos, personas concretas.
—¿Qué relación tienen con Pablo Casado?
—Sabemos que está bien y respetamos su decisión de mantenerse al margen y alejado de la política.
—¿Tiene interlocución con Feijóo?
—Esa cuestión es del ámbito privado y le corresponde a él.
❝ Sáenz de Santamaría
«Soraya es un gran activo, fue nada menos que vicepresidenta»
Pablo Casado
«Sabemos que está bien y respetamos su decisión de estar al margen»
se puede acelerar que la Justicia les haga ‘el trabajo sucio’ y el juicio por sus ‘trapis’ acabe de hecho con su carrera política.
El tercer camino, y más delicado, por ser más obvio y quedar más a la vista de todos, consiste en nombrar a un nuevo presidente del Parlament para dejar claro que Junts ya no ve a Borràs como su «presidenta legítima» y que ha dejado de apoyarla en su singladura.
De nada le sirvieron a Borràs sus gritos y lloros en la ejecutiva extraordinaria de Junts donde apeló a la compasión de los que mayoritariamente querían echar a su compañero: «¿Que no veis que está en el hospital?, ¿no tenéis corazón». Las exconsejeras Cervera i Ciuró le pidieron que dejara de comportarse de aquel modo tan exagerado y fueron implacables en su posicionamiento.
Que muchos votaran la salida del Govern no significa que apoyaran el liderazgo de Borrás, aunque ella fuera en Barcelona la abanderada de aquella opción. Quien de verdad se arremangó para conseguir tal propósito fue Carles Puigdemont desde Waterloo, que llegó a mandarle un whatsapp al secretario general del partido, Jordi Turull, amenazando con crear una escisión si ganaban los partidarios de permanecer en la Generalitat.
Pero Puigdemont detesta a Borràs y prefiere a perfiles más obedientes como el exvicepresidente del Parlament, Jordi Puigneró, o el portavoz de Junts en el Parlament, Albert Batet. Si Puigneró fue el considerado su hombre fuerte en el Govern desde el principio de la legislatura, ahora su principal correa de transmisión parece ser Batet, el encargado de exigir al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que se sometiera a una cuestión de confianza.
Es síntoma inequívoco de la debilidad y de la soledad de Puigdemont que sólo le quede un hombre como Batet como escudero de máxima confianza. Como en su día publicó ABC, Batet es considerado en