Kosovo presenta un plan gradual para el cambio de las matrículas serbias y relaja la tensión
Primero fue el 1 de agosto. Luego el 1 de septiembre. Lo extendieron otros dos meses hasta el 31 de octubre y cuando la fecha ya estaba llegando, las autoridades de Kosovo han vuelto a ampliar el plazo para que los serbokosovares con matrículas en sus coches de la República de Serbia (SRB) las cambien por la kosovar (RKS). Esta vez, el Gobierno de Albin Kurti anunció durante el fin de semana un plan gradual para eliminar las matrículas de la época de Milosevic, cuando Kosovo formaba parte de Serbia. «Estas placas de automóviles son ilegales. Queremos darles una oportunidad a todos aquellos que estén interesados en integrarse», dijo Kurti.
El plan gradual presentado por las instituciones kosovares marca que los conductores primero recibirán advertencias durante tres semanas a partir de hoy; luego serán multados durante un período de dos meses, seguido de una etapa de placas temporales; y si no las cambian antes del 21 de abril, sus vehículos serán confiscados. Sin embargo, muchos de los ciudadanos que contaban con placas serbias, para evitar problemas con las autoridades simplemente taparon sus matrículas con una cartulina blanca.
Relajar tensiones
«Esto hace que dé más tiempo a los ciudadanos a obtener nuevas matrículas y también debería ayudar a aliviar las tensiones», comenta Admirin, periodista kosovar asentado en Pristina, la capital. Kosovo ha intentado varias veces este año exigir a su minoría serbia que cambie las placas de sus coches.
Esta medida encontró resistencia por parte de algunos sectores, sobre todo los serbios más nacionalistas, que viven en el norte del país. A finales de verano hubo algún altercado y la Policía kosovar tuvo que intervenir. Incluso las fuerzas de la OTAN desplegadas amagaron con mediar. Hubo bloqueos de carreteras y cierta tensión a las afueras de Mitrovica, ciudad del norte de Kosovo y ejemplo de la división entre serbokosovares y albanokosovares. En esta ciudad, los dos grupos étnicos conviven separados por un puente, pero donde el tránsito de una parte a otra es normal.
Kosovo declaró su independencia de forma unilateral en 2008, pero alrededor de 50.000 serbios étnicos que viven en la parte norte de Kosovo se niegan a reconocer la autoridad de Pristina.