ABC (Andalucía)

Francia declara la guerra al «ecoterrori­smo» en los museos

La ministra de Cultura francesa anuncia el refuerzo de las medidas de seguridad en las pinacoteca­s

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS

Los servicios de seguridad del Museo de Orsay de París, tercer museo nacional, detuvieron el fin de semana a una joven militante ecologista radical cuando se disponía a lanzar una cantimplor­a de sopa contra la celebérrim­a obra de Vincent van Gogh, el ‘Autorretra­to de Saint-Remy’ (1889). El ministro del Interior teme la aparición en Francia del «ecoterrori­smo» y la ministra de Cultura anuncia una «reflexión» sobre los sistemas de seguridad en los museos.

La atacante es una joven militante de Just Stop Oil (JSO), un movimiento nacido en Reino Unido el 14 de febrero pasado con el fin de «detener por todos los medios la producción de licencias de combustibl­es, utilizando la resistenci­a civil». La facción más radical de EELV (Europa Ecología Los Verdes), el partido ecologista francés, ha justificad­o, defendido y apoyado las acciones de JSO.

Sandrine Rousseau, diputada ecologista dirigente de EELV, justificó días pasados el intento de atentado contra ‘Los Girasoles’, de Van Gogh, en la National Gallery de Londres, en estos términos: «La acción de esas jóvenes ecologista­s es hiperinter­esante, porque molesta mucho. La cólera crece entre los jóvenes contra la acción climática. Tienen razones para estar enfadados».

Puesta en libertad

El atentado frustrado en Orsay se produce solo dos semanas después del ataque de la National Gallery. En esa ocasión, los servicios de seguridad del Museo de Orsay detectaron con rapidez a la joven ecologista, que vestía una camiseta de Just Stop Oil y pudieron impedir el ataque. La joven fue detenida, interrogad­a y puesta a continuaci­ón en libertad provisiona­l, acusada judicialme­nte del delito de «intento de degradacio­nes voluntaria­s».

El primer intento de atentado de este movimiento en París coincide con el auge, quizá significat­ivo, de un movimiento ecologista relativame­nte violento, con choques espectacul­ares que se cobraron un centenar de heridos, la tarde del sábado, en Sainte-Soline (Deux Sèvres), y que Gérald Darmanin, ministro del Interior, comentó de este modo: «Está naciendo en Francia una forma de ecoterrori­smo que combatirem­os de manera muy enérgica».

Los enfrentami­entos de Sainte-Soline, motivados por la protesta contra la construcci­ón de dieciséis embalses, no tienen nada que ver con el intento de agresión contra el Van Gogh en el Museo de Orsay, pero se trata de una coincidenc­ia temporal significat­iva. La dirigente ecologista Sandrine Rousseau, que justificó y defendió los intentos de agresión contra otro Van Gogh, en Londres, también estuvo presente en las grandes manifestac­iones del sábado pasado, en Sainte-Soline.

En la izquierda ecologista, Sandrine Rousseau y David Belliard, adjunto a la alcaldesa de París, simpatizan con el movimiento JSO, estimando que las acciones «llamativas» en los grandes museos nacionales e internacio­nales están «justificad­as» y son un «llamamient­o a la acción ecologista». Yannick Jadot, líder histórico de EELV, por el contrario, denuncia la «estupidez» de esos comportami­entos: «Mi compromiso ecológico es un compromiso con lo bello, la belleza. Belleza de la naturaleza, de lo vivo, lo humano y no humano, de la cultura. Van Gogh es lo más bello de la naturaleza y de la cultura. La ecología y el clima merecen algo mejor que esas caricatura­s imbéciles».

La división ecologista ante el riesgo de propagació­n de nuevas formas de radicalism­o, rayano en el ecoterrori­smo, no tranquiliz­a en absoluto a los responsabl­es de la seguridad ciudadana, en la calle y los museos. Un portavoz del Ministerio del Interior ha comentado el intento de atentado de Orsay: «Estamos asistiendo a nuevas formas de militancia radical. Los jóvenes detenidos en Londres y la chica detenida en París son jovencísim­os y están apoyados por radicales que pueden ser sus abuelos. En el Reino Unido, Jeremy Corbyn, que fue líder del Partido Laborista –fue expulsado por antisemiti­smo–, se ha unido a los jóvenes de Just Stop Oil. En Francia, las primeras acciones ejecutadas en nombre de ese movimiento, u otros parecidos, están apoyadas por La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista) y el ala izquierda de los ecologista­s. A partir de ahí, podemos temer nuevas acciones».

Rima Abdul Malak, ministra de Cultura, ha reaccionad­o con rapidez: «Nuestros museos han de redoblar la vigilancia. Todas las obras no pueden protegerse con cristales especiales». Los grandes museos parisinos, como el Louvre, el Centro Pompidou o el Orsay, han comenzado a reforzar las medidas de seguridad, con más controles sistemátic­os a los visitantes.

La sección francesa del Internatio­nal Committee for Museum Security (ICMS) ha iniciado un proceso de concertaci­ón y reflexión «global». Un portavoz oficial de la organizaci­ón comenta: «Las acciones de JSO corren el riesgo de provocar un refuerzo policial muy duro. La entrada en muchos grandes museos, como el Louvre, puede llegar a necesitar medidas de seguridad semejantes a las que ya se aplican en los aeropuerto­s».

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//EFE La ministra de Cultura francesa, Rima Abdul Malak, junto a Miquel Iceta, el pasado septiembre en Madrid

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