El 50% de los graduados se estrena con empleos de baja cualificación
∑Filología Clásica o Estudios Árabes tiene un cien por cien de paro pero hay ingenierías que gozan de pleno empleo ∑Los universitarios andaluces tardan medio año en acceder a su primer trabajo desde que acaban la carrera
Cuando un universitario andaluz aprueba la última asignatura para acabar la carrera se activa un reloj que marca el tiempo que tardará en encontrar su primer empleo. La media, señala un estudio de la Consejería de Empleo, Empresas y Trabajo Autónomo, es de cinco meses y medio. Pero hay quien tarda mucho más. Es el caso de quienes se gradúan en carreras de Artes y Humanidades, que tardan un mes más en incorporarse al mercado laboral. La mitad de los graduados, sin embargo, se estrenan en el mercado laboral en empleos que están por debajo de su cualificación profesional, según recoge un estudio del Instituto de Estadística y Cartografía (IECA).
Quienes firman su primer contrato más rápido son los que eligieron estudios dentro de la rama social o jurídica: solo 151 días, 18 menos que la media. En total, y un año después de acabar la carrera, el 51 por ciento de los egresados de Andalucía estará trabajando de algo relacionado con su carrera.
¿Estas cifras son mucho, poco, están en la media? «Son datos muy buenos», responde Ramón Herrera, secretario general de Universidades. «Hay un porcentaje muy elevado de alumnos que acaban un grado y opositan. Otros prefieren seguir estudiando y se matriculan en un máster o se preparan en algún idioma», detalla. Herrera se muestra satisfecho con que más de la mitad de quienes titulan se incorporen en 12 meses a un trabajo.
En todo caso, el tiempo juega a favor de los universitarios de la comunidad. Porque, según un estudio de la anterior Consejería de Transformación Económica, que en la legislatura pasada tenía las competencias en Universidades y que recoge el IECA, la inserción laboral pasa de ese 51 por ciento en el primer año al 70 por ciento cuando han pasado cuatro desde que se graduó.
Así pasa, al menos, con quienes acabaron sus estudios superiores en 2012. En el curso 2016/2017, cuatro años después de terminar la carrera, habían conseguido trabajo el 69,9 por ciento de los alumnos. Sin embargo, cuando se mira la promoción de 2019/2020, el primero esa cifra baja al 51 por ciento.
En el mapa universitario andaluz hay carreras que tienen paro cero y otras en las que encontrar un empleo es muy complicado. En el primer grupo, señala el estudio ‘Situación laboral de las personas egresadas en enseñanzas universitarias en Andalucía’, están, sobre todo, las ingenierías. Es el caso de la Ingeniería Civil, de Tecnologías Mineras, Ingeniería Mecánica, de Recursos Energéticos, Eléctrica... También está en este grupo el grado en Química y el máster de profesorado. Pleno empleo. Cero paro.
Pocas salidas laborales
En el lado opuesto están las carreras en las que «ningún egresado estaba trabajando» un año después de acabar. Cero empleo. Pleno paro. Son el grado de Estudios Ingleses, Filología Clásica, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, grado en Educación Primaria, en Estudios Árabes e Islámicos así como en Historia y en Historia del Arte.
En estas carreras con menos salidas, sin embargo, hay ‘truco’. En algunos ca
En carreras como Magisterio el paro es muy alto tras acabar pero es porque los alumnos están preparando oposiciones
sos son títulos que suelen llevar a opositar y que, por lo tanto, lleva a sus egresados a tardar algo más en ingresar en el mercado laboral.
Los alumnos que tienen mejores calificaciones en su grado universitario, señala el estudio del IECA, son quienes luego prefieren seguir estudiando. Así, «el 15 por ciento de los egresados andaluces cuya nota académica es mejor que la del 75 por ciento de sus compañeros se encuentra cursando nuevos estudios universitarios años después». Así, están quienes siguen estudiando un año después —un máster, otra carrera...—, que son el nueve por ciento del total. A eso se suma quienes figuran como parados, que son según el IECA casi el 13 por ciento. Y luego están quienes se declaran en «otras situaciones». ¿Qué es eso? De lo que hablaba el director general de Universidades de Andalucía: quienes están opositando a un puesto público o quienes están preparando una prueba de idiomas, entre otras situaciones.
Cuando los universitarios consiguen un trabajo, señala el estudio de la Consejería de Empleo, no siempre está a la altura de las expectativas de los alumnos. Porque la mitad de los egresados andaluces deben ejercer en los primeros años un empleo por debajo de su cualificación, según recoge el IECA. Eso ocurre, sobre todo, para quienes han elegido carreras de Negocios,
Administración y Derecho, donde ocho de cada diez no trabajan como titulados en sus estudios sino de otras cosas. También le ocurre a siete de cada diez que cursan Ciencias Sociales, Periodismo o Documentación. Al contrario, los andaluces que se decantan por carreras sanitarias trabajan en lo suyo casi siempre, solo el 16 por ciento acaba en otro tipo de trabajo.
Lejos de casa
El estudio de la Consejería de Empleo destaca otra realidad: la mayoría de los universitarios cambian de provincia para su primer trabajo. Ocurre, sobre todo, en el caso de las Ingenierías y Arquitectura. En este caso, siete de cada diez egresados andaluces acaba trabajando fuera de casa. En todas las ramas esa cifra está por encima del 50 por ciento. Tan solo quienes cursan estudios de Ciencias Sociales y Jurídicas o Magisterio tienen un puesto en su municipio de origen.
El sesgo de género, señala el estudio de la Consejería de Universidades, es claro en el tipo de contrato que firman los universitarios al acabar la carrera. Así, mientras ellos se aseguran un 32,2 por ciento de indefinidos, ellas bajan al 25,5. Los contratos temporales son del 70,6 para las universitarias y del 63 para ellos. Además, ellas se ven abocadas al doble de jornadas parciales que ellos, según el informe del IECA.