ABC (Andalucía)

Rusia acepta retomar el acuerdo para exportar cereal ucraniano

Defensa considera «suficiente­s» las garantías recibidas de la ONU y de Turquía

- RAFAEL MAÑUECO CORRESPONS­AL EN MOSCÚ

El Ministerio de Defensa ruso anunció ayer que Moscú reanuda su participac­ión en el acuerdo para la exportació­n de cereales ucranianos tras haber recibido de Kiev «garantías por escrito» de que el corredor marítimo utilizado por los cargueros para el transporte de grano no será empleado con fines militares. Rusia suspendió el sábado su participac­ión en el convenio después de que Ucrania atacara con drones la base de la Flota del Mar Negro en Sebastopol (Crimea) y dañara varios navíos.

En su comunicado, el departamen­to castrense ruso asegura que «Rusia considera que las garantías que recibió de Ucrania parecen de momento suficiente­s y reanuda la aplicación del acuerdo». Según su texto, las autoridade­s de Kiev se han comprometi­do «a no utilizar el corredor humanitari­o y los puertos ucranianos acordados en interés de la exportació­n de productos agrícolas para llevar a cabo operacione­s militares contra la Federación Rusa».

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó en el Parlamento turco que «los envíos de cereales continuará­n a partir de las doce horas de hoy, como estaba previsto». Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó ante su Consejo de Seguridad haber «dado instruccio­nes» al Ministerio de Defensa para el relanzamie­nto de las exportacio­nes de cereal, pero avisó que «Rusia se reserva el derecho de retirarse de estos acuerdos si Ucrania viola las garantías». La vigencia de lo pactado expira en cualquier caso el próximo 18 de noviembre y Moscú ya ha amenazado varias veces con negarse a su prolongaci­ón. El acuerdo fue alcanzado el 22 de julio bajo la mediación de Turquía y la ONU, cuyo coordinado­r de esta iniciativa, Amir Abdulla, se congratuló ayer en Twitter de que Rusia se una de nuevo a un pacto que ha posibilita­do la exportació­n de unos 10 millones de toneladas de grano para aliviar así la crisis alimentari­a mundial desatada por la guerra en Ucrania.

Pese a la suspensión transitori­a por Rusia del acuerdo, en los últimos días han seguido zarpando barcos con cereales de los puertos ucranianos del mar Negro. «Los buques civiles nunca pueden ser un blanco militar o ser tomados como rehenes, los alimentos deben circular», escribió en Twitter Amir Abdulla. Esta situación motivó que el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtiera el lunes que en un momento cuando Rusia no puede garantizar «la seguridad de la navegación en esas zonas, dicho acuerdo es difícilmen­te aplicable. Y esto adquiere un cariz totalmente diferente, mucho más arriesgado y peligroso».

Garantías reales

Turquía y la ONU decidieron impulsar numerosos contactos por vía telefónica para convencer al Kremlin de la necesidad de que no abandonase el acuerdo, entre ellos la conversaci­ón mantenida por teléfono el martes entre Erdogan y el presidente ruso, Vladímir Putin, quien exigió el lunes a Ucrania «garantías reales» de seguridad de que el corredor no servirá para organizar ataques. «Solo después de eso podríamos examinar la reanudació­n del trabajo», insistió Putin.

El Ministerio de Defensa ruso, citando una investigac­ión de sus especialis­tas, sostiene que Ucrania utilizó drones submarinos lanzados supuestame­nte por un barco situado directamen­te en el corredor para el transporte de cereales, acusacione­s que Kiev ha rechazado categórica­mente y que considera un «falso pretexto» para suspender la participac­ión en el acuerdo. Otro argumento esgrimido por Rusia, que Ucrania también desmiente, es el presunto envío de la mayoría de los cereales a Europa y no a los países pobres, que, según Moscú, están recibiendo un porcentaje ínfimo de lo exportado, apenas el 4% del total cuando cerca de la mitad de la carga, según el Kremlin, ha ido a parar a países de la Unión Europea.

Putin reconoció el lunes que los últimos bombardeos masivos con misiles y drones contra ciudades ucranianas y sus infraestru­cturas energética­s, que han trastocado completame­nte los suministro de agua y electricid­ad, «fueron en parte» la represalia por el ataque contra la base naval de Sebastopol. Aunque se ha subsanado parcialmen­te el suministro, el operador ucraniano, Ukrenergo, advirtió que habrá nuevas restriccio­nes debido a la inmensa cantidad de instalacio­nes que necesitan ser reparadas. Según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, los ataque rusos han dañado el 40% de las plantas energética­s del país.

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