Israel se prepara para la formación del gobierno más radical de su historia
Los supremacistas judíos, tercera fuerza del país, se convierten en apoyo clave para que Netanyahu recupere el poder Liza por los ministerios
Las encuestas en Israel acertaron con la victoria de Benjamín Netanyahu, pero fallaron al anunciar que se mantendría el bloqueo político en el parlamento. Con casi el 90 por ciento del voto escrutado, el Likud obtiene 32 escaños, pero lo que es más importante es que el bloque liderado por Netanyahu en la Knesset llega a los 65 diputados, lo que le otorga una mayoría amplia para formar un gobierno estable. A falta de sorpresas de última hora con un vuelco en la recta final del recuento que permita a Meretz y Balad superar la barrera del 3,25 por ciento para estar en la cámara, Netanyahu, de 73 años, volverá a ocupar el sillón de primer ministro como ya lo hizo durante quince años. Para ello contará con el apoyo de Sionismo Religioso, formación supremacista judía convertida en la tercera fuerza del país, cuyo programa recoge propuestas como la aplicación de la pena de muerte para «terroristas», la inmunidad total para soldados, la deportación de «ciudadanos desleales» y la prisión para solicitantes de asilo.
Mientras algunos altos dirigente del Likud pedían cautela hasta el fin del recuento, el propio Netanyahu ya se puso de nuevo el traje de jefe de Gobierno y dijo que su objetivo es ser un primer ministro «de todos los israelíes». También comenzaron las quinielas sobre el reparto de ministerios entre los partidos que están llamados a formar el gobierno más radical de la historia del Estado judío.
La alianza la forman los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido del Pentateuco, que suman 19 diputados, y los ultranacionalistas religiosos de Sionismo Religioso, con 14 escaños. Estos últimos, liderados por los colonos Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, el rostro más popular de estos comicios, reclaman las carteras de Seguridad Interna y Justicia, aunque esta última permanecerá en manos del Likud, según medios israelíes.
«Los próximos pasos del Gobierno consistirán en hacer algo parecido a lo de Polonia y Hungría. Destruir la independencia judicial para, entre otras cosas, quitarle autoridad al juicio contra Netanyahu por corrupción», opina el politólogo Alberto Spektorowski, para quien estos comicios suponen además «un golpe mortal contra la izquierda sionista con un partido como Meretz luchando por entrar en la cámara» y el resultado final refleja que en Israel
La alianza la forman los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido del Pentateuco, que suman 19 diputados, y los ultranacionalistas religiosos de Sionismo Religioso, con 14 escaños. Estos últimos, liderados por los colonos Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, el rostro más popular de estos comicios, reclaman las carteras de Seguridad Interna y Justicia, aunque ésta permanecerá en manos del Likud, según afirman los medios israelíes.
Netanyahu, de 73 años, volverá a ocupar el sillón de primer ministro como ya lo hizo durante quince años