Los deberes hechos y con brillantez
∑El Real Madrid goleó al Celtic y será primero de grupo. Asensio se reivindicó y los blancos hicieron olvidar sus dos últimos tropiezos
En el país de Isabel de Castilla, la aparición de un árbitro mujer se saludaba como un gran avance. A las nuevas recomendaciones del género gramatical que aconsejan decir 'la árbitra' responden con las del género político que invitan a dudar; parece que Stéphanie Frappart es mujer, pero no tenemos del todo claro si se siente así. Para no molestar, y evitar jardines legislados, lo mejor es quedarnos en que es un árbitro, y además de silbato fácil, ¡árbitro pitañero!
En el minuto 5 ya pitó uno por mano de Jenz. Era mano clara, sin mucha necesidad de VAR, 'invariable', y lo tiró con éxito Modric. La jugada nacía de un pase de Asensio y acababa con el remate de Valverde invadiendo el área. Se daba una curiosa inversión: Asensio (de extremo oficial) piensa y pasa, y Valverde (el interior) llega y remata.
Con Asensio el Madrid tenía también una correspondencia en la derecha a los lejanos telegramas de Kroos.
La bravura escocesa le daba al partido un aire alegre, franco y disfrutable. Había espacios, y el tacticismo no era sofocante. El Madrid jugaba con altibajos, dejándose llevar un poco, hasta que conectaba dos o tres pases y lograba una altura de juego superior que desmontaba al Celtic. Así ocurrió en el 18: Modric alarga la jugada para Asensio, que asiste como extremo a la llegada de Rodrygo; primero falla, luego provoca unas manos casi instintivas en O'Riley que el VAR determinó penalti. Tiró Rodrygo y marcó. ¿Dónde quedaba la literatura 'persecutoria' del domingo? Era otro penalti de VAR, pura aleatoriedad antifutbolística.
Riqueza en la derecha
Los dos goles llegaron por la derecha, por donde pasaba lo mejor del Madrid. En todos los chispazos participaba Asensio, interpretando a Modric o proyectando a Rodrygo. Las combinaciones eran múltiples y en ellas el papel de Asensio cambiaba. No era tanto el extremo que no sabe serlo como una especie de 10 invertido. No tanto un extremo a pierna cambiada como un mediocampista subido a la delantera y luego decaído a la media (curioso sube y baja). En los últimos partidos se intuye esta reinterpretación de Asensio que intenta Ancelotti, gran forjador de centrocampistas (a todos los quiere 'transicionar' hacia esa posición alejándolos de su primera naturaleza). Asensio lanza a los demás, ‘dialoga' con Kroos, y se veía en los dibujos transitorios: el 4-3-3 era un 4-1-4-1 o un momentáneo 4-4-2 y en ellos Asensio estaba siempre en la media.
Fue lo más reseñable de la primera parte, en la que aun habría otro penalti, de Mendy sobre Abada. Lo paró Courtois haciéndose pared. Desde ese momento, el Madrid lucho consigo mismo por ser más juicioso.
Tras el descanso, siguió con la misma seriedad y Asensio, que había sido cerebro lanzador, mostró su lado más visto de llegador al área; en el 51 remató una subida de Carvajal para el 3-0.
Quedaba Vinicius por aparecer y lo hizo en el 4-0, de nuevo en la forma de nueve tras un gran pase de Valverde (otra vez la derecha, multiforme, rica, llena de posibilidades). El uruguayo estaba entrando en calor, buscaba el zambombazo, y redirigió su enorme energía en un pase rapidísimo al que Vinicius llegó adelantándose a todos los centrales, con un remate de primeras orientador del balón. Vinicius volvió a aparecer en la baldosa del nueve desde su lugar de extremo, ganando desde ahí a la defensa. Sorprendiendo sin balón. Con la ausencia de Benzema amplía más su rango de juego, como jugador-río que nace en las nieves del 10 y muere en la orilla del 9, y no es que haya sintetizado su decisión de disparo, es que está surgiendo un rematador. Su olfato de gol crece hasta orientarle posicionalmente al gol. Con 10 goles y 5 asistencias (más preasistencias y penaltis provocados) ha sido el sostén del Madrid en este primer tramo de temporada que acaba.
El único que puede discutirle la condición de mejor jugador es Valverde, que marcó el quinto con otro misilazo. Es otro jugador en evolución desencadenada. Empezó a chutar por consejo del 'míster' y ha convertido esa facultad recién descubierta en un caudal de fútbol que ahora mismo parece ilimitado. Ancelotti, piloto experto, 'evoluciona' a Vinicius, Valverde y hasta a Asensio.
El Madrid termina primero. Con la única mácula del gol honroso de Jota, fue una fiesta europea clásica. Es la forma que tiene de hacer sus deberes.
Tras dos traspiés, la calma volvió al Bernabéu. Goleada para cerrar como primero la fase de grupos. El Real Madrid ya apunta al sorteo del lunes, aunque sin lecturas previas. «Después de lo del año pasado, mejor no mirarlo. Llegar primero te da una pequeña ventaja, pero no demasiado. El año pasado nos ayudó mucho jugar la vuelta en casa», aseguro Ancelotti, feliz por el partido de los suyos.
En especial, por Asensio: «Sí, ha sufrido mucho en este tramo porque no ha tenido muchas oportunidades. Hoy ha mezclado bien con Valverde y ha sido contundente y efectivo. El mejor. Su actitud cuando no jugaba ha sido buena. No tenía dudas, pero cuando no estás contento puedes tener una actitud negativa o positiva. Él eligió ser positivo. Sabemos que nos puede ayudar y nos ayudará».
Valverde fue el otro gran protagonista de la noche. El uruguayo ya suma ocho goles y solo está a dos de ganarle la apuesta a Ancelotti. Anoche, MVP del partido y una sonrisa en zona mixta que delata su inmensa felicidad: «Tengo el objetivo de seguir metiendo goles y ayudar al equipo. Aparte de con el técnico tengo otras apuestas de más goles. Mucha gente me lo decía y tenían razón, que tenía que aprovechar mi tiro. Lo estoy disfrutando», reflexionaba el charrúa, que detalló su golpeo preferido: «Me gusta el empeine, es mi fuerte. Si le pego con el interior es cuando me siento con menos confianza. Siempre me bromean que un día voy a romper el balón».
Ancelotti conoció ayer que Competición española le abrió expediente por su «el penallti se lo han inventado» tras la pasada jornada ante el Girona.