Las VTC estallan contra la Junta: «Nos han hecho esclavos de 500 taxistas radicales»
El sector cree que el decreto autonómico sacará de las calles al 70% de coches de estos transportistas
La llama sigue prendida entre el sector de los VTC y el taxi a cuenta de la nueva regulación en Andalucía. El decreto aprobado por el Gobierno andaluz en octubre de la Junta no ha brillado precisamente por haber logrado el consenso y patronal, asociaciones y propietarios de licencias de vehículos de transporte con conductor acusan a la Consejería de Fomento de haber cedido a las presiones del «sector radical del taxi».
«Aproximadamente 500 personas, que son las que se concentran en esa parte más radical, han presionado para que esto se lleve a cabo», denunció ayer en Málaga el presidente de la Asociación Profesional de la Movilidad (Movea), Eduardo Martín. «Son los que están dictando las normas de movilidad para media España y es injusto que millones de personas tengamos que ser esclavos de ellos», añadió.
Desde el sector aseguran que el decreto, que entró en vigor el pasado 1 de octubre, incluye una serie de requerimientos que perjudican tanto a las empresas y propietarios de este tipo de licencias, como al usuario final, por la pérdida de calidad en el servicio y a las ciudades, para las que pronostican un parque móvil más inseguro y contaminante.
La norma, si bien permite a los VTC seguir haciendo trayectos urbanos, les prohíbe estacionar a menos de 300 metros de aeropuertos o estaciones de autobús y a menos de 150 de hospitales, centros comerciales, paradas de taxi, hoteles de al menos cuatro estrellas o lugares donde se celebren eventos deportivos o culturales.
«En un mapa de calor se puede ver que esto representa un claro problema logístico. Los vehículos van a tener que realizar trayectos largos y menos eficientes, algo totalmente contrario a la mejora de la movilidad». Así lo expuso el director general de VTC y taxis de Bolt en España, Daniel José Georges, que acudió en representación de la plataforma para presentar la solución que han ideado ‘in extremis’ para hacer frente al principal escollo que encuentran en el decreto: las medidas mínimas impuestas a sus vehículos.
La nueva regulación establece que los coches deben ser de 4,9 metros de longitud en el caso de las etiquetas B o C de la DGT; 4,70 metros para los híbridos-eco y 4,5 metros para los de cero emisiones. Se trata de unas exigencias técnicas que el sector considera inasumibles y que —aseguran— han sido planteadas como algo innegociable por los taxistas.
Vehículos excluidos
Según Georges, es «un serio problema porque deja fuera entre el 60 y el 70 por ciento de los vehículos disponibles en el mercado», lo que se agrava aún más por «situación crítica» que vive el sector del automóvil; «el peor momento de la industria en los últimos cien años por la falta de suministro y la ampliación de los tiempos de entrega ante la falta de suministros», como recordó el presidente de la Asociación Empresa VTC Andalucía, Pablo García.
«A largo plazo se va a forzar a los transportistas a extender la vida útil de los vehículos para cumplir la regulación», sostiene el representante de Bolt. «Eso va a resultar en más contaminación, menos disponibilidad de vehículos porque se van a estropear de forma más frecuente, peor calidad del servicio y subida de precios».