El pódcast de la rubia
Lo del Rey Juan Carlos y Corinna empezó cuando acabó
CORINNA Larsen va a inaugurar un pódcast, donde orear sus cosas, que empiezan y acaban en el Rey Emérito. Ya ha soltado por ahí un tráiler, como si el invento fuera un culebrón de Netflix, que un poco sí lo es, la verdad. Yo con Corinna no acabo de prosperar, un día me parece un lío esta bigarda, otro día me parece un enigma. Lo del lío quiere decir que en Larsen hay varias Corinnas: la asesora estratégica, la socorrista de Urdangarin, la amiga entrañable del Rey, la archirrubia de alta joyería, en fin. Y ahora incluimos que, además, se nos ha hecho cronista, usando, quizá, la memoria como forma de imaginación, según hacen los cronistas de trayectoria, con tanto veneno adjetival como ella, pero menos trote biográfico. Yo llevo un tiempo pensándome lo de perpetrar un pódcast, pero ya veo que un pódcast lo tiene cualquiera.
Lo del Rey Juan Carlos y Corinna empezó cuando acabó. Quiero decir que una vez que se dieron portazo empezamos a saber de la pareja. Yo no sospechaba entonces que Corinna guardaba el afán secreto de montar un pódcast al respecto. A Corinna ya la vamos conociendo un poco, aunque es un enigma, todavía. Pero un enigma que estaba en la cacería polémica de Botsuana. No se comprende mucho que una mujer que pretende no lograr ‘celebridad’ se conceda de pronto una semana de guateque de portadas, y aquí nos asoma de nuevo el lío, porque es una archirrubia donde caben otras rubias. Porque a lo mejor una Corinna no quiere popularidad y otra Corinna, que es la misma, va a la mañana siguiente y da una entrevista, o dos, o tres, para dejar las cosas claras, aunque, la verdad, va dejando las cosas aún menos claras que antes.
Hasta Rubalcaba o Soraya Sáenz de Santamaría, en su momento, tuvieron que terciar, avalando que el Estado no encargó negocios a Corinna. Igual esto tiene un capítulo en el pódcast. Dicen los cronistas urgentes que Corinna tiene «una personalidad poliédrica». Pues claro. Por eso ando yo entre el lío y el enigma, ante ella. No, si, al final, va a resultar que el pódcast nos estaba haciendo falta.*