El presidente cierra filas con Marlaska y respalda su actuación en la tragedia de Melilla
«Es un gran ministro del Interior» asegura en una comparececia en Portugal
los como ministro de Transportes y Vivienda y Pablo Iglesias en su etapa de vicepresidente segundo, para darse cuenta de hasta qué punto se ha dilatado el acuerdo, cuando hace más de un año que ninguno está en el Gabinete, ni en la política activa, en el caso del ex secretario general de Podemos.
La Moncloa también se encuentra en una ratonera para renovar el CGPJ tras la ruptura con el PP. Unidas Podemos le presiona para retomar la rebaja de las mayorías cualificadas, que presentaron en 2020 y Sánchez retiró en 2021.
Mientras, los socios también miran al PSOE con resquemor. «Constatamos que la actividad legislativa de la Cámara no es fluida, sino que va a trompicones. La Mesa del Congreso bloquea y desbloquea iniciativas sin que los grupos pequeños podamos hacer nada», se quejan fuentes del PNV, en conversación con este diario. Precisamente, Mertxe Aizpurua (Bildu) preguntó a Sánchez esta semana por su agenda legislativa. «A día de hoy, son el Gobierno y el PSOE quienes se niegan a avanzar y aprobar todas estas leyes», añaden a este diario fuentes del grupo independentista.
Pedro Sánchez cerró ayer filas con Fernando Grande-Marlaska, cuestionado de nuevo por la actuación de las Fuerzas de Seguridad en el asalto a la valla de Melilla del pasado mes de junio. Durante una rueda de prensa conjunta en Viana do Castelo (Portugal) con el primer ministro del país vecino, António Costa, y dentro de la cumbre bilateral celebrada, el presidente del Gobierno definió al titular del Interior como «un gran ministro». Sánchez dijo además que tanto en su carrera previa como magistrado como ahora en su devenir político siempre se ha comportado con «honestidad y eficacia» y de acuerdo tanto al «cumplimiento de la legalidad más estricta» como a «los derechos humanos».
El «respaldo y reconocimiento» que el jefe del Ejecutivo mostró ayer hacia Marlaska –en el ojo del huracán después del documental de la BBC que asegura que hubo muertos en el lado español de la frontera y se trasladaron a Marruecos– llegó a tal punto que Sánchez empleó la primera persona del plural para pronunciarse sobre la futura comparecencia parlamentaria del ministro. «Lo haremos con completa transparencia» señaló durante la rueda de prensa junto a su homólogo y correligionario, el primer ministro luso, António Costa.
Tanto las fuerzas políticas, las de la oposición y los socios del Gobierno, incluido el de coalición, Unidas Podemos, como el Defensor del Pueblo, el excandidato del PSOE en Madrid Ángel Gabilondo, han solicitado una investigación sobre lo sucedido este verano entre Melilla y Nador, que se saldó con decenas de muertos y heridos.
«No deja de impactarnos»
Sobre las últimas imágenes conocidas, Sánchez afirmó que lo sucedido «no deja de impactarnos» y mostró «toda mi solidaridad con las víctimas». Además, y en línea con los planteamientos que viene manifestando sobre el particular en los últimos meses, el jefe del Ejecutivo argumentó que tragedias como la de la frontera entre Melilla y Nador se originan, en realidad, a «muchos kilómetros de distancia», en el Sahel, dado que allí, en los países de orígen de los inmigrantes que llegan hasta nuestro país, hay una «gran falta de libertades y de oportunidades».
Acerca del asalto a la valla melillense del pasado junio, que llegó después del giro copernicano de Sánchez sobre las relaciones con Marruecos –tras aceptar el plan para el Sahara Occidental del Rey Mohamed VI– el jefe del Ejecutivo ha tenido varios pronunciamientos polémicos, que han suscitado las críticas tanto de la oposición como de su socio de Gobierno, Unidas Podemos. En un primer momento, aseguró que la crisis había quedado «bien resuelta» y no dudó en mostrar su respaldo pleno a la actuación de la Gendarmería marroquí, pidiendo «ponerse en la piel y en los zapatos» de sus agentes, algunos de ellos heridos, como también los agentes de las Fuerzas de Seguridad de España. Posteriormente se excusó diciendo que cuando pronunció esas primeras declaraciones, que tuvieron lugar durante una comparecencia en Bruselas, no había visto determinadas imágenes que luego se pusieron en circulación.
En cualquier caso, siempre ha mantenido su apoyo al país vecino en esta crisis, y entrando en confrontación con Podemos y el resto de formaciones a la izquierda del PSOE, que son también sus socios parlamentarios, aseguró que «sobre sentimientos no se puede discutir», en referencia a determinadas críticas de esas formaciones a la actuación policial.
«Las autoridades marroquíes también tienen un problema de migración irregular, y tenemos que ayudarles a gestionar la lucha contra las mafias en Marruecos y a controlar los flujos de migración irregular que llegan a nuestras fronteras», aseguró en otra ocasión.