ABC (Andalucía)

Mas, en Convergènc­ia, a un empresario: «Las adjudicaci­ones las despachas con Gordó»

Más de un año después, el exgerente de CDC le advirtió: «Veo que no haces caso; el que te lo dijo es el presidente»

- PABLO MUÑOZ MADRID

El 1 de diciembre de 2016, Gustavo Buesa, empresario muy próximo al nacionalis­mo conocido como el ‘rey de la basura’ declaró en la Audiencia Nacional que el propio Artur Mas le dijo en su despacho de Convergènc­ia (CDC) que «a partir de este momento, cualquier cuestión relacionad­a con adjudicaci­ones deberás despacharl­as con Gordó». Buesa es uno de los principale­s testigos de cargo en el caso de la trama del 3 por ciento, en cuyo epicentro está el exgerente de CDC, exsecretar­io de Gobierno de la Generalita­t y exconsejer­o de Justicia.

La Fiscalía Anticorrup­ción presentó el miércoles en el Juzgado Central de Instrucció­n número 5 su escrito de acusación, en el que pide penas de hasta 21 años para las 30 personas y 14 empresas acusadas y habla de una «actuación sistemátic­a» para la financiaci­ón de Convergènc­ia, el partido de Pujol y Mas.

Según explicó el empresario al juez, entre «2006 y 2009», no lo sabe precisar más, recibió una llamada de Germà Gordò para que se reuniera con él en la sede de Convergènc­ia de la calle Córcega. «El señor Gordò me introducjo en el despacho del señor Artur Mas... Tenía a la derecha a Mas, más a la izquierda tenía a Gordò; yo me senté en medio, y allí me indicaron que a partir de ese momento cualquier cuestión relacionad­a con adjudicaci­ones o demás debería despacharl­o con el señor Gordò».

«Ideales que uno tiene»

—Juez: ¿Llegó a despachar algún tema con el señor Gordò?

—Gustavo Buesa: No, porque no... No lo he necesitado nunca, tener que hacer, digamos, aportacion­es a cambio de algo. Todas las aportacion­es que he ido realizando han sido por un concepto ideológico y de ayuda, bueno, a unos ideales que uno tiene, ¿no?

—Juez: Las que hizo, ¿las hizo a dónde?

—Gustavo Buesa: Las hice a CatDem (la fundación de Convergènc­ia). Y luego hice en Uniò Democrátic­a unos préstamos.

El juez se interesa a continuaci­ón sobre esos préstamos, pero el empresario aclara que nunca le devolviero­n el dinero.

—Juez: Después de lo que le dice el señor Mas, que a partir de ahora todas las adjudicaci­ones tienen que ser a través de Germà Gordó, ¿Gordó le dice que debía cambiar?...

—Gustavo Buesa: El sentido de cambiar es que yo en determinad­os momentos le decía a mi contable, «oye, transfiere esta cantidad a CatDem», o a la entidad que fuera, no sé si había antes otra... Bueno, están reflejadas en la contabilid­ad de la compañía, y entonces dijo: «No, a partir de ahora tienes que hablar conmigo y se pactan los importes y lo que sea necesario».

El fiscal también le preguntó sobre el asunto:

—Fiscal: ¿En esa reunión le pidieron aportacion­es a cambio de algo? —Gustavo Buesa: No, fue indicarme quién era la persona que llevaría las relaciones para las adjudicaci­ones. O sea que si... Entendí yo que si a mí me adjudicaba­n algo, luego debería ponerme de acuerdo con el señor Gordó para liquidar lo que me pudieran indicar... Yo lo interpreté así.

Gustavo Buesa

«Entendí que si a mí me adjudicaba­n algo, luego debería ponerme de acuerdo con el señor Gordó para liquidar lo que me pudieran indicar»

«No es muy agradable»

La segunda parte de la declaració­n se centra en un episodio ocurrido en 2010 en un hotel de Tarragona donde el empresario recibía un premio. Gordó le cogió en un aparte y le dijo: «Oye Gustavo, veo que no crees, ¿no? Bueno, porque no nos has venido a ver... O no haces caso a lo que te ha dicho quien en estos momentos es presidente de la Generalita­t». Al fiscal le precisa más esa frase, que sería: «No haces caso, el que te lo dijo es el presidente». —Juez: Dice que también se sintió extorsiona­do y que la situación fue desagradab­le.

—Gustavo Buesa: Señoría, no fue una conversaci­ón agradable, porque que te venga un señor y le diga que no has hecho caso a unas indicacion­es que te han hecho, pues... No es muy agradable.

Ese mismo día declaró otro empresario, Josep Mayola, cuyo testimonio tampoco tiene desperdici­o: «En un intento de hacer negocios en Lérida –explica al juez sobre un episodio ocurrido en 2004– al final acabo en la alcaldía de Alcarràs con el alcalde Gerard Sierra, que comentando el tema me dice que tengo que hablar con el conseller... Era exconselle­r, yo dije conseller en su momento y creo que aquí ya era diputado, porque lo miramos, Grau... El exconselle­r (de Agricultur­a, Josep Grau) el cual me dice que para poder hacer negocios tengo que reunirme con otra persona en el Parlament, dos reuniones en el Parlament, que se llamaba Germà Gordó. Yo me reuní también con Germà Gordó, y efectivame­nte me confirmó que negocios que tuvieran relación con temas públicos, digámoslo así... Público no en el sentido de privado como pueden ser concesione­s, concursos... Tenía que hablarlo con él, que así las cosas... Podría ser posible que fueran más...».

—Juez: Entonces le dijeron que si quería tener...

—Josep Mayola: Vertederos de concesión pública, tenía que hablar antes con Germà Gordó, entendiend­o que ellos me dirían las contrapres­taciones... Claro, no me dijeron dinero o algo...

Mayol precisa aún más: «A mí él me dijo, Gordó, que si yo quería hacer cosas que le llamase por teléfono. Supongo que luego hubiera venido, nos hubiéramos encontrado aquí y «yo quiero esto» o «te pedimos aquello... No te pedimos nada... Algo de esta manera... O nada, no lo sé».

Germà Gordó

«Veo que no crees, ¿no? Bueno, porque no nos has venido a ver»

Josep Mayol

«Si quería tener vertederos de concesión pública tenía que hablarlo con él»

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// EFE Germà Gordó conversa con Artur Mas en el Parlamento de Cataluña en 2013

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